"En una sala cubierta de blanco es donde encontraremos el descanso eterno"
-¿Y eso que quiere decir abuelo?
-Aun eres muy joven para entenderlo Edward, pero cuando ya no este a tu lado y te llegue tu hora lo comprenderás....
Esas fueron las últimas palabras que me ofreció mi abuelo antes de fallecer, pero no pensé que aun siendo tan pronto me llegaría esta terrible oportunidad.
-Creo recordar que fui atropellado... ¿conque he muerto eh?
Podría decirse que el lugar en el que estaba no se parecía a ningún sitio que hubiera visto antes, era tan silencioso y vacío que hasta llegaba a ser macabro.
-Una sala cubierta de blanco...eh?
Una habitación (o al menos ese era su parecimiento) donde todo lo que alcanzaba la mirada era nada mas que un espacio vacío cubierto de neblina poco densa, la cual, si bien provocaba ansiedad el solo hecho de estar allí daba cierta sensación de extraña conformidad en una mezcla muy inusual.
No pude evitar sonreírme y dejar escapar un pequeño suspiro de risa, y si no era gracioso, no estaba feliz, solamente no pude evitar comenzar a reír en esa situación.
{¡Ja ja ja ja!}
Cada vez comenzaba a reír y a reír mas fuerte en aquella sala tan siniestra. Reí tanto así que lágrimas comenzaron a escaparse de mis pupilas y bajaron tenantes por mi rostro sosteniendo una expresión que ya no era normal. Solo evocaba confusión en mi mismo, pues comprendí que el motivo de mi risa era la decepción combinada por el pánico de saber que no podía volver a mi estado anterior y que ojalá todo lo que hubiese ocurrido no fuera mas que una pesadilla.
-Supongo que este es un final perfecto para mi ¿no? -Dije mintiéndome- no me considero afortunado después de todo, asi que supongo que la mejor suerte que podría tener seria morir –Aun exaltado puse el antebrazo en mi frente y suspiré-
Sin ningún ápice de esperanza o culpa solo me tocaba aceptar el proclamado "destino" que une a todos los seres vivos desde que nacemos. Una verdad tan cruel y sencilla que aun viviéndola no conseguía aceptar. Pero aun así, yo me rendí. En un momento solo cerré mis ojos. Mis parpados cubrieron con oscuridad mi visión para poner fin a mi conciencia en aquel lugar, nada mas quedaba.
De repente sentí que una mano se posaba sobre mi y recobre mis sentidos como un choque en ese instante.
-¡Bienvenido! ¡No sabes cuanto aguarde para este momento!
Eso dijo una silueta que con ojos entreabiertos denoté que parecía ser humana.
-¿Disculpa? -Sobresaltado pregunté-
-¡Si, Eres tu a quien hablo!, ¿pero acaso no me reconoces?
Tan solo a momentos de definirlo bien, mis ojos se abrieron de par en par al ver la figura que me tendió la mano. Era nada más y nada menos que yo mismo.
-¡Al fin nos conocemos Mister!
-¿Mi-mister? –Dije mientras retrocedía lentamente-
-¡Ah, perdón por mi falta de respeto! ¿O prefiere que lo llame Rabí?
Aquella persona (o no se si se podría catalogar como tal) en apariencia era exactamente igual a mi todos sus rasgos y facciones de la cara eran idénticamente iguales a los míos, incluyendo detalles como algunas pecas y una cicatriz a la altura del cuello la cual me hice cuando era niño. Solo había algo que me sorprendió aun mas que su físico y era su atuendo. Las ropas que el llevaba se asemejaban a las ropas del bufón de un circo, aunque estas eran de color negro brillante y tenia un collar en su cuello el cual tenia una frase la cual se me hacia familiar mas aun así no identificaba:
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Las noches de desesperación
Mystery / ThrillerDentro del mundo existen misterios escondidos, enigmas y sorpresas solo posibles de encontrar para los mas capaces... o los más desafortunados. La monótinia si bien es algo a lo cual repudiamos, creeme que no volverías a odiarla una vez que lo paran...