- 𝐈𝐕 - Un reloj insignificante

43 17 0
                                    

ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᶠᵒᵘʳ

ᵃⁿ ⁱⁿˢⁱᵍⁿⁱᶠⁱᶜᵃⁿᵗ ᶜˡᵒᶜᵏ

Dark abrió los ojos al escuchar unas voces vociferando en el pasillo de las habitaciones de la Gran Nave

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dark abrió los ojos al escuchar unas voces vociferando en el pasillo de las habitaciones de la Gran Nave. Se desperezó y bostezó para luego quedarse unos segundos sentado en la cama contemplando la nada. Hacía años que no dormía tan bien. Cuando El Ancestral los reclutó "ilegalmente" lo primero que pensó fue que viviría en una celda pequeña y sucia donde tendría que aguantar hasta que muriese.

Era un dramático.

Dark no se asustaba. O así lo pensaba él hasta que descubrió la verdadera cara de su padre, quien resultó ser un psicópata sádico. Desde aquel momento creyó que no iba a tener miedo de nuevo, pero cuando se vio encerrado en un lugar oscuro con otras tres personas, el pánico se apoderó de él demasiado rápido.

Luego descubrió que era claustrofóbico.

Pero ahora estaba acomodado en una habitación que era la gloria. Ni siquiera era pequeña, era muy espaciosa y ni hablar de la cama, se sentía como dormir en una nube. Después de unos días de reflexión, agradecía haber sido secuestrado por un viejo canoso con un cetro que pestañeaba muy pero que muy raro.

De todos modos ni le importaba, habían interrumpido su dulce sueño y ahora estaba de mal humor. Al escuchar decir al Ancestral que tendrían unos días de vacaciones, pensó: "¡Qué buen servicio!" Y planeó sus días a la perfección. Y se trataba de no hacer absolutamente nada. Iba a hacer todo lo que su padre no le permitía por estar en el clan de los cazadores. Recordó la lista que escribió la noche anterior y la recogió de su mesilla de noche.

- Dormir hasta tarde, (en el espacio no hay ni día ni noche así que a quién diablos le importa)
- Comer.
- Dormir de nuevo.
- Comer.
- Explorar la Gran Nave.
- Dormir y comer.

Y así se extendía la lista infinitamente. Era un buen plan de vacaciones.

Refregó sus ojos con pereza y se levantó de la cama para ir a cambiarse. Una vez se puso la ropa salió de la habitación y se encontró exactamente a las personas que esperaba ver discutiendo como de costumbre.

Logan y Olimpia.

Oh, y como no, Hefesto tratando de ser un buen mediador.

—Rata de alcantarilla te prometo que como mi reloj esté roto, tú misma lo pagarás —amenazó Logan con su dedo índice—. ¿¡Sabes cuánto cuesta esta preciosidad!? ¡Mucho, mucho dinero!

— ¡Ni siquiera sé qué diablos es una alcantarilla! —gritó ella.

Logan observó con detenimiento su preciado reloj, y sí, lamentablemente había una grieta en el cristal.

—Maldita sea, niña agresiva con ataques de ira y dos espadas. ¡Juro que te voy a matar y enterraré tu pequeña cabecita donde nadie la encuentre!

Logan intentó abalanzarse sobre la chica pero Hefesto se interpuso y sujetó a Logan, quién no paraba de moverse violentamente.

La Orden de Horus ➻ 𝐆𝐚𝐥𝐚𝐜𝐭𝐢𝐜 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora