— ¿Que te pasa?— Pregunta.
— Una pesadilla.—Susurro sin mirarlo.
— Pues vaya pesadilla... estas llorando a cal y canto.— Dice el, limpiando mis mejillas húmedas con sus manos.
Sin dejarle reaccionar, me avalanzo hacia el y rodeo su cuello con mis brazos.
— Eh..— Lo escucho decir, pero se calla y rodea mi cintura con sus brazos.
Estamos así por unos cuantos minutos que me parecen eternos, pero al fina no separamos y el posa sus manos en mis mejillas, limpiando las lágrimas que caen de ellos con sus pulgares.
— No llores, defectuosa.— Dice, consiguiendo que me ría.— Así está mejor.
Evitó mirarlo a los por vergüenza más que nada y cuando el se da cuenta, eleva mi mentón con uno des sus dedos y me obliga a mirarlo.
— No apartes tu mirada de mi.— Dice mirándome tan intensamente que parece que ve más alla de mis ojos.— Nunca.— Añade y asiento, apartando los ojos de lo de el.— Que te acabo de decir.— Dice y miro su boca, la cual está extendida en una gran sonrisa.
— No aparte tu mirada de mi...— Imitó su voz ronca y masculina.
— Que graciosa...
— Lo se.
— Y humilde.
— También lo se.
El bufa y sin darme cuenta, me encuentro mirando su culo. Literalmente. Estoy sobre su hombro y el está saliendo del cuarto, mientras yo miro el movimiento que hace su culo cuando el anda.
Buenas vistas...
Estoy de acuerdo con eso.
Dejo que me lleve a lo que parece ser la cocina y cuando me baja de su hombro, me deja encima de la encimera.
— Vamos a desayunar.— Sentencia.
— Si, señor.— Hago un saludo militar y el me regala una sexy y deslumbrante sonrisa.
— Me gustaría que me llamarás señor en otra parte...— Comenta pervertidamente.
— Tonto.— Río a la vez que me sonrojo.
— Tu sonrojo me dice que te gusta...— Dice el, dándome la espalda.
— Mi sonrojo, no habla.
— Pero tu cuerpo si.
No digo nada y como el no me mira y esta centrado en hacer el desayuno, decido bajar de la encimera como puedo y volver corriendo como una niña pequeña hacia mi cuarto.
Cuando termino de colocarme la protesis, el aparece en la puerta y apoya su codo contra el marcó de esta y me mira atentamente.
Parece que quiera atacarme...
— El desayuno está listo.— Avisa y asiento como respuesta.
Salgo del cuarto, chocando mi hombro contra el suyo y luego el sigue mis paso hacia la cocina.
— Um... huele rico.— Digo cuando estamos ya enfrente de la comida, ya servida.— Espero que sepa bien.— Comento.
— De seguro.— Dice el, con arrogancia.— Recuerda; A mi todo me sale delicioso.
Sonrio ante sus palabras y me siento a un lado, para empezá a devorar toda la comida que a hecho. El también se sienta y comienza a comer al igual que yo; Como si la dependiera de ello.
— Esta rico.— Le digo tragando el último bocado de mi tortita.— Tienes razón...— Respiro hondo.— Todo lo hacer rico.
Se rie y alza las cejas, mirándome con picardia, cosa que ignoro y bebo un poco de jugo.
— ¿Me vas a decir que pasó en tu sueño?— Pregunta serio, pero me mira con miedo a que pueda romperme de nuevo.
— No era un sueño...— Comienzo algo tímida.— Es algo que paso en realidad y desde entonces he soñado mucho con ello.
— ¿Que es?Si quieres decírmelo... si no, no pasa nada...— Empieza a decir, pero lo interrumpo poniendo mi mano sobre sus acolchados y bonitos labios.
— Perdí el brazo por un accidente de coche.— Suelto bruscamente.— Iba con mis mejores amigos, riéndonos y hablando...— Hago una pausa, para respirar hondo.— ...hasta que un camión nos estrello y... y — Comiezo a lágrimear de solo recordarlo.— Cuando abrí los ojos me encontré en un hospital, sin medio brazo y con la terrible noticia de que Jack había muerto.— Termino de decir.
— Lo siento mucho, defectuosa...
— No me llames así.— Me quejo.— De los demás no se nada...
Es verdad, después del accidente me encontré en un hospital, sola y con esa noticia tan... tan trágica, mi brazo quedó en segundo plano y estuve llorando, sin hablar con nadie y evitandolo todo, porque le hechaba de menos, bueno... aún lo extraño y deseo que en ese accidente la que hubiese perdido la vida hubiese sido yo y no el.
— Fue un accidente, no tu culpa.— Dice con firmeza.
— Tenia que haber visto ese camion, haberle avisado para que lo esquivara...
— Hey...— Dice interrumpiendo mis palabras.— ... tu no podías haber sabido lo que pasaría.
— ¡Pero podía haber intentado evitar que ese maldito camion nos estrellara!— Grito con histeria.— Podia haberlo intentado, en verde reirme como una tonta, y asi... el no estaria muerto.— Susurro las ultimas palabras.
— No puedes volver hacia atrás y evitarlo...— Susurra.— Y aunque te duela... tienes que sobrevivir con ese dolor.
Lo miro con ojos llorosos y asiento, aunque por dentro este rompiéndome en mil pedazos.
— Tienes que aprender a vivir con el dolor...— Añade y con eso último, me envuelve en un cálido y seguro abrazo.
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Playboy a la venta.✔
Roman pour Adolescents¿Que pasaría si un día vas a una tienda y te encuentras a un maniquí en el escaparate?Nada, verda...Al fin y al cabo es lo normal en una tienda. Pero...¿Que pasaría si ese maniquí en realidad es un chico?Ahí cambiaría la cosa, ¿No? El, un playboy qu...