Capitulo 1|El inicio.

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— ¡Alice!— Así me llamo.— ¡Alice!— Vuelve a gritar mi mejor amiga.

— ¡Dejame en paz!— Le devuelvo el grito.

— ¡Levántate, guarra!- Grita.

— ¡No quiero!— Grito mientras me remuevo en las suaves sabanas de terciopelo.

— ¡Ya son las once!— Chilla como una loca.

La que me está gritando se llama Paula y si, por desgracia es mi mejor amiga... pero bueno aparte de ser mi mejor amiga, es mi compañera de piso.

Me lleve la desgracia completa.

Siento agua fría en mi cara y cuando pego un chillido y abro los ojos de golpe, me doy cuenta de que es mi queredisima amiga, la cual lleva una jarra en sus manos y una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.

— ¡Buenos días!— Exclama con la mirada y la fulmino con la mirada.— Levántate y vístete, que nos vamos.— Dice y se va del cuarto.

Es algo mandona... o mejor dicho es una MANDONA.

Me levanto lentamente de mi cómoda cama y voy al baño que hay en mi habitación, para después quitarme mi cómodo y calentito pijama, y meterme a la ducha.

— ¡Aaaaaah!— Grito cuando el agua fría me salpica y rápidamente giro el grifo, para poner el agua calentita.

Después de haber cantado a todo pulmón, salgo envuelta de la ducha y salgo del baño. Voy hacia mí armario y busco algo cómodo que ponerme y al final me pongo un vaquero negro roto y una sudadera negra, la cual tiene la palabra "BITCH" en blanco.

Salgo del cuarto y voy hasta la cocina en donde esta la loca desayunado.

— ¿Y para mi?— Pregunto mirándola fijamente.

— Háztelo.— Dice embutiendose con la comida.

— Mala persona...— La asesino con la mirada y me siento enfrente de ella.

— Hoy vamos a dar una vuelta por las calles de Madrid...— Dice ilusionada.— Desde que nos mudamos no hemos salido nada.— Me reprocha.

— No mudamos hace una semana.— Le recuerdo.— Hemoes estado ocupadas.— Le digo arqueando mi ceja.

— Verdad. Habeces se me olvida que somos unas mujeres ocupadas...— Dice.— ¿Usarás tu prótesis?— Pregunta y niego con la cabeza. No quiero llevar eso agarrado a mi.

Si, me falta medio brazo...

— Pues entonces vámonos.— Dice levantándose de su taburete.

— Vale, yo te sigo.— Le digo y al igual que ella levantándome de mi taburete.

Cuando ya a agarrado todas sus cosas, nos vamos a recorrer las bonitas calles de Madrid.

— ¿Vamos a un bar a comer?— Pregunta.

— Claro.— Contesto.

Las calles son bonitas, coloridas y la gente parece agradable, aunque vayan como hormigas corriendo de un lado a otro, pero bueno... eso es en todo lados.

Cuando llegamos al bar nos pedimos una cerveza y mientras bebemos veo como Paula habla con un chico bastante guapo, así que decido dejarle un poco de intimidad. Me voy del bar, dejando que Paula pague y comienzo a caminar y a caminar hasta que me canso y veo un callejón, en el cual hay una pequeña tienda.

Voy hacia la tienda y cuando veo el escaparate veo un maniquí de chico vestido, supongo que venderán ropa...

Cuando entro no hay nada de ropa, solo hay hierbas, botecitos, especies, líquidos... y muchas cosas más.

Es como una tienda para hacer magia.

— Hola.— Le digo al hombre de media edad que esta detrás del mostrados.

— Hola.— Dice dándome una calidad sonrisa.— Me a llegado un producto nuevo y igual a ti si que te gustaría...— Dice.— ¿Quieres verlo?— Pregunta y asiento con curiosidad.

¿Como sabe que me puede gustar? Es la primera vez que vengo.

El sale de no se donde a ido y cuando veo que tiene el maniquí que había en el escaparate, lo miro raro.

¿Para que quiero un maniquí?

— No es un maniquí cualquiera.— Dice sonriendo.

Lo miro extrañada y espero a que me diga algo más que esas palabras, porque la verdad es que me a dejado algo confundida.

¿Que hare con un maniquí de hombre?

¿Le pruebo mi ropa...?

Playboy a la venta.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora