Después de un largo día de trabajo me encierro en mi apartamento.
Como siempre esta todo desordenado.
Ropa en el suelo, cajas de pizza en el suelo, ¿Mermelada en la pared?
Esto es un desastre.
Apartó un par de cosas del sofá y me tumbó dispuesta a dormirme.SUEÑO...
Estoy en los pasillos de mi instituto.
Miro las taquillas una a una
-¿Mackenzie?- la voz de la que yo consideraba mi mejor amiga me saca de mis pensamientos.
Levanto la vista y ahí esta.
Es como verme en un espejo.
Físicamente somos tan parecidas... pero... tan diferentes a la vez.
Se pasa la lengua por el labio.
Sus ojos ahora rojos en vez de castaños me miran fijamente.
-Kim...
-Agradesle a Sebastián.
Ese nombre retumba en mi mente.
Yo siempre quise volver a verlo... aun que solo lo puede ver una vez. Hace 3 años.
Miro a mi ex-mejor amiga y ella sonríe dejando ver sus colmillos.
-Perra- me dice
-Chupa sangre- le muestro mis colmillos, que son mucho mas afilados que los suyos.
-Perra infeliz, vives entre la mierda en tu diminuto apartamento de mierda.- Pura chupa sangre, vives matando a gente inocente, vives en lo que tu llamabas infierno ¿Donde quedo mi mejor amiga? La que decia que los vampiros eran unos hijos de puta- ella ríe
-Ella murió, y te mataría aquí mismo si Sebastián no me lo prohibibiera.
-Zorra- susurro
-Vete a la mierda
- Púdrete en el infierno.
FIN DEL SUEÑO...
Mi respiración es acelerada.
Tengo pesadillas desde hace 3 años.
Siempre son los mismos, todos se repiten.
Un día soñé con el día de la muerte de mi amiga.
Suspiro y decido sentarme.-¿Hola?
Una voz que creía que no volvería a escuchar jamás me saca de mis pensamientos.
Me doy la vuelta y lo veo.
Sebastián, el vampiro de cabello oscuro y ojos claros.-Hola Sebastián