Woman

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La primera vez que Harry vió a Louis fue hace muchos años atrás, cuando él solo era un joven de 21 años, y Louis un chiquillo apenas.

Aquella noche donde la oscuridad reinaba y las calles se encontraban solas, Harry se topó a un joven delgado, abrigado en un hoodie que parecía caminar apresurado, por el miedo a las peligrosas calles a la una de la madrugada.

El ojiverde apenas iba saliendo de su turno en la cafetería e iba camino a su departamento, por una calle poco transitada y vacía, además amenazaba con llover; pasó por el lado de aquel joven chico que temblaba de frío y miedo combinados, dándole un poco de atención, pero siguiendo su camino, sin pensar que su destino iba a ser marcado en es mismo momento.

Un pequeño chillido seguido de un ruido de forcejeo, fueron suficientes para llamar la atención de Harry y hacer que volteara, encontrando una escena que no quería presenciar. Una figura mucho más alta y grande que él, acorralaba al pequeño hacia un callejón oscuro, mientras este sucumbía ante el miedo.

Harry se pensó dos veces si en seguir caminando o en intervenir. Probablemente no podría dormir con tranquilidad durante unos días si no hacía nada, pensado en el infierno que le pudo evitar al pobre chico. Pero tampoco quería involucrarse en una pelea, no era el tipo más en forma del mundo, después de todo.

Así que recogió una botella cercana y tomando valentía que no sabe de donde sacó, arremetió contra el agresor de aquel niño. Para su suerte, el tipo cayó inconsciente después del golpe, fue suerte porque Harry no tenía idea de lo que hacía.

Por su parte, el niño corrió atemorizado hacía su salvador y se aferró a él con todas sus fuerzas.

Harry descubrió aquella noche que el niño se llamaba Louis, tenía 13 años de edad, que había escapado de casa aquella noche por una discusión con sus padres. El chico no quería volver a su casa, por lo que Harry se ofreció a dejarlo pasar la noche en su departamento, con la unica condición de que escriba un mensaje a sus padres diciendo que está bien y que en la mañana volverá a la casa. Harry se encargaría de personalmente llevarlo para asegurarse que no le pasara nada.

Aquella noche un deseo animal despertó en Harry Styles. El joven de ojos verdes con mirada profunda ni siquiera sabía que le gustaban los hombres hasta ese punto. Ese momento en que el niño tomó una ducha y se vistió con unos calzoncillos de Harry y una de sus camisetas que le iba gigante. El tirón en la entrepierna de Harry al ver a ese niño vistiendo sus ropas y oliendo a él, en lugar de hacerlo sentir enfermo, le dieron un clic en su cerebro para despertar todo tipo de fantasías y situaciones.

Verlo abrir su boca para comer, los gestos que hacía al hablar, lo extrovertido que era, sus azules ojos. La forma en que arrugada su nariz tiernamente, o el simple hecho de remojar sus labios pasando su lengua, hacían a Harry alucinar sobre las mil cosas que podría hacerle a ese niño.

Luego de ver caricaturas unos cuantos minutos, el chico se quedó profundamente dormido en el sillón de Harry, mientras este lo observaba en silencio.

Momento exacto en que Harry decidió darse la tarea personal, de hacer del pequeño Louis, suyo. Aquella belleza y dulzura lo habían cautivado, y solo quería guardar al pequeño en una cajita de cristal y admirarlo todo el día.

Harry no era un hombre depravado, no sería capaz de tener sexo con un niño, sin embargo el deseo que sentía hacia aquel pequeño era una gran bola de fuego creciendo de sobremanera durante toda esa noche. Estaba dentro de sus planes esperar pacientemente hasta que un día pudiese ser solo exclusivamente suyo. Había desarrollado una necesidad insana por el chico, como si fuera una droga para él y no permitiría que alguien le arrebatara a su droga personal.

Our Songs - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora