Soledad en Silencio [Chishiya Shuntaro]

9 - En un mundo tan cruel

Ya era hora, debía ir al juego, muchos se preparaban para ir y tener más días pero al lado de esa joven yacían sus dos compañeros. Claro que iban a intentar ayudarla pero ella debería dar el mayor esfuerzo.

En el momento de salir, Aguni y sus dos mejores hombres aparecieron, extrañados observaron a los tres militares que miraban a la castaña. El primero en acercarse fue Niragi con su típica expresión de alguien superior.

— Iras sin tu preciado bate. —Dijo para luego tomarlo.

Pero la joven nuevamente comenzó a jalar para evitar que se lo quite, el más alto usaba tanta fuerza que levantaba a la contraria junto con el bate, la movia con brusquedad. Tanto que los dos compañeros intentaron meterse, bueno... Kuina fue quien se acercó para tomar los brazos del peli-negro y jalar.

— ¡Oye sueltala, eres muy bruto! —Exclamo sin importarle que pueda meterse en problemas.

No le gustaba que jueguen así con esa inocente joven, eran unos malditos.

— ¡Tu aléjate perra, no es problema tuyo! —ordenó para después empujarla.

Al hacer eso, la castaña le conectó un rodillazo en sus partes, logrando que suelte su bate y se pudiera alejar unos pasos al lado de los dos compañeros.
Mientras éste se quejaba he insultaba en murmullos a esa maldita, el líder decidió hablar de una vez.

— Debes dejar tu bate, te será devuelto si vuelves con una carta. —Aclaro lo más tranquilo.

Enojado y con una sonrisa cabreada; Niragi se acercó aguantando el dolor del anterior golpe, extendió su mano para que le entregase esa maldita arma.

Pero ella sólo miro su bate y pasó de lado al peli-negro, para ir hacia Aguni y así entregarle su preciado tesoro. Claro que acepto, pero el otro estaba enojado por tal ignorancia de la chica.
En cambio, sus dos compañeros sonreían por el atrevimiento de ella, Chishiya le aplaudió lentamente cuando ella se les acercó para irse al juego.

Otra vez en un juego... habían personas que no son de la playa, así que los tres entraron y tomaron un celular.
Ella sólo permanecía detrás de los otros dos, en silencio y evitando las miradas de los demás.
Sin su bate se sentía extraña. Le molestaba el no tenerlo, esperaba recuperarlo pronto.

Nivel de dificultad: 8 de Picas

No sabían si era bueno o malo, Kuina probablemente le sea un poco más fácil pero a los otros dos tal vez se le complicaría algo físico, al menos a Chishiya.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar las reglas del juego.

[REGLAS DEL JUEGO]

{Eligiran cualquier arma o herramienta que tienen en esa mesa y buscarán la forma de salir.

En cada zona podrán encontrar puertas por diferentes zonas, cada una con diferentes sorpresas.

Morirán cuando el tiempo se acabe, se encuentren con algún enemigo o trampa.

Ganaran los que toquen el botón que encontraran al final.}

Luego de eso, el juego iba a comenzar en un minuto, así que los participantes tomaron armas necesarias. La castaña sólo tomó un cuchillo de caza pequeño, destornillador y por ultimo una tiza, por las dudas.

El juego dio su comienzo, todos corrían en algunos pasillos o habitaciones para buscar una posible salida del lugar.
Algunas puertas tenían trampas, cosa que se llevó la vida de muchos.

Ella siguió a sus dos compañeros que caminaban en un pasillo donde otros jugadores también iban en busca de una salida.
Pero no hacía más que seguirle el paso a ellos y eso lo noto aquel rubio, tenía que hacer algo ya... así que se detuvo y la miro mientras los demás dejaban el lugar, quedando solo esos tres.

— Estorbas Aleen —Dijo escondiendo ambas manos en los bolsillos— y se muy bien que me entiendes. No sé porqué finges, pero estoy seguro de ello ya que es imposible que hayas pasado los demás juegos con ayuda, de lo contrario ya tendrías un compañero además de nosotros.

Ambas chicas del lugar yacían sorprendidas por las cosas hirientes que decía éste. Quien no se detuvo con sus crueles palabras.

— Solo te escondes detrás de los demás, no puedes hacer nada por ti misma, por eso eres una inútil. No me sirves, harás que Kuina y yo perdamos el juego. —Sonrio con calma.

Y todo se confirmo al ver como esa castaña dejaba caer unas lágrimas, ella solo quería ser útil y hacer algo bien. La más alta quería acercarse pero el rubio la detuvo borrando esa sonrisa. Asintio y voltearon para seguir el juego, dejando sola a la chica, cabizbajo.