Chapter seventeen

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Vancouver, Canada, Agosto de 2019.

Sus corazones latían tan rápido que podrían salirse de sus pechos, pero ambos latían en una sincronía indescriptible.

-Quiero besarte, pero solo lo haré si me dejas hacerlo- susurro Charlie acortando más el espacio si es que era posible.

-Yo también quiero besarte- dijo Isobel en el mismo tono que utilizó el castaño.

Al decir eso, Charlie tomo con delicadeza el rostro de Isobel y la beso. Fue un beso tierno pero a la vez necesitado, como si ambos necesitaran estar con el otro.

Ninguno de los dos sabría cómo describir ese momento, pero ambos estarían de acuerdo en algo: Jamás habían sentido algo así por alguien y ellos lo sabían.

Isobel no sabía que sentir, tenía sentimientos encontrados respecto a todo esto. Por un lado por fin se sentía completa, sentía que era invencible al lado del canadiense; el hacía que las piezas de su corazón se unieran, pero no por completo. Pero por otro lado tenía miedo, miedo a que si estaba con el canadiense él en algún momento se fuera y no poder levantarse de ese dolor otra vez.

Charlie por otro lado jamás había sentido algo así por alguien, sí había tenido otras parejas las cuales algunas de esas relaciones terminaron mal, pero con ella todo era diferente; parecía estar en el mejor de sus sueños el cuál no quería despertar.

Ambos se separaron por falta de aire, pero solo los bastó unos segundos para darse cuenta de que habían caído por el otro.

El tiempo parecía detenerse cuando estaba a su lado, era como si el mundo a su alrededor no existiera y solo fueran ellos dos en una danza sin final.

-Quiero que sepas que no me arrepiento de esto,- mencionó Isobel mirando a los ojos al canadiense -solo quiero que me des un poco de tiempo para poder sanar completamente.

La rubia de cierto modo estaba aterrada pues desde que James murió, jamás pensó en volver a abrir su corazón para amar a alguien más; pero Charlie ponía su mundo de cabeza, él traspasaba los muros que había puesto al rededor de su corazón de una forma que jamás pensó posible, estaba enamorada del canadiense.

-Yo tampoco me arrepiento de esto Ma belle,- mencionó el castaño tomando las manos de Isobel -y esperaré el tiempo que sea necesario, yo no pienso irme de tu lado y si es necesario, te ayudaré a levantarte cada vez que caigas.

Solo esas palabras necesitó la rubia para romper a llorar mientras abrazaba al canadiense.

-Estoy rota Charlie, no soy lo suficientemente fuerte para siquiera mirarme al espejo sin sentir asco- dijo sincerandose la rubia.

-Tu no estás rota, Mon ange. Tienes grietas pero todos las tenemos, y ninguna es tan grande para que no pueda ser curada. Cómo te dije no me pienso ir a ningún lado y juntos saldremos adelante de esto chéri.

 Cómo te dije no me pienso ir a ningún lado y juntos saldremos adelante de esto chéri

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𝕋𝕙𝕖 ℝ𝕖𝕒𝕤𝕠𝕟 • ℂ𝕙𝕒𝕣𝕝𝕚𝕖 𝔾𝕚𝕝𝕝𝕖𝕤𝕡𝕚𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora