Capítulo 10

358 29 0
                                    


A

la mañana siguiente, la alarma sonó y me estire aún medio dormida. Hacia tiempo que no dormía así de bien, y la verdad, se agradecía.
Abrí un poco los ojos y noté un rayo de luz que entraba por la ventana. Me senté en la cama con cuidado y volví a rascarme los ojos.
Miré a Mimi que aún seguía durmiendo y le acaricié la cara para que se despertara.
 
Miriam: Mimi -susurré- venga que nos tenemos que duchar y todo -como vi que no se despertaba y aún teníamos tiempo, fui a ducharme y la dejé dormir un rato más
 
Al rato, cuando estaba en la ducha, escuché la segunda alarma y como se cortaba a la mitad, ya se había despertado.
 
Salí de la ducha y me enrollé con una toalla. En ese momento entró Mimi, rascándose los ojos muy dormidita.
Se lavó la cara y me miró aún medio dormida.
 
Mimi: te has duchado sin mi -hizo un puchero y entreabrió los ojos- jo
Miriam: estabas dormidita jo -le di un pico y sonreí- y sigues dormida, anda dúchate rápido y así te despiertas, que nos tenemos que ir
Mimi: vale -me abrazó un rato, se desnudó y se quitó la ropa metiéndose en la ducha.
 
Salí del baño y me vestí bastante cómoda. Me puse un pantalón corto de tejano y un top Calvin Klein color blanco. Me hice una coleta y me senté en la cama esperando a Mimi.
 
Cuando ella salió ya estaba mucho más despierta. Me dio un pico y se arregló. Ella se puso unos pantalones grises cortos y una camiseta ancha de color negro.
Cuando terminó se hizo una coleta y me miró.
 
Mimi: yo ya estoy -sonrió y me dio un beso largo- yo cogería ya el bus para llegar antes
Miriam: sii, yo también estoy así que podemos ir ya -sonreí y cogí mi bolso con lo necesario- ¿quieres que te lleve algo?
Mimi: ay pues sí así no me llevo la riñonera -metió un par de cosas dentro de mi bolso y salimos de la habitación
 
Nos despedimos de su madre y fuimos a la parada del autobús que nos llevaría al centro de Granada.
 
Pasaron unos 5 minutos y llegó el bus. Nos subimos y fuimos a los asientos de detrás, la verdad era un trayecto un poco largo, pero no queríamos molestar a su madre ya que trabajaba.
 
En ese trayecto, me dio tiempo a llamar a mi madre para decirle que estaba bien y que me lo estaba pasando genial. También le presenté a Mimi y la verdad se llevaron bastante bien.
 
Me daba un poco de cosa decirle a mi madre que estaba saliendo con ella. Nunca le había dicho que me gustaban las chicas, básicamente porque ni yo lo sabía. Aunque sabia que tarde o temprano se lo tendría que decir y que lo entendería.
 
Al cabo de un rato, llegamos. Mi hermano y su novia nos estaban esperando en la estación de buses y al bajar los vi.
 
Miriam: ven Mimi-le cogí de la mano y fuimos donde estaban- holaa -los abracé a los dos sonriendo- ¿qué tal estáis?
Efrén: muy bien, y vosotras que, ¿el viaje bien?
Miriam: muy bien, se ha hecho corto porque estábamos hablando con mamá, bueno os presento -miré a Mimi- ella es Mimi, Mimi estos son mi hermano Efrén y su novia Inés
Efrén: encantada guapa -le dio dos besos a Mimi
Mimi: igualmente -sonrió un poco nerviosa y tímida, me parecía adorable
Inés: hola Mimi -sonrió muy simpática como era ella y la abrazó- hola pequeña -me abrazó a mí también, nos queríamos mucho.
 
Después de presentarnos, fuimos a dar un paseo por el centro de Granada los cuatro juntos. Veía a Mimi bastante cómoda cosa que me alegró muchísimo.
Ella y mi hermano establecieron una relación bastante rápido, supongo que sabría algo de nuestra relación o se lo olía.
 
Inés: ¿dónde os apetece ir a comer? -nos miró- al Mc’Donalds o algo
Miriam: a mi me da igual, ¿y a ti Mimi? -miré a Mimi.
Mimi: podemos ir al Foster Hollywood
Efrén: pues sí eh, es buena idea -sonrió y seguimos dando un paseo.
 
Cogí la mano de Mimi sonriendo y le di un pico rápido por inercia. Mi hermano me miró y sonrió. Me quedé muchísimo más tranquila, que mi hermano apoyara esta relación era muy importante para mí.
Entramos a varias tiendas para comprar ropa. Mimi se compró unos pantalones de chándal gris y varios tops de diferentes colores. Yo me compré un vestido negro pegado y diferentes tops más para arreglar, ya que no tenía tantos.
Después de comprar, Inés reservó mesa para dentro de un rato ir a comer. Como el restaurante quedaba lejos decidimos ir andando mientras dábamos un paseo, en vez de coger un autobús o taxi.
Mi hermano nos dijo durante el camino, que Mimi podría venir a casa cuando ella quisiera, que no había problema.
Y que una vez al mes, el me acompañaría si hiciera falta a Granada para vernos, y al revés.
Las dos agradecimos su detalle, la verdad que todo con su ayuda sería mucho más fácil.
Llegamos al bar y nos sentamos en nuestra mesa.
 
Mimi: tengo que ir al lavabo -me miró para ver si venia, yo asentí y fuimos las dos al baño
Miriam: ¿cómo te lo estás pasando? -sonreí mirándola
Mimi: muy bien la verdad -me miró sonriendo- ¿les caigo bien?
Miriam: les caes genial Mimi, de verdad -le di un pico largo cuando escuché un murmullo detrás nuestra, era una señora
Señora: estas cosas aquí en un sitio público no, que hay niños
Miriam: ¿tienes algún problema? -noté como Mimi me cogía de la mano para salir del baño
Señora: que están aquí mis hijos y no quiero que salgan como vosotras
Miriam: ¿perdón? -me reí porque no me estaba creyendo la situación- ay de verdad señora métase en sus asuntos y déjanos en paz
Mimi: Miriam déjalo es imbécil
Señora: oye niña no insultes que no eres la indicada para hablar, estáis enfermas
Miriam: ay mira, a ti no te han comido bien el coño, amargada -cogí a Mimi de la mano- y si, nosotras  estaremos enfermas, pero no estamos tan amargadas -salí del baño con Mimi
Mimi: Miriam -me miró y se rio- por que nos pasan estas cosas
Miriam: no sé, pero me he quedado a gusto -me reí y volvimos a la mesa donde estábamos sentados.
 
Pedimos la cena y estuvimos hablando sobre lo que había pasado. Mi hermano me preguntó quien era la señora y si quería que el hiciera algo, como avisar al bar. Yo le dije que no, la verdad no quería seguir más con el tema, era una señora que al fin y al cabo no vería más. Así que simplemente pasé del tema.
 
Cuando terminamos de cenar, fuimos en taxi al hotel porque ya era bastante tarde.
Le tenía una sorpresa a Mimi. Le había pedido a mi hermano que nos reservara una habitación con un jacuzzi dentro y una terraza bastante grande. Fuimos a recepción y cogimos las tarjetas de la habitación. Solo seria una noche, pero quería que fuera especial.
 

Miriam: oye -miré a Mimi- la habitación tiene una sorpresa -me reí y abrí la puertaMimi: que dices de sorpresa -entró y vio el jacuzzi- DIOS MIRI QUE CHULO -sonrió mucho y se tiró a la cama- venMiriam: ¿te gusta? -me tiré encima suyo y la miréMimi...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miriam: oye -miré a Mimi- la habitación tiene una sorpresa -me reí y abrí la puerta
Mimi: que dices de sorpresa -entró y vio el jacuzzi- DIOS MIRI QUE CHULO -sonrió mucho y se tiró a la cama- ven
Miriam: ¿te gusta? -me tiré encima suyo y la miré
Mimi: me encanta -sonrió mucho y me dio varios picos- nos vamos a meter en ese jacuzzi ahora mismo, lo sabes ¿no?
Miriam: hombre lo dudabas -me reí y me levanté para llenarlo- y mira -mientras se llenaba, le di a un botón y unas luces led que estaban dentro del jacuzzi se encendieron- y se pueden cambiar de color -sonreí y las puse de color rojo- y también ahí hay una tele para verla desde aquí -me desnudé y me metí dentro- ven anda
Mimi: madre mía te has pasado esto es increíble -se desnudó también tirando la ropa por ahí y se metió conmigo en el jacuzzi- uf que calentita -se rio y se acercó a mi- eres increíble -me cogió de las caderas y me besó
 
Fue un beso bastante intenso y bonito. Se sentó en un mini banco que hay dentro del jacuzzi y me puso encima suyo mientras me seguía besando aún con más ganas.
Me pegué un poquito más a ella y noté como cada vez el beso iba a más.
Puso sus manos en mi culo apretando un poco mientras yo dejaba besos en su cuello y pecho.
Al rato, puso su rodilla en mis partes haciendo un poco de presión haciéndome que soltara un pequeño jadeo.
Puse mi mano en sus partes y acaricié un poco su clítoris haciendo círculos. Ella gimió de placer al hacerlo y me mordió el labio suave.
Aumenté un poco mi ritmo metiendo también dos dedos y ella me hizo lo mismo.
Mi respiración cada vez estaba más agitada y ella gemía mi nombre en mi oído varias veces, haciendo que yo cada vez aumentara más el ritmo.
La volví a besar, esta vez más agitada. Ella se separó para coger aire y me dejó un chupetón en el cuello.
Ella aumentó un poco más el ritmo haciéndome llegar al orgasmo en unos segundos.
Cuando me recuperé, seguí moviendo mis dedos y acariciando su clítoris, haciendo que ella también llegara.
 
Mimi: eres increíble Miriam -susurró con la voz agitada y un poco ronca, cosa que me encantaba
Miriam: uf… -la volví a besar un poco mientras sacaba mis dedos de dentro de ella- te quiero -sonreí un poco roja
Mimi: y yo -sonrió mirándome y me dio unos picos- ¿y si nos ponemos a ver una serie aquí las dos juntitas y luego nos acostamos?
Miriam: me parece genial -me reí y puse Netflix
 
La serie que escogimos fue The Umbrella Academy, la verdad estaba bastante chula.
Al segundo capítulo, Mimi se estaba durmiendo con las caricias que le estaba haciendo en el pelo.
Paré la serie y le dije de irnos a dormir. Ella aceptó y salimos del jacuzzi, nos secamos con unas toallas y nos acostamos abrazadas en la cama.
Puse la alarma para el día siguiente y al rato entre caricias y mimos nos dormimos.

Tu historia y la mía || Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora