TWELVE

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(No reproduzcan la canción aún).

T/N Castillo POV:

A pesar del repudio en su voz, traté de entenderlo. Parecía dolido y vulnerable. En serio tenía muchas ganas de abrazarlo pero me asesinaría con siquiera pensarlo.


— En mi pueblo se dice "gracias" cuando alguien te da algo. -sólo lo molestaba, quería que sonriera un poco; dejé los libros en la mesa de noche-. Loki, mírame. -puse mi mano en su mentón buscando que me mirara a los ojos.

— T/N...

— Lo sé, cariño, lo sé... te hizo daño, no necesitas decirlo, entiendo que tú sólo quieres ser aceptado por él aunque sólo sea una vez.

— ¿Cómo puedes entenderme? -preguntó susurrando, casi inaudible.

— Sé que esto no es fácil pero, sabes que estoy aquí para ti.

— Ni siquiera comprendo por qué me afecta. No es mi padre...

— Pero en el fondo quieres que lo sea y quieres que te acepte como eres, por eso te duele.

— Eso no es cierto. -alzó la voz.

— Está bien, no tenemos que hablar del tema si no quieres.

— ¿Por qué sigues aquí? -bajó la mirada con el ceño fruncido.

— ¿Perdón?

— ¿Qué haces en mi habitación? Se supone que nadie puede entrar. Odin lo dejó muy claro. Sólo soy una persona que causa destrucción y muerte... caos. No deberías estar aquí.

— Yo sé que no eres ni la mitad de todas esas cosas. Tampoco tú lo crees, hasta tu madre te lo ha dicho... eres mucho mejor que las estúpidas opiniones de la gente. ¿Por qué te es tan difícil pensar eso también? -se limitó a mirarme-. Loki, me destroza verte así; pero me destroza aún más saber que nada de lo que haga te hará sentir mejor.

— Tú me haces sentir mejor. -bajó la voz.

— ¿Qué?

— Nada.



(Pueden reproducir la canción del apartado de arriba).



— ¿Te gusta la música? -pregunté después de ver un tocadiscos en un mueble-. ¿Qué discos tienes? -me acerqué y puse "I Want To Hold Your Hand" de The Beatles-. ¿Por qué escuchas música de Midgard?

— Ese disco es bueno.

— Claro que lo es, toda la música de ellos es buena.

— No tenía idea de que te pudiera gustar.

— ¿Bromeas? Amo a Paul McCartney.

— Es un pesado. -bajó la mirada como queriendo recordar algo.

— ¿Qué?

— Es muy bromista cuando toma confianza. -sonrió.

— ¿Lo conoces?

— Que si lo conozco... yo lo ayudé a escribir esa canción.

— No soy estúpida, deja de jugar.

— Te lo juro. -me miró sorprendido-. Era 1962 y habían pasado un par de meses desde que Paul me confesó que le gustaba John.

— Espera. No mientes. ¿En serio su amor fue real?

— Nunca lo dijeron abiertamente porque serían muy juzgados... prácticamente era ilegal ser homosexual en esa época. Pero sí.

— ¿Y qué pasó después? -me senté junto a él.

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