El de cabellos morados se quitó de donde se encontraba.
—Ey, no, debían besarse. -Sanzu se frunció el ceño. —No íbamos a besarnos, drogo. -La chica estaba sentada en la cama. —Debían hacerlo, se notaba la tensión entre ustedes. -Respondió tranquilamente.
La fémina decidió ignorar aquellos comentarios y trató de volver a dormir, después de todo, no podía hacer nada, más que esperar a que Naoto la rastrease y la encontrase, aunque no sabía si eso podría ser posible.
—Ugh mierda, quiero irme a mi casa. -Se puso en forma de estrella, siendo observada por el par de chicos. —Es cierto, debemos comprar ropa para nuestro caramelito. -El peli rosa se sentó en la cama. —¿Comprar? Tengo ropa en mi casa. -Se cruzó de brazos, también sentándose. —Quiero ir a mi maldita casa. -Frunció el ceño. —Caramelo, no creo que eso sea posible, estará rodeada de policías. -Sanzu se había acercado a ella y estaba jugando con su cabello. —Aléjate, maldito drogo. -Se alejo del chico. —Esas no son formas de hablar, dulcecito. -Seguía sonriendo. —Déjenme ir a mi casa y puede que intente hablar mejor. -Si, los estaba retando. —Ugh, bien, iremos a tu casa, pero si hay policías en ella nos largamos al centro comercial y nosotros escogemos tu ropa. -El peli rosa extendió la mano a la chica, quien la apretó, en forma de sellar el trato.
No creo que sea buena idea....
No, de hecho no fue buena idea, por que después de que ella se bañase y saliesen de aquella casa donde la tenían habían ido rumbo al apartamento de la chica, el cual, por supuesto, estaba lleno de policías.
Ahora debían ir al centro comercial, y, realmente no le daba buena espina que el trío de chicos escogiese la ropa que próximamente se pondría.
Seguía sin confiar en ellos, pero sabía que disimulando estar bien estaría a salvo.
O eso creía.
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Habían llegado al centro comercial hace unos minutos, y en este momento recorrían las tiendas con una Nisha en muletas y con un cubre bocas puesto, la habían obligado a usarlo ya que no querían que la reconociesen.
Pasaban por una de las tantas tiendas de ropa para mujer y Sanzu se adentró en una en especial.
Tenía más que nada cosas negras, pero los vestidos reinaban.
No era muy fan de los vestidos...
Aunque no es como si fuesen a tomar en cuenta su opinión, después de todo, solo la habían llevado para que se probase las cosas que quisiesen comprarle.
De pronto el peli rosa salió de la tienda, jalando a la castaña hacia el vestidor, donde le esperaban 3 vestidos, dos de ellos ajustados y el restante era un tanto más flojo, ese si le había gustado un poco.
