Epílogo 2: Los vestigios de una tormenta que luego serán huracán.

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Tengo mis ojos cerrados. Inertes, calmados...

<<No puedo escuchar nada a mi alrededor, no puedo sentir nada en absoluto. Mi cuerpo se encuentra en cero.>>

<<Entonces, ¿Por qué? ¿Por qué puedo pensar? ¿Donde estoy?>>

Un leve sonido me saca de mi trance. Es tenue y muy ligero, como el soplo de una brisa, aunque a ciencia cierta no logro distinguirlo.

Poco a poco el sonido comienza a intensificarse. Imbuye mis oidos de manera penetrante mientras recobro mis fuerzas.

Siento como si mis extremidades estuvieran siendo sostenidas por alguien. Sinceramente no comprendo que está pasando.

Hasta que finalmente me veo.

Veo mi cuerpo inerte tirado sobre el pavimento, mi ropa se encuentra rasgada y hecha harapos. Varias manchas de sangre procedente de mis heridas, destilan sangre que se escapa de mi cuerpo a hilos suaves, puedo ver todo eso.

-Entonces, volví a morir... -Exclamé con un fuerte suspiro-

Era como una especie de visión en tercera persona. Pude ver claramente Alamo Square como si estuviese suspendido en el aire.

Casas, gente y autos todas esas cosas reunidas alrededor de lo que parece ser mi cuerpo.

-No exactamente -Dijo una voz que no supe de donde provenía-

-Autumm, ¿Eres tú? ¿No estoy muerto?

-Efectivamente Rabí, no lo está -Me respondió sin aún poder verlo- Es solo que su consciencia está siendo conpartida en este momento, tuve que hacerlo porque de lo contrario hubiera muerto a causa del dolor.

Al percatarme con un movimiento, no era una especie de alma ni figura fantasmal, sino que estaba viendo todo desde la perspectiva de Autumm quien era el que estaba suspendido encima mio, como si estuviese flotando.

-No sabia que pudieses volar -le dije con tono dudoso-

-De cierto no puedo -respondió de inmediato- y usted tampoco puede estar en esta forma mucho tiempo. Es solo cuestion instantes para que su consciencia vuelva al cuerpo, sobre todo si va a recibir una gran sacudida.

-¿Una qu...-

*Un gran espasmo me devolvió a mi cuerpo de golpe*

8:30 pm Hospital de San francisco, California.

Oigo el ruido del macrogotero salpicando la solución dentro de la vía que se encuentra en mi brazo. Puedo oír tambien mi pulso a través el pitido constante de la máquina de electrocardiograma, eso me indica que sigo vivo.

Pude volver en mí luego de recibir un fuerte choque de los desfribiladores de mano de los paramédicos que entraron en escena poco despues de que caí desmayado. Según testigos de la escena fuí atropellado por un remolque mientras intentaba cruzar la calle, algo complentamente falso dado ciertas supocisiones.

¿Por qué estaría pasando un remolque por la estrecha calle de Álamo? ¿Por qué yo habria de tirarme contra él? Y más aún ¿De donde provino esa información?

A ciencia cierta no creo que obtenga las respuestas en esta situación, valdría más la pena solo agradecer porque haya sido un incidente tan común a los ojos de la gente normal.

En ello vi un grupo de enfermeras pasando revista a los pacientes del otro lado del pasillo, se encontraban acompañadas de cierta figura con un aire familiar. Al terminar de chequear la habitación de en frente procedieron a entrar hacia donde yo me encontraba y allí, pude divisar que la silueta familiar no era más que la del doctor que me habia atendido en mi previo accidente hace unas semanas.

Las noches de desesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora