Soledad en Silencio [Chishiya Shuntaro]

3 - Y el Silencio

Vaya suerte la suya, encontrarse a esa castaña caminando hacia la nada, mirando el cielo sin tropezarse.
Pero no llego a acercarse, ¿porqué? pues porque ella lo miro sobre su hombro de reflejo y no dudó en correr hacia otra dirección para perderlo.

No tenía ganas de correr tras ella, solo suspiro y siguió el camino.

Donde fue ella.

Tal vez sería bueno tener a alguien a quien usar cuando sea necesario, por eso mismo podría llevarse a la extranjera tímida, además no le vendría mal alguien más, necesitaba dirigirse a la playa.
Por lo mientras, jugaría un poco con ésta a las escondidas.

Con las manos en los bolsillos y una sonrisa burlona característica de él, camino de esa rara manera.

No penso que sería tan fácil encontrarla; sobre un árbol, cerrando los ojos intentando disfrutar de la calidez en el momento. La observo desde ahí abajo, intentando entender porqué sigue viva y cómo es que suele estar tan tranquila.
Algo ocultaba... y sospechaba que podría ser.
Pensándolo bien, decidió tomar asiento en una banca por ahora y luego hablaría con ella. No parece tener muchas opciones, dado que no tiene un equipo.

Los minutos pasaron y él veía su móvil con calma, tenía muchos días por suerte, así que irse a un juego no era necesario.

Eso no fue lo mismo para ella.

Justo las luces se encendieron dando comienzo al siguiente juego.
Vio como abrió los ojos y se bajó sin dudarlo, con cuidado. Se veía apresurada en asistir al juego.
Solo que cuando bajo, quedo inmóvil mirando a ese chico extraño.

— Mejor vamos al juego —comento poniéndose de costado, pero ella quedó dura como una piedra— vamos, no muerdo.

Ignorandolo, camino evitando mirarlo a los ojos, pero éste la detuvo con cuidado y le extendió aquel bate de esa vez.

— Quería devolvertelo. Ahora vamos.

Tomo el bate confundia y ambos siguieron caminando hacia el siguiente juego para tener más días. De esa manera podría hacer que ella lo siga y tendrá a alguien para carnada si es necesario.

Fue tan fácil... el tenerla a su lado en todo el juego, traduciendo lo que podía, pues aún le costaba aquel idioma. Pero pudo notar como ella iba teniendo confianza y hasta lo ayudó.
Cuando uno de los participantes intentó golpearlo para quitarle su ficha, ella lo golpeó con su bate, lo hizo por impulso y la mirada de susto mezclada con preocupación se le notaba mucho.

El juego era en equipo de dos, unos pocos equipos tenían una ficha y otros no, debían buscar la salida mientras que los que estaban sin ficha no tenían más opción que intentar robarles al de el equipo contrario. Prácticamente todos se mataban por las fichas.

La desesperación de las personas hacia que maten sin piedad para obtener una ficha.

Chishiya pudo darse cuenta de que esa chica sí tenía habilidades físicas aunque parecía intentar ocultarlas, era algo rápida, tenía un poco de resistencia y fuerza, por eso dudaba que el hombre a quien golpeo este vivo. Pero para hacerla sentir bien, le dijo que quedo inconsciente.

Finalmente encontraron la salida y no tardaron en ir a ella, la castaña protegió su espalda mientras él resolvía el romper cabezas en la puerta.

Pudieron salir seguidos por otros dos equipos más y aquellos sin fichas, murieron en segundos.
Así todo terminó, con una pequeña herida en tobillo de la joven, nada que dificulte las cosas.

La observo unos segundos y también noto las debilidades: Era un poco desconfiada, tímida, amable, torpe y lo peor era que no podía entender el idioma. Por lo que la convertía en un cachorro sin correa, solitario y asustado. A simple vista parecía una inútil cobarde, pero es útil al menos para ayudar con ese bate.

— Chishiya Shuntaro —Dijo captando su atención— ese es mi nombre.

Solo asintió.

— Esta es la parte en donde me dices tu nombre —Aclaro confundiendola— TÚ nombre.

Sabia que ella podía hablar, pues en el juego soltó unos quejidos cuando algún jugador intento empujarla. Pero tal vez por su timidez se le dificultaba. Así que suspiro y comenzó a caminar, haciéndole una seña de que lo siga, cosa que ella hizo sin dudar.

Ya tenía un cachorro en sus manos.

Fue más fácil de lo que imagino, solo necesito ser "amable" y ayudarla sin dudar. Es fácil engañar a alguien que no tiene nada ni nadie.