Capítulo 17

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No había duda. Realmente era sangre. El niño estaba realmente asustado.

—Rosemary, espera un momento.

El niño lo sabía. Estaban matando a un humano. Debía ayudarlo. Incluiso si le dolía el tobillo, eso no le impidió avanzar y cojeando se dirigió al lugar donde provenía el olor. Abrió levemente la puerta, pero no podía ver mucho. Gallian y Abigail estaban de espaldas y tapaban su campo de visión.

—¿¿Qué están haciendo??

Ante el grito del niño, ambos vampiros se dieron la vuelta. Sus bocas estaban manchadas de sangre al igual que sus manos y ropa. Sin embargo, eso a él no le importaba. Su mirada se dirigió para lo que estaba encima de la mesa.

—¿Esos son... cachorros de lobo? ¿Beben sangre animal?

Los vampiros hicieron una mueca. Entonces Edwin explicó.

—Lo siento. Desgraciadamente nacimos como vampiros. Necesitamos sangre. No queremos esclavos, queremos un cáliz. Pero no tenemos, así que tenemos que debemos matar lobos. Aunque no queremos.

—¿Qué es un cáliz?

—Un humano destinado a darle su sangre a un vampiro para siempre. El cáliz no se puede liberar. Si el cáliz muere, el vampiro muere y viceversa. Solo cuando el cáliz muere de vejez, el vampiro queda libre.

—Si quieren eso... quieren quitarle la libertad a un humano.

—¡Ah, no! Los humanos que vienen aquí como esclavos están apuntados en una lista, así que se les reconocerá si regresan al mundo humano. Ya que no pueden volver lo mejor es convertirlo en cáliz. También el humano obtiene poderes del vampiros por su condición de cáliz.

—Podría ser... ¿que nos salvaron a Rosemary y a mi por esa razón?
Edwin y Abigail estaban sorprendidos. La vampiresa hizo una mueca y luego suspiró.

—No es así. No fue por eso.

—¿Entonces?

—Yo... soy infértil. No puedo tener hijos.

Erns estaba bastante sorprendido. Esa es una respuesta que claramente no esperaba escuchar.

—Edwin me aceptó a pesar de eso. Estaba bastante agradecida, pero dolía. No puedo darle un hijo.

—¡Abigail! ¡Te dije que eso no me importa!

—Lo se, Edwin. Lo se pero, aún así me molesta. Además, yo también quería un hijo.

Erns es inteligente, así que se dio cuenta de todo. Abigail también lo sabía, así que puso una expresión de tristeza.

—¿Ya sabes por qué los salvé?

—.....

—Me retiraré primero.

—Ah, Abigail...

Edwin llamó su nombre, pero se detuvo. Sabía que él no podía hacer nada. Erns también se detuvo, pero por una razón diferente. Estaba sorprendido. No podía creer que Abigail los quería adoptar.

La vampiresa abrió la puerta para salir de la habitación, sin embargo había alguien allí. Rosemary estaba pegada a la puerta y llorando. Había desobedecido a Erns, aunque él no le dijo nada.

Abigail se acercó a Rosemary y le habló.

—¿Rosemary, que haces aquí? ¿Por qué estás...?

—¡Lo seré yo!

—¿Qué estás...?

—¡Me convertiré en el cáliz de Abi y seré la hija de Abi!

—¿Eh?

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