Capítulo 6

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Sus manos habían ganado algo de piel y firmeza después de unos meses, lo que antes eran manos huesudas ahora eran unas pequeñas y gorditas, podían ser fácilmente las manos de un niño de no ser por las largas cicatrices y manchas producto del trabajo y castigos. Marcas que era poco probable que el tiempo desapareciera.

Levi no entendía porque aquel hombre alto y de sombrero le había salvado la vida, se había presentado como Kenny y trabajaba para el rey Uri era lo único que el hombre le había dicho cuando estuvo lo bastante firme para sostener una conversación sin dormirse en el proceso. No sabía nada más, ni que era de su madre o el motivo de su llegada, pensó que quizás podría ser alguna de las parejas de su madre pero esa idea fue descartada por el mismo pues conocía la naturaleza de las personas que visitaban a su madre, ninguno de ellos se llevaría a un niño, después pensó que quizás era algún amigo pero Levi sabía que su madre no tenía, sus compañeros suelen tratarse con menosprecio y ella nunca pareció apegada a uno. Kenny nunca se molestó en contestar aquella inquietud y decidió no insistir más.

La propia naturaleza de aquel tipo le confundía, era usual que cuando hacías algo por alguien debías dar algo a cambio, lo había visto durante toda su vida. Sin embargo Kenny lo llevó a una casa de una planta donde le dio comida y ropa, no era ostentoso pero era más de lo que él alguna vez tuvo sin embargo cuando le preguntó a Kenny que debía hacer para pagarlo este solo hizo un ruido molesto.

—Concéntrate en aprender a no ser una carga.

El hombre sí había parecido particularmente interesado en eso, que Levi fuera lo suficientemente ágil y astuto, no era que esto le disgustara antes el fuego de la rabia cuando alguien lo menosprecia quemaba sus entrañas y debía aguantarlas para que no le hicieran daño, con Kenny había aprendido a que si lo hacían podía rayar su cara con un cuchillo dejando una marca permanente y que la gente le tuviera tanto miedo que no se atrevían a tomar venganza.

Vivía en un edificio decente, aunque Kenny no se lo pidiera se encargaba de tener el lugar limpio y ordenado cuando esté salía, nunca preguntó hacia dónde iba cuando no lo llevaba con él, el hombre del sombrero solía irse y durar dos días afuera, Levi no se preocupaba tanto ya que le dejaba comida y dinero en caso de que lo necesitará. Pero un día Kenny volvió pero no lo hizo solo, tras él había una persona más baja y con una capa que cubría su cabeza y cuerpo. Levi quien era un niño sentando en la mesa del comedor miró curioso a las dos personas nervioso de no saber qué ocurría.

—Oye mocoso, presentate apropiadamente.

Levi pegó un brinco ante el tono duro que había usado, la persona detrás río bajó antes de quitar la capa de su cabeza. Levi entonces vio a la persona más diferente que alguna vez conoció, en el subterráneo las personas tenían el cabello negro o marrón y sus ojos casi siempre oscuros, sin embargo aquella persona tenía un cabello color plateado que incluso a la luz de la lámpara de aceite se veía cuidado, sus ojos de un brillante color lila y grandes, Levi abrió la boca sorprendido por aquel hombre, definitivamente no era de allí estaba demasiado limpio y cuidado como para serlo ¿de donde lo había conocido Kenny? Miró de nuevo al hombre que sus ojos aunque brillantes lucían cansados. 

—No tienes por qué ser tan grosero con él —dijo finalmente el desconocido dando un paso al frente de Kenny, este chasqueo la lengua—. Me llamó Uri ¿como te llamas tú?

—Levi.

—Solo Levi —contestó Kenny imitando sus palabras.

—Kenny me ha hablado de ti, tenía ganas de conocerte —le dio una sonrisa amable.

Levi miró curioso al mencionado, este se negó a soportar la vista de alguno de los presentes.

—Uri dice disparates, no lo escuches.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2021 ⏰

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