Epílogo 1: El amanecer de un falso otoño.

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"El hecho de estar vivos es un regalo, el ayer ya pasó, el mañana no sabemos pero por eso el hoy... se llama presente"

No se a ciencia cierta que ha pasado, hasta ahora todos los sucesos ocurridos me golpearon en sucesión una vez que siento que el peligro se ha apartado de mi.

Recapitulemos. Primero fui a Alamo Square luego de que se me diera el pergamino, allí conocí a Will un niño que al parecer tenia problemas familiares. Luego mordido por un gato, luego transportado y luego...

Miré hacía el cadáver de La Parca e instintivamente mi cuerpo generó rechazo.

Vomité.

-*Blurp* Aghg.

Mi cuerpo mecánicamente comenzó a vomitar sin control. La carga de adrenalina que había recibido se desvaneció de mi cuerpo. Sentí como mis fuerzas se drenaron una a una mientras caía de rodillas al suelo cubierto de polvo y cicatrices.

Solté el estoque que tenía en mi mano izquierda y este desapareció con una nube negra de ceniza en el aire mientras yo regurgitaba.

Tardé al menos unos minutos en recomponerme y volver a tener sensibilidad en mis extremidades, la cual había sido robada momentaneamente por el descompensamiento que me provocó el vómito.

A su vez, la cicatriz en mi pecho y la que estaba en mi hombro ambas comenzaron a doler fuertemente y a borbotar sangre lenta pero constantemente, las cuales si seguían al mismo ritmo amenazaban con desangrarme en cuestión de horas.

Alcé la vista hacía mi Raíz, Autumm, ese fue el nombre que le dí. Claramente su forma cambió drásticamente luego de haberle concedido el nombre, incluido el crecimiento repentino de sus extremidades también aumentó el factor de ferocidad que era imperceptible cuando apareció en el hospital. Pero aun sigue conservando a pesar de las roturas en su traje y la prominente cicatriz que compartirmos ambos en el pecho una aura de elegancia discreta.

—¿Ya logró recomponerse Rabí?

—Al menos un poco -Respondí levantandome del suelo temblorosamente- ¿Y tú estas bien?, ¿no te duele esa herida?

Autumm levantó grácil su mandíbula hacia al cielo y espetó una risa algo apagada en respuesta.

—Ja ja ja, pues me duele tanto como a usted, nuestro dolor, pensamientos y sentimientos son mutuos desde ahora -Acto seguido agachó su cabeza e hizo una reverencia- Disculpe mi mediocridad, fué herido por causa mia.

—No te preocupes, si no fuera por ti hubiesemos muerto ambos... bueno, si es que puedes morir.

—Puedo -Respondió de inmediato- una Raíz no puede vivir sin su portador ni un portador sin su Raíz. Y aun si así no fuera con todo respeto dudo que usted fuera salido impune ante esa Ánima.

Entre tanto intercambiabamos palabras, sentía como una fina capa de separación entre nosotros se iba rompiendo. Entendía la importancia de haber podido estar al borde de la muerte y de tener a Autumm cerca, es indispensable que pueda aprender a confiar en él y terminar de despejar mis dudas.

El tiempo en sí fue corto, ya el amanecer en aquel espacio quebrado se acercaba y la extenuación preocedente de la batalla estaba pasándole factura a mi cuerpo. Estaba débil, lo sabía y para mi era un alivio si ya fuese a terminar este episodio de mi vida, pero algo procedente detrás de mí me regresó a la realidad.

—Aún no cantes victoria humano, La Parca aún vive.

La voz provino del Gato el cual salió de entre los callejones, su silueta se veía algo distinta de como recordaba. Era mas grande y robusto, su pelaje había aumentado de tamaño y sus dientes sobresalían un poco de su boca. Era lo más parecido a un lince o casi el tamaño de un zorro.

Las noches de desesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora