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𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑉𝐸𝐼𝑁𝑇𝐼𝑇𝑅𝐸𝑆

(15 de Junio, Miercoles)

-Que bien, ¿entonces saldran esta tarde?

-Ya te lo dije. No es mi culpa que no te laves los oídos. Y además deja de intervenir mi camino.

La alfa estaba de pie a la entrada, frente al oji-verde. No se dio cuenta de esto, río nerviosa y se aparta de su camino. Kakuzu ahora si avanzó para llegar a su salón. Bueno, al menos ya sabia todo acerca de esa cita.

-¿De qué hablaban?

Hizo su aparición el rubio de ojos azules.
Caminando al lado de ____.

-A pues, Kakuzu invito a salir en una cita a Hidan.

-¿Es un reto?

Pregunto sin un grado de sarcasmo. La peli-negro alzo la ceja y lo miro por encima del hombro.

-Nada que ver.

-A vale, si fuese asi. Ya se diria a Hidan. Digo, para arruinar su reto.

-Ya pero. No es un reto.

Alzo la voz, luego volvio a calmarse. Creo que empezó a entender a Kakuzu cuando no captan la idea enseguida. Es como ur a comprar a la tienda, tu madre te pide que anotes una lista, pero usas tu mente y al final no recuerdas a que venías. Típico.

-Vale. Te veo en el receso, adiós.

Se despidió jugándose con su grupo de compañeros, para ingresar a la vez en el aula. La alfa tambien se fue, pero por su propia cuenta.

...

Esta vez se quedaría a repasar el último tema. Su maestra le tuvo que regañar por no prestar atención. Tiene razón, el estaba que se caia del sueño. Asi que suponiendo que estuvo bien.

-¿No vas a salir?

Pregunto el moreno, estaba de pie en la puerta. Sasori negó débilmente con la cabeza. Quería estudiar un poco, o quizas se duerma un rato después.

-Bueno, sigue siendo tú.

Dijo en modo de despedida, se fue por los pasillos. Sasori dejo a un lado aquel libro. Veía borroso las letras. Era su primer insomnio. No durmio nada, y cuando hiba a hacerlo, su alarma sonó. No le quedo de otra que pensar que el baño lo levantaria.

Cruzo sus manos encima de la mesa y recosto su cabeza, dormir un poco no le molestias. El salón estaba vacío, y la puerta cerrada. Bueno, ahora se levanto y lo cerro con seguro. No queria ver a Tadashi desde la última vez. Solo tiene que estar atento en cuanto el receso acabe y abrir la puerta.

...

-¿No quieres que te ayude? Digo a vestirte.

-No Konan, no soy una mujer que tarda horas para verse bien.

Eludio la ayuda de la beta, como detesta que Deidara le haya hido con el chisme. Aunque ahora que lo piensa, como es que lo sabe. ¿Lo hablo con Kakuzu? O tuvo la osadía de espiar. Esto ya se vuelve costumbre.