El color anaranjado del cielo contaminaba todo Paris con su calidez mientras atardecía. Y tras casi terminar todas sus entregas del día y haber pasado a Barbés por una correa nueva, Raoul y Émile se dirigían a dejar su ultima entrega.
-¡Vaya! ¡Te lo agradezco muchísimo Raoul!- Exclamó con sarcasmo el hombrecillo.
-¡Lo hice con mucho gusto Émile! pero... ¿que?- Preguntó Raoul a su vez con obvia incredulidad a su amigo.
-E-estaba hablando con ella y lo arruinaste.
-¡Eres un picarón! Te voy a pellizcar- Pinchó la mejilla de su amigo con los dedos haciendo una voz burlona.- Al fin te decidiste a invitarla a salir ¿verdad?
-¡N-no! ¡Si! Bu-bueno, no. Es... algo complicado.
- ¿Que es tan complicado? La invitas, se ruboriza, dice que si, te ruborizas ¡y listo! ¡es una cita!
-Pero... no es tan simple, es que... cada vez que la veo mi lengua se queda sellada en mi paladar.
-Por eso tienes que hacerle una carta, así lo único que se sellará será el sobre- Dijo riendo de su propio y pequeño juego de palabras.
-Una carta... no es una mala idea.
-¡Claro que no es una mala idea! es fantástica, es mía. Si quieres te ayudo, se me dan las palabras, lo sabes.
-Si, si, lo se, em... ¿pero tu sabes mucho sobre el amor?
-¿Cómo?- rió con vanidad- Eres adorable ¿que si se sobre el amor? ¿tienes alguna idea de lo que dicen en París? "Cuando Raoul está presente las gatitas lo tienen en la mente"
-Oh... de hecho eso rima.
-Es mejor que una rima hermano.
Catherine se salía varias veces del camino por la velocidad en que iba, ganándose los gritos y groserías de los transeúntes.
-¡Raoul! ¡Vas demasiado rápido! -Exclamó Émile ya molesto por su forma de conducir.
-¡Lo se! desde que Catherine usa aceite de girasol ¡realmente vuela!- Giró hacia la izquierda de golpe, haciendo que Émile chocara con su abrigo de piel.
-Si, por cierto... tu abrigo, da mucha comezón, parece de... heno.
-¡¿Heno?! ¿es un chiste? ¿lo que pague por esto? ha ha Émile... esto es genuino y cien por ciento unico.
-Bueno, ya entregamos las gallinas ¿cual es nuestra última parada? -Preguntó Émile.
-Vamos al invernadero Disjardins a entregar estos sacos de fertilizante que pidió el profesor, es un lugar grande lleno de plantas. Podrías grabar algo bueno ahí con tu cámara nueva.
-¿Tú lo crees?
-¡Por supuesto! Somos los mejores amigos del hijo del profesor ¿por que no?
-¿No lo se... a decir verdad nunca he ido para allá.
-Es un lugar enorme, te encantará. Además tienes que estrenar en un sitio digno esa belleza que acabas de comprar.
Émile y Raoul llegaron al invernadero del profesor. Y como era de esperarse el agitado viaje en Catherine había mareado al pobre pelirrojo en cuanto se bajó del vehículo.
Emile observó con asombro la gigantesca estructura de vidrio y hierro a la que habían llegado y exclamó:-¡Wow!
-Te caerá bien el profesor, es un personaje adelantado a su tiempo, es un visionario. Casi como yo.- Dijo Raoul mientras dejaba el fertilizante frente a la puerta con una carretilla- Jamás me deja ver su trabajo.
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A monster in Paris: Una historia alternativa
FanficFrancoeur es un tímido prodigio musical, hijo de un importante cientifico que desprecia su talento, y que está enamorado de la gran estrella creciente, Lucille Auclair. Más, por azares del destino y la torpeza de su amigo Raoul, se convertirá en e...