Capítulo 12

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Y una vez más, sonó el despertador a las nueve y media de la mañana. La cabeza me daba vueltas, pero no me podía volver a dormir.

A las diez y media salía nuestro autobús hacia el pueblo de Mimi. Si lo perdíamos, hasta la noche no saldría otro, y su madre nos estaba esperando.

Dejé que Mimi durmiera un rato más y me fui al baño. Me lavé la cara y me quité el maquillaje que tenía de ayer, ya me ducharía en su casa.

Cogí un chándal para estar cómoda en el viaje y me hice una coleta alta para que el pelo no me molestara en la cara.

Cuando terminé de arreglarme, salí del baño e intenté despertar a Mimi, que tenía un sueño profundo.

Mimi: mmm -dijo ella rascándose los ojos- ya me despierto -susurró y se estiró.

Miriam: pues ha sido más fácil de lo que creía -me reí leve y le di un pico- dentro de una hora sale el autobús, mi hermano ya está despierto así que nos despedimos de ellos y nos vamos.

Ella asintió y se sentó en la cama intentando despertarse del todo.

Se vistió y se peinó en poco tiempo, mientras yo recogía y hacía las maletas.

Cuando terminamos, avisé a mi hermano para que fuera a recepción, donde nos despediríamos.

Mimi: oye no quiero que te vayas tan pronto

Miriam: Mimi cariño si me dices esto ahora me voy a poner a llorar y no queremos eso -la miré y le acaricié la mejilla- vamos a disfrutar este último día juntas y ya luego si eso lloramos -me reí para quitarle importancia al tema y le di un pico.

Mimi: bueno, pero prométeme que nos veremos pronto.

Miriam: te lo prometo -sonreí encoñada.

Era la primera que no me quería ir. No quería echar de menos sus malos despertares, su risa de niña pequeña ni su energía durante la noche. No quería que unos kilómetros separaran a la chica que me podría hacer feliz mucho tiempo.

Cogí mis cosas y bajamos a recepción. Ahí estaban mi hermano y Inés, esperándonos.

Efrén: ¿estáis listas chicas?

Miriam: si, hemos hecho ya las maletas y todo -miré a Mimi y sonreí leve

Efrén: genial, cuando lleguéis llámame -me abrazó fuerte y lo seguí- encantado de conocerte Mimi, espero que nos veamos pronto -abrazó a Mimi

Mimi: espero que si -siguió el abrazo y miró a Inés- encantada de conocerte a ti también -se abrazaron las dos

Nos despedimos y Mimi y yo nos fuimos a la parada de autobús. Al rato, nos subimos y nos sentamos al final.

Iba a ser un viaje largo, y como las dos estábamos cansadas, nos dormimos un rato. A mi me costó un poco más dormirme, así que me quedé haciéndole mimitos a Mimi mientras ella dormía con su cabeza apoyada en mi pecho. Podría estar así todo el día.

Miriam: Mimi, ya hemos llegado -le toqué la cara- venga despierta que como nos quedemos aquí nos vamos a Miami -me descojoné

Mimi: estoy despierta -se rascó los ojos aún dormida- ¿a Miami? -se rio y me miró- venga tardona

Miriam: ah, encima yo -me reí, le di un pico, bajamos del autobús y fuimos donde estaba su madre

Tu historia y la mía || Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora