24 de junio de 2017
Habían atrapado a la chica nuevamente, todo esto por que él le había creído a la castaña en su momento.
No debió haber creído aquel mensaje, no debía.
Ahora mismo Chifuyu se estaba controlando, después de todo estaba enojado consigo mismo por no haber podido proteger a la fémina.
—Ugh, joder, no pude protegerla. -Ahora lágrimas salían de sus ojos mientras llamaba a Keisuke.
Todo el departamento estaba destrozado.
Unos pitidos y el mayor contesto.
—Baji-san. -Se escuchaba cómo lloraba. —No pude protegerla. -Explotó, sollozaba y le dolía el pecho.
—Chifuyu, ¿donde estas? -Keisuke estaba preocupado.
—En su apartamento, pero no pude protegerla Baji-san.
—Bien, voy para allá, espera Chifuyu. -Colgó.El chico se dejó caer en el suelo, mientras lloraba por no poder haber hecho nada, le dolía, su pecho dolía.
El peli negro mayor llegó en unos minutos y apenas entro al apartamento vio a su amigo, quien volteó a verlo y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Ohh, Chifuyu. -Se agachó y le abrazó.
—Ugh, Baji-san, no pude protegerla, no pude y lo prometí. -Correspondió el abrazo y lloraba en el pecho de su mejor amigo.El de cabello largo sintió como su ropa se mojaba, definitivamente Chifuyu estaba llorando demasiado y estaba desconsolado.
La de cabello corto despertó.
Ya no estaba en algún edificio abandonado o algo así, ahora estaba en una casa, en un sillón, ni siquiera amarrada, estaba incluso cobijada.
Ran, Rindō y Sanzu le miraban desde el sillón frente a ella, provocando que se avergonzase, pero también tenía un poco de miedo.
—Hasta que despiertas, dulcecito. -Sanzu le miró con una sonrisa, queriendo acercarse a ella.
—Uh, no, aléjate de mi. -Se hizo a una esquina contraria a donde estaba el de cabello rosa, importándole poco que sus puntadas se abriesen.El peli rosa se detuvo cuando vio sangre manchando la cobija.
—Ugh, carajo, ya se abrió. -Apenas sintió su pierna mojada supo que se había abierto.
—Ah, así que aun no cicatriza. -Sonreía cínicamente.
—Claro que no, es profunda, idiota. -Contestó de mala gana, destapándose, dejando ver su pierna descubierta por el short que usaba.Comenzó a hacer presión en la herida, mientras usaba una de las servilletas que había en la mesa.
—Uhm, lo siento, ¿tienen gasas y micro poro? -Preguntó mirando al par de hermanos, quienes veían a la chica con la pierna manchada de sangre.
—Uh, Ran ¿donde estaban? -Preguntó Rindō levantándose del sillón.
—El botiquín está en el espejo del baño. -Estaba sereno.Rindō se levantó y fue directo al baño.
Una vez regresó traía lo que la chica pidió.
Esta agarró el botiquín, lo abrió y quito la servilleta completamente mojada en sangre, colocando tres gasas.
Una vez todas estuvieron llenas de sangre quito las últimas dos, dejando la primera y añadiendo más.
Una vez el sangrado paró, cambio las últimas dos por nuevas y puso micro poro alrededor, así logrando un vendaje provisional, pero debían ver a un doctor para que no se infectase.
—¿Donde aprendiste todo eso? -Ran parecía intrigado.
—Si no te hubieses alejado cuando más te necesitaba tal vez hubieses sabido que tomé un curso de enfermería. -Contestó mal, fulminando con la mirada al más alto.Flashback
23 de agosto de 2007
Su madre acababa de morir y en este momento necesitaba más que nada al joven mayor que ella del que se había enamorado, necesitaba que alguien la reconfortase, que la amase y que la tranquilizase.
De verdad necesitaba la presencia del chico, lo amaba y en serio le necesitaba cerca.
Llamaba el teléfono del chico, no contestaba, por más que lo intento no hubo respuesta.
Tampoco la hubo de Rindō, su mejor amigo.
Eran las únicas dos personas que le quedaban, además de Nahoya y Souta, quienes no podían atenderla, estaban ocupados.
Estaba sola, en aquella gran casa, sintiéndose sola.
Su amor nunca llegó, no volvió a saber de él.
Lo único que supo después de tanto tiempo, fue un mensaje de él, diciéndole que terminaban y que no quería volver a saber de ella.
Decidió no volver a llorar, y menos por aquel dulce chico que había robado su corazón.
Se inscribió en un curso de enfermería, sabía que en algún momento llegaría a necesitarlo.
Aun no sabía por que Ran le había hecho eso, y sabía que algún día lo averiguaría.
Presente
—Me dejaste por un mensaje de texto ¿que esperabas? -Se volteó a ver a Rindō. —Tu también, me dejaste sola cuando más los necesitaba, a los dos. -Ahora estaba llorando.
—Nisha, si crees que lo hicimos para perjudicarte estás completamente equivocada. -Rindō le abrazó, con cuidado. —Candy, no llores, lo hicimos para protegerte, estábamos involucrados en cosas ilícitas, nos alejamos de ti por ello, para no involucrarte y que no te dañaran. -Se separó un poco, agarrando la cara de su antigua mejor amiga y acariciando sus mejillas mojadas.Al parecer no mentía, estaba decidiendo creerles, aunque no sabía lo que le depararía la vida.
¿Debía darles una segunda oportunidad?
Woah, después de 10,000 años actualizando, disculpen el retraso.
Estuve con tarea y con mi familia, todas esas cosas, disculpen.
Y otra cosa
¿Por que siempre lloran con los historias?
nunca ha sido mi intención, discúlpenme.Gracias por leer.
Se les quiere.
Tengan buen día/tarde/noche.
Disculpen errores ortográficos
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Vɪᴇᴊᴀs ᴛᴀʀᴅᴇs ᴅᴇ ʟʟᴜᴠɪᴀ 「 Rᴀɴ Hᴀɪᴛᴀɴɪ 」
Fanfic❝ ___☆___☆___☆___☆___ 𝗔𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮𝘀 𝘃𝗶𝗲𝗷𝗮𝘀 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗲𝘀 𝗛𝗮𝗯𝗶𝗮𝗻 𝘀𝗶𝗱𝗼 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗠𝗮́𝘀 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗿𝗶𝗱𝗮 𝗱...