Blancanieves, la pirata y el condimento estaban en el baño fumando marihuana. Las tres habían estado con Anthony y el chico con la máscara de cerdo hace solo unos minutos. Ninguna estaba consciente de lo que estaba pasando en el primer piso. Tampoco es que les importase, mientras tuvieran hierba estaban felices. Para ellas conocer a Anthony había sido una bendición y una de las facetas que más apreciaba de él era lo olvidadizo que era. Anthony salió con tanta prisa que se había olvidado de su bolsa de marihuana
Las tres se reían de forma sigilosa, cubriéndose la boca con las manos. Dos de ellas se reían con más fuerza y pasión mientras la tercera sería con una calma mezclada con tristeza. Había un celular dentro del inodoro. Le pertenecía a Blancanieves. Ella estaba sonriendo, eran los efectos de la marihuana, pero en el fondo estaba asustada. Sus mejillas enrojecieron.
- Dejen de reírse. Esto no es gracioso.
- No es gracioso para ti. Para nosotras es un cague de risa.
Las chicas estaban fumando la hierba de Anthony. La pirata y el condimento se besaban y transmitían el humo de una boca a la otra, era algo que estuvieron practicando toda la noche (desde que conocieron a Anthony), y algo de lo que se habían enamorado. Era una mezcla entre amor y placer. Blancanieves no estaba para ninguna de las dos cosas. Estaba revisando su cuenta de Instagram. Su ex novio había publicado una foto de él y una chica (ambos con trajes de baño amarillos) en unas vacaciones en Cancún.
- Ese desgraciado me dijo que me iba a llevar.
- ¿No fuiste tú la que terminó con él?- le pregunto el condimento.
- Es un imbécil con pésimos modales, pero eso no quiere decir que no quiera ir a Cancún. Estaba dispuesta a soportar que coma la sopa con la boca abierta con tal de ver esas hermosas playas.
La pirata comenzó a reírse.
- Tengo una imagen de sus payas como fondo de computadora.- dijo Blancanieves.
- Y yo tengo una de ti vomitando en la fiesta de Daniel.
- Te había dicho que borraras es foto.- se quejó Blancanieves.
- No podía evitarlo. Te veías tan graciosa.
- Dudo mucho que Daniel haya pensado lo mismo. Por suerte su familia es dueña de una lavandería.
- Hablando de fotos, ¿Por qué no nos tomas una foto? Eres la única de las tres que tiene una cámara- comentó la pirata. La pirata y el condimento dejaron sus celulares en sus respectivas carteras. A veces era bueno dejar los celulares y enfocarse en la diversión.
Blancanieves suspiró y se levantó del inodoro. Se subió la ropa interior (blanca como la nieve) y la falda. Blancanieves tenía ganas de orinar y ninguna de las dos quería salir del baño, alegando que era normal que tu amiga te acompañe al baño. Pero eso solía ocurrir en un baño público, no en un baño privado.
"Qué diablos", pensó Blancanieves dispuesta a satisfacer su urgencia.
Tomó un par de fotos a las chicas riéndose y saludando a la cámara. Otra del condimento parando su lengua por la mejilla de la pirata. Esto le recordó a un anuncio que había visto hace años de alguien echándole kétchup a una salchicha, pero con el detalle de que la salsa de tomate parecía una lengua lamiendo la salchicha.
"Los realizadores de ese anuncio estaban calientes, pensó Blancanieves."
Casi todas las fotos salieron borrosas.
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La quinta misión
HumorEs una comedia negra sobre dos "expertos en lo paranormal" que tienen que recuperar unos pendientes que contienen el alma de un asesino en serie. Todo sale horriblemente mal. Hay fantasmas, zombies y hombres lobo en esta divertida comedia sobrenatur...