Charlie le dio unas cachetadas para despertarla. Agatha abrió los ojos con pesadez, como si sus parpados estuvieran amarrados a dos ladrillos, y vio a una chica sonriente. Ella sonreía porque había ganado. Nadie podía detenerla.
- ¿Estuviste en el barco? ¿No es así?
- ¿Qué te importa?- Agatha sonrió ante su pequeña victoria-. Si, estuvimos en el barco. Apresamos a tus amigos. Los vamos a mantener dentro de la botella por el resto de la maldita eternidad- Agatha la miró con unos ojos desafiantes-. Y lo mismo te va a pasar a ti.
Charlie Adler no se inmutó. Las amenazas eran muy comunes en su trabajo, solían ocurrir apenas les quitaban las mordazas a sus víctimas. Charlie se acercó a Agatha, ella intentó alejarse, pero le fue imposible. Estando atada a una silla la movilidad era demasiado limitada, por no decir nula. Intentó empujar la silla, deseando caer hacia atrás. El hombre araña y Deadpool la pusieron en su lugar.
Charlie la agarró de la cabeza y le dio un beso en la boca. Los dos espectros, al igual que las tres chicas, se quedaron expectantes ante la escena.
- Gracias. Gracias. Gracias, pequeña idiota. Facilitaste mi trabajo considerablemente. Mi plan era traer a unos idiotas a mi barco para matarlos y dejar que mis amigos tomen sus cuerpos, pero gracias a ti las cosas fluyeron con una sencillez que ni te cuenta. Mis amigos están libres y juntos vamos a regresar al pueblo a su estado de terror natural. Volverán los toques de queda. Volverá la paranoia.
- No te saldrás con la tuya.- le dijo Agatha juntando los dientes y escupiendo baba. No estaba muy convencida del poder de sus palabras, pero si muy rabiosa.
- Amiga, me acabo de salir con la mía en el momento en el que conseguí este cuerpo- dijo Charlie. Este puso su mano detrás. Era una señal. El hombre araña le entregó un cuchillo- ¿Quién se supone que va a detenerme? Dentro de unos minutos todos estarán muertos, incluido tu noviecito.
- No es mi novio. Es mi amigo.- Agatha deseó que se acercase un poco más para morderle la nariz.
Charlie Adler sonrió ante la valiente corrección de Agatha.
- Amiga, me importa una mierda.
Charlie Adler le cortó el cuello a Agatha. Un corte fino. La sangre burbujeante salía por el corte mientras Agatha luchaba por respirar. La cascada roja ensució toda su ropa. Agatha no podía mover las manos para poder cubrir la herida, que se hacía más grande, y evitar desangrarse. Sus movimientos se fueron haciendo más débiles hasta cesar por completo. Agatha murió.
- Suelo cortar el cuero cabelludo a mis victimas mientras están vivas, así conservan mejor el brillo. Contigo he sido más amable porque salvaste a mis amigos del encierro. No volverá a pasar.
Charlie acarició con alegría el cabello de Agatha, este se resbalaba entre sus dedos, todavía conservaba el brillo a pesar de la muerte de su dueña. Era de cortar el cabello. No quería que se perdiera ese brillo. Para eso necesitaba mucha precisión, ergo que nadie lo moleste. Cuando el cuchillo estaba tan cerca de su frente un estruendoso ruido le hizo perder la precisión y terminó dibujando una línea que abarcaba toda la frente.
Charlie soltó una maldición potente, para mayores de 21 años. ¿Acaso nadie sabe lo complicado que era cortar el cuero cabelludo de una persona? El ruido se volvió a repetir. Algo raro estaba pasando abajo.
Le entregó el cuchillo a Deadpool.
- Córtale el cuero cabelludo y luego la cabeza. Quiero que su noviecito la vea.
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La quinta misión
HumorEs una comedia negra sobre dos "expertos en lo paranormal" que tienen que recuperar unos pendientes que contienen el alma de un asesino en serie. Todo sale horriblemente mal. Hay fantasmas, zombies y hombres lobo en esta divertida comedia sobrenatur...