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Hyungwon se la pasó dormido lo que restó del día hasta la noche, la verdad si hubiera sido por él se habría quedado dormido hasta el día siguiente. Pero, después de lograr percibir el sonido de su celular mezclado con unos golpes que provenían de su entrada fue que al parecer después de muchos intentos... despertó, con mucho pesar.

Tomo el celular para contestar la llamada que no dejaba de timbrar, sin si quiera ver quién lo buscaba.

- Bueno?... - Su voz era ronca y profunda gracias a sus anteriores horas de sueño.

- Oh Hyungwon, perdón por despertarte. Debes de estar muy cansado...- Contestó apenado.

- ¿Changkyun? ¿Pasó algo? ¿Hoseok está bien? - Y sí, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba más que despierto, preocupado y alterado (aunque esto no se lograba notar por el tono que utilizó).

- Sí Hyungwon, todo esta bien. - Justo en ese momento Changkyun supo que no había vuelta atrás para ninguno, pudo sentirlo, pudo oírlo.

Desde que vio a Hyungwon dormido en la habitación de Hoseok tomando su mano, lo único que logró ver fue a un ángel o un ser de luz, como gusten llamarlo.

Así tomando su mano, estaba regalándole un poco de su luz a un chico que se encontraba perdido y consumido por la oscuridad de su propia vida.

Se sentía mal por haber despertado al delgado que él mismo denominó "ángel", pero, también se sentía feliz porque aunque nada estuviera escrito, él ya sabía que el destino no hacía bromas de mal gusto cuando cruzaba ciertos caminos.

¿Podría ser egoísta por sólo pensar en su amigo y que muy probablemente ya sería feliz después de tanto tiempo? Tal vez sí.

- Perdón... - Sintió calientes sus mejillas porque aunque no pudieran verlo una parte de él se había apenado por la reacción que tuvo y que de alguna forma logró ocultar. - ¿Qué ha pasado Changkyun?

El mencionado no pudo evitar sonreír, igual nadie lo vería así que no habría problema.

- Despertó hace un par de horas, y antes de que me mates por no avisarte déjame decirte que sí lo hice, te dejé mensajes e incluso te marqué. - El ángel no pudo evitar soltar una pequeña risa. - Sólo supuse que seguías dormido y no quería despertarte, aunque aún así lo hice, pero bueno, acabo de hablar con el doctor y me dijo que lo van a dar de alta mañana por la tarde pero, mmm... - No pudo continuar, no sabía cómo hacerlo.

- ¿Pero? Dijiste que todo estaba bien, ¿por qué un pero? - El rubio empezaba a sentirse mal, no físicamente sino emocionalmente pero su orgullo era más que no dejaría ver el efecto que estaban teniendo sus palabras, así que sus preguntas salieron lo más tranquilas y secas que pudo.

- Hyungwon yo, no sé cómo decirte eso...

- Sólo dilo como es Changkyun, no soy de cristal... - Hizo una pausa. - Aunque parezca... - Si bien lo último lo dijo para él mismo, el contrario si había escuchado el comentario.

-Bueno, estoy, más bien, estamos muy agradecidos contigo por lo que hiciste... En verdad que sin ti yo no quisiera ni imaginarme lo que habría pod... - Su discurso fue cortado por un suspiro que se escuchó a través de la línea.

- Sólo dilo Changkyun, sin rodeos. - Se escuchaba realmente agotado el ángel de ojos avellana.

- No quiere verte, tal vez por pena, tal vez por tu trabajo, tal vez por su padre o simplemente tal vez por lo idiota que es, no lo sé. Lo único que sé es que en el fondo igual está muy agradecido contigo y tus amigos que lo ayudaron... - Carraspeo su garganta para aclararla y seguir. - Sólo dale tiempo para que él te diga las cosas Hyungwon.

- Bien. - Dijo lo más cortante que lograba expresar, sin sentimiento alguno, sin ganas, sin nada.

- ¿Bien? - Ahora el preocupado era el más bajo.

- Sí, bien. Sólo había hablado con él ese día. - Soltó con amargura una risa, cargada de enojo. - Si es que se puede decir "hablar" a la interacción que tuvimos. En fin, no hay nada que agradecer, lo mismo hubiera hecho por alguien más que estuviera en la misma situación Changkyun.

Enojo y rabia fue todo lo que pudo percibir a través de sus palabras.

- Igual es algo que en lo personal quiero agradec... - De nuevo cortaron su discurso.

- Changkyun, en verdad no es nada ok? Me tengo que ir, alguien esta llamando en la puerta. Cualquier cosa que necesiten avísame. Adiós. - Sin dejar que el otro pudiera agregar algo más, colgó y logró sentir como hervía su sangre hasta teñir sus ojos de un leve color rojo.

Se dispuso a levantarse de la cama, entrar a su baño, mojarse un poco la cara con agua fría y seguir arrastrando sus pies por el departamento para llegar a la entrada.

Aún con la mente en las nubes tomó la manija para abrir y encontrarse nada más y nada menos que a su otro mejor amigo recargado en la pared que quedaba frente a su puerta.

Se le rompió un poco el corazón al ver a su mejor amigo que en lugar de estar alegre como siempre estaba, ahora se encontraba cabizbajo con sus rodillas dobladas a la altura de su pecho y sus brazos recargados en ellas para posar su cabeza entre ellos, sosteniendo aún entre sus manos la pelota de béisbol (herramienta utilizada para producir los golpes que retumbaban minutos atrás).

- Jooheon-ah. - Al verlo levantar su rostro, regalándole una de sus hermosas sonrisas que lo caracterizan y le hacen desaparecer sus ojos, sintió cómo su corazón se llenaba y las partes que empezaban a romperse mágicamente sanaban. - ¿Y la cena Jooheon-ah? - Sonrío débilmente pero demostrándole todo el amor que le tenía.

- ¡Hyungwonnie! - Lo abrazo sin pensarlo si quiera, porque aunque no lo dijera y no le gustara era lo que necesitaba en ese momento. - La cena ya casi llega, pedí a domicilio. ¡Pero puedo hacer el postre si quieres! - Se separó de él para ver su reacción y recibió un asentimiento del contrario.

Hyungwon tomo de la mano a Jooheon para que pasara a su departamento y esperaran juntos en la sala a que llegara la comida.

No necesitaban informarse de lo sucedido, era claro que Kihyun ya le había contado a Jooheon lo que había pasado pero, aún así y por primera vez ninguno sabía cómo empezar una conversación.

- Wonnie cerca del estudio hay una cafetería muy linda, ¿mañana cuando termine mi horario me acompañas a comer ahí? - Jooheon sabía que no era momento de hablarlo, sabía que su amigo no quería hacerlo porque de ser así entonces no se habría creado ese ambiente tenso de la nada.

- Claro que sí Joo, me encantaría. Me avisas antes de que salgas para llegar a tiempo y no hacerte esperar tanto.

- Cierto, aún no te dan el carro ¿verdad?

- No, aún no. Pero creo a finales de semana me lo dan.

- Espero, sino... mmm... ¡hacemos huelga en el taller! - Así fue como estallaron las risas gracias a los recuerdos que tienen de las mini huelgas que le hacían a sus padres cuando eran pequeños, siendo siempre cómplices uno del otro en ese acto.

El ambiente ya no era pesado e incluso ya estaban llamando a la puerta nuevamente, esta vez utilizando el timbre, mismo el cual por alguna extraña razón era únicamente era usado por repartidores. Eso disipó todo rastro de duda de que no fuera su cena la que había llegado.

- ¡Vaaaan! - Fue lo que gritó Jooheon con entusiasmo.

- No, ¿qué haces? Yo voy, mejor tú prepara la mesa. - Y así siguieron el plan, cada uno tomando el rumbo que le correspondía.

Sin echar un vistazo previo por la mirilla, abrió la puerta con una sonrisa que ocupaba todo su rostro la cual desapareció cuando vio de quien se trataba.

En sus ojos se podía ver reflejada la sorpresa que tenía de verlo ahí.

- Señor Ri, ¿está bien? ¿está todo bien? - Estaba sorprendido y ciertamente también un poco preocupado de tener enfrente a su jefe con un semblante que no era capaz de descifrar.

𝐍𝐨𝐛𝐨𝐝𝐲 𝐄𝐥𝐬𝐞  ෆ  𝟸𝚠𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora