Capítulo 21

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Ya estamos en septiembre. Han pasado tres meses desde que Lucas se fue y el ambiente en la mansión se ha oscurecido un poco, aunque los primeros días estuvo peor. Tal vez si pasa más tiempo... ¿todo vuelva a la normalidad?

—Elías, una vez más desde el principio. Faltan tres meses para mí boda y tú serás duque.

—¡Argh, ya lo se!

Elías es el único que se encarga de alegrar la mansión. En estos tres meses se ha vuelto más alto.

—Lillianne, ese es el carruaje de la familia Solder.

—Ya lo se. Quédate aquí. Bajaré a la recepción.

—Si, si. ¡Al final un jodido descanso!

—Cuida tus palabras.

Abigail bajó de su carruaje y saludó alegremente a Lillianne. El día en el que le borró la memoria a Lucas y lo puso a dormir... hubieron muchas lágrimas por parte de Abigail. Gallian también, Edwin, Rosemary, Erns... Incluso Midna. No lloró pero... sus ojos se humedecieron. Midna fue una de las personas que más cuidó a Lucas y la primera en cargarlo. Mientras Abigail y Rosemary lloraron en silencio, Erns explotó.

—¿¿Por qué lo hiciste?? ¿¿¿Siquiera buscaste otra solución???

—Esa fue la única solución.

—¡Pero aún así...! Yo... Yo...

Erns estaba abatido. Él, que había estado sosteniendo los hombros de Lillianne con rabia, de repente bajó los brazos y apretó los puños con un terrible sentimiento de arrepentimiento.

—Ni siquiera... pude despedirme...

Realmente... el hecho de que Lucas se fuera fue algo que afectó a todos. De una forma u otra, el se ganó el cariño de ellos.
—Mi señora, el Príncipe Heredero la espera.

«¿Ronan? ¿Y ahora qué hace este aquí? Debería haber llegado en dos horas.»

—Avisa que bajaré en diez minutos.

—Si.

Lillianne apresuradamente terminó de ordenar su oficina y luego bajó por las escaleras . Cada paso que daba se sentía como estar más cerca de la muerte. Cuando el vampiro la vió, se levantó de su asiento y le extendió la mano.

—Te demoraste, Lillianne.

—Usted llegó antes de hora acordada.

—Da igual. ¿No tienes nada que decirme?

Lillianne lo miró, pero tuvo que ahogar las palabras que surgían de su interior, y forzando una sonrisa, no tuvo más remedio que decir aquello que tanto desagrado le producía.

—Felicidades por su cumpleaños, su Alteza el Príncipe Heredero.

—Gracias. ¿Entonces, nos vamos? Mi querida prometida demonio.

—Si.

La mierda guió a Lillianne al carruaje y un rato después llegaron al palacio. Inmediatamente después fueron anunciados en el salón de baile.

—¡Su Alteza Real el Príncipe Heredero, Ronan Hebrim y su prometida, la Duquesa Lillianne Soleil están entrando!

«Elías y Gallian ya han llegado. Abigail y Edwin también. Ach, no tengo tiempo para desperdiciar en esto. »

La música comenzó y la pareja protagonista de esta noche inicio el baile. Primero Ronan, luego Gallian y después Elías. Lillianne bailó con todos ellos, pero no duraría mucho.

-¡Lillianne, Gallian, Elías, por aquí!

«Ah, Abigail y Edwin nos llaman.»

En el momento en el que dió el primer paso, un grito desgarrador hizo eco en todo el salón.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2022 ⏰

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