9 Meses《Wonha》

Noveno mes: 36 a 40 semanas.

El día comenzaba bien. Normal. Como siempre. Con sus rutinarios ejercicios de respiración sobre la cama. Adjunto a su acción tenía su espalda erecta y sus piernas cruzadas accediendo a que el aire mañanero más puro que ingresaba por su ventana semiabierta viajara a través de la habitación hasta su sistema respiratorio.

Todo método de relajación era imprescindible en este momento para Eunbi. Su actividad cardiovascular se activaba con desenfreno al recordar que en cuestión de días daría a luz, es decir, la cantidad de oxigeno que ella lograba inspirar durante el día, su organismo lo utilizaba para mover su torrente sanguíneo de manera desmesurada al responder a la señal de nerviosismo.

Si bien prevalecía su felicidad ante todo. Eso era innegable. El hecho de que el tan aclamado parto se tenía previsto para dentro de 4 semanas mantenía sus alertas más encendidas que nunca. Incluso su vientre ya había comenzado a bajar, clara señal de que el bebe estaba buscando colocarse en posición para su pronta y ansiada salida.

El panorama era más positivo que nunca, contextual y fisiologicamente hablando. Primeramente, la mudanza había resultado exitosa y hace una semana que disponían de su espacioso hogar, bastante grande para los escasos objetos que podían cargar dos personas que alguna vez vivieron solas en pequeños departamentos de solteras; no tenían más que pequeños muebles, electrodomésticos, ropa y elementos de decoración. Sin embargo, siendo lo más veloces que podían a la par que cumplían sus obligaciones, priorizaron la habitación del niño. Es cierto. El tiempo apremiaba pero comenzaban a encontrar orden en aquel caos que había comenzado hace exactamente 9 meses. ¿Faltaban cosas por organizar? ¡Por supuesto! Ni siquiera querían pasar cerca de la habitación de huéspedes ya que estaban dejando todas las cajas aún cerradas allí dentro y era un verdadero descontrol, pero poco a poco lo iban a ir liberando, solo necesitaban darse prisa si querían darle a Yunho y a ellas mismas un ambiente despejado y armónico.

Incluso la desesperación por dejar la casa a termino es común en algunas mujeres embarazadas. Esté afán, llamado síndrome del nido, puede desencadenarse en el embarazo a partir de la semana 36 o durante el ultimo mes donde la acción de ordenar se convierte en una necesidad imperativa. Eunha sabía que esto podría agravarse teniendo en cuenta que se habían mudado a último momento, pero también sabía que era conveniente no dejarse llevar por este impulso de limpieza para evitar agotarse o ponerse nerviosa.

Por otra parte, en referencia a ella y a su aproximada maternidad, independientemente del sector emocional, estaba sintiéndose mucho mejor. Desde que Yunho dejo de tener espacio para moverse y mandar su páncreas a su garganta con sus patadas, su sueño era mucho más reparador. También la acidez en su estomago había desaparecido. En general todo se había vuelto mucho más tranquilo.

Sus ojos se abrieron con lentitud al acabar su meditación. Con algo de esfuerzo, ya que cargar con un vientre que dentro contiene un niño de más de 2 kilogramos es difícil, se acercó gateando hasta la punta de la cama y se sentó allí un segundo procurando tomar fuerzas para propulsarse y así quedar de pie.

Caminó hasta su ventana y la abrió por completo capturando los rayos del sol. Sentía la calidez de la bola de fuego penetrando sus poros y pudo percibir en ese momento que alguien entraba a la habitación. 

Eunbi dio media vuelta enfocando su atención en Sojung. Esta iba abotonándose su camisa mientras que aún seguía en ropa interior dejando expuestas sus largas piernas.

-¿Estas nerviosa? -la menor preguntó siguiendo con su mirada a la contraria quien se detuvo frente al armario.

-Un poco. -la respuesta no denoto demasiadas emociones, simplemente la mayor estaba absorta en mover una por una sus prendas intentando encontrar el atuendo perfecto para la ocasión.