𝔼𝕡𝕚𝕝𝕠𝕘𝕠.

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29 de junio de 2017

Todos, familiares, amigos, conocidos, todos asistían al funeral de Nisha.

Los Kawata estaban completamente destrozados, Chifuyu, Mitsuya y Naoto tampoco quedaban atrás.

Ran, lloraba desconsoladamente en el hombro de su hermano, pidiendo perdón entre susurros a Nisha.

Si tan solo no se hubiese alejado de ella, si tan solo la hubiese protegido.

Pero el hubiera no existe.

Se arrepentía tanto de haberla alejado por temas que ahora le parecen absurdos.

Había comenzado a alejarse de la chica por haberse unido a Rokuhara Tandai, temiendo que alguno de sus enemigos pudiese hacerle daño.

Se había alejado de ella dejándola sola en sus peores momentos.

Se había alejado por miedo.

Había obligado a Rindō que también se alejase de ella.

Eran cosas tan absurdas.

Y lo peor de todo, había terminado con ella por un mensaje, un maldito mensaje.

Se arrepentía tanto, la había dejado por temor a lastimarla.

Y terminó siendo quien más la lastimó.

Se había alejado por que no quería hacerle daño, sin darle una sola explicación o teniendo el valor de ir directamente en persona que deseaba terminar con ella.

Al contrario, había sido un completo cobarde.

Todo Bonten se encontraba en el funeral de Nisha, aunque lo bastante alejados de Naoto.

Los Kawata estaban tan destrozados.

Apenas vieron a Ran se acercaron a él, dispuestos a golpearlo, cuando un grito se escuchó.

—¡NOO! -Era Emma, quien estaba siendo apartada del ataúd de su mejor amiga, quien portaba un vestido blanco hecho por Mitsuya. —¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO! -Sus gritos eran desgarradores.

Pronto Hina, quien acababa de llegar se le unió.

Las dos mejores amigas de Nisha y las únicas que había tenido estaban sufriendo de sobre manera.

Querían creer que todo era una broma, que estaba jugando con ellas como lo hacía siempre, pero no lo era.

Nisha había fallecido, y Ran se culpaba por ello.

Él la había alejado en un principio, por simples pensamientos egoístas sobre no querer lastimarla y la había vuelto a acercar a él, lastimándola en el proceso.

Mitsuya, salió a tomar aire, se había estado conteniendo todo el tiempo que había estado adentro, pero al salir se había derrumbado.

Había caído de rodillas y se limpiaba las lágrimas desesperadamente.

Los Kawata estaban igual, o peor.

Y ni hablar de Inupi o Koko.

Koko no estaba llorando, más le dolía.

Al contrario de Seishu, quien lloraba frenéticamente en alguna de las esquinas del lugar.

¿Chifuyu? Chifuyu abrazaba a Baji con todas sus fuerzas, también lloraba y mojaba el smoking del pelinegro.

Kazutora no lloraba, ocultaba sus emociones.

Draken abrazaba a su novia mientras se le salían algunas lágrimas traicioneras.

Takemicchi también lloraba, con Hina abrazándolo.

Todos deseaban que Nisha se levantase y les regalase uno de los tantos cálidos abrazos que les había obsequiado más de una vez.

Más no iba a ser posible.


























Ahora si llore feo.

Vɪᴇᴊᴀs ᴛᴀʀᴅᴇs ᴅᴇ ʟʟᴜᴠɪᴀ 「 Rᴀɴ Hᴀɪᴛᴀɴɪ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora