𝖔𝖔𝖔. ꒰ ⾕ ❛𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 𝗦𝗢𝗡𝗚 ☘︎
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ᜰ It will take a 𝘄𝗵𝗶𝗹𝗲
to make you 𝘀𝗺𝗶𝗹𝗲.
Somewhere in this 𝗲𝘆𝗲𝘀,
I'm on your 𝘀𝗶𝗱𝗲 ❜❜ 🔮⛅
❪ Solo entró por el dinero, la razón
por la que existen, pero jamás creyó
que...
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━¿Qué viste? ─Hanah repitió por quinta vez, sentada junto a sae-byeok en el frío suelo y la pelinegra del día anterior.
━Los enmascarados, disolvian algo en unas ollas enormes. ─respondió.
━¿Qué disolvian? ─preguntó la mayor desesperada.
━No lo sé ─informó sae-byeok tras unos segundos en silencio y jugando nerviosa con sus manos.
La pelinegra gruñó molesta mientras se quejaba y Hanah jugaba con la mano izquierda de 067.
━Olí lo que creo que era azúcar ─dijo de nuevo sae byeok.
━¿Nada más? Escucha, si me ocultas algo, te quemaré los ojos ─advirtió la pelinegra enfadada.
━No si yo te mato antes ─Hanah miró a la pelinegra mayor ─Era broma ─se burló y siguió jugando con la mano de sae-byeok.
━Tengo hambre ─informó la mayor para, seguidamente, retirarse e ir hacia las filas donde estaban repartiendo el desayuno de ese día. ─Quizás hoy den boniatos.
━Yo también quiero boniatos ─Hanah arrugó su nariz y se levantó para ir a una de las filas.
Esperó hasta que llegó su turno y se dirigió de nuevo hacia donde comió la vez anterior. De nuevo, dejó más de la mitad de pan que parecía tener miles de años. Observó a la gente, algunos no comían, otros hablaban y otros incluso parecían muertos.
Sae-byeok comía en una de las altas camas, sola, como siempre. Hanah dejó de lado todo lo que le rodeaba mientras sentía una penetrante mirada clavada en su nuca. Puso sus manos en sus rodillas y con la mano derecha comenzó a rasgunar la mano izquierda.
Lo hacia desde siempre, cuando estaba nerviosa rascaba su mano hasta que sangraba o hasta que sentía demasiado ardor. Era una forma de distraerse y dejar de estar nerviosa o agobiada.
La voz mecánica la distrajo, dándose cuenta de que estaba por comenzar otro juego. De nuevo, las filas se formaron para llegar a la siguiente sala de juego.
No se resistió a recordar la vez anterior, con aquel rubio molesto que aún le debía dinero, y ahora estaba muerto. Jamás se había encariñado con alguien durante mucho tiempo, y temía hacerlo para después perderlo. Así como le pasó con su hermano pequeño, el cual murió por una enfermedad incurable.
Fue algo duro, los padres de Hanah no podían permitirse pagar las operaciones y menos sabiendo lo caras que eran. Los médicos decían que no había cura, pero con operaciones podrían atrasar su ida. Hanah casi cae en depresión por aquello, pero consiguió mantenerse firme por él. Así que desde aquel día se decidió no mostrar cariño ante nadie más.
