Creo que es un gran NO.

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Wei Ying nunca se había sentido tan frustrado. En toda su vida solo podía contar un par de veces donde realmente se había enojado y que su carácter había salido a flote. Dejando ver al temible chico que podía ser cuando realmente su enojo llegaba hasta lo más alto y su paciencia a lo más bajo.
Una de esas veces, podía ser recordada por cualquiera, cuando casi le mete por el trasero su flauta a Wen Chao en Secundaria. Qué buenos tiempos, o cuando golpeó al primo idiota Jin Zixun por hablar de su querida hermana. Como sí Jiang Yanli necesitará qué ese imbécil estirado aprobará al alma gemela del tonto pavo real.

—¿Estás bien?—la voz de Huaisang lo saco de sus pensamientos. Movía su abanico de un lado hacia otro.

Wei Ying asintió, sonriendo. Aunque era la sonrisa más tensa del mundo. Lan Zhan seguía buscándolo para hablar, cuando claramente él no quería hacerlo.
Había dicho miles de veces que no, tantas qué su propio padre había tomado a Lan Zhan del cuello de la camisa y se lo había llevado a suspensión. Agradecía a todos los cielos qué su padre lo amara tanto como lo hacia con su A-Niang y Baba. Quienes habían dicho que podían terminar su viaje pronto sí los necesitaba, se había negado, su padre era suficiente.

Había comprado muchas especias, lo había dejado cocinar a gusto y hasta disfrutaron de películas mientras hablaban de como él idiota de su sobrino no lo merecía. De hecho, había sido quien más lo convenció de que Lan Zhan no valía la pena, sí su padre Lan Qiren pudo casarse con A-Niang y Baba sin quejarse de como su A-Niang cortaría su barba, se burlaría incansablemente de él y en especial lo torturaría hasta conseguir una reacción. Podría casarse con baba soportando qué hablara menos de lo adecuado y se riera de todo lo que su esposa hiciera, en especial hasta el grado de llevarlo a beber, entonces estaba seguro que no necesitaba menor que eso.

—Estoy bien—sonrió al recordar el rostro sonrojado de XieXie en el momento que lo vio vistiendo una de las camisas de Hua Cheng—estos meses han sido geniales.

Nie Huaisang suspiro un poco mirando el rostro siempre alegre de su amigo, iluminarse como sí fuera el sol mismo. En su pecho hubo cosquillas y emoción qué oculto detrás de su abanico. Esperaba poder decirle pronto al chico que había encontrado a sus almas gemelas por accidente.
Solo asintió con un sonido profundo de reconomiento, antes de reírse entre dientes por la mirada suave qué Wei Ying tenia cuando miraba su Tiny.

Wei Ying sonrió demasiado feliz por todas las cosas que han estado pasando en su vida y eran francamente las mejores.
Su relación amorosa estaba bien, simplemente era perfecta. Xie Lian era la persona más dulce qué podría encontrar, siempre y cuando no se enojara (el enojo raramente iba hacia ellos dos), de hecho le había presentado a Gu Zi, él niño más adorable qué podría conocer. Había logrado conocer a muchos de sus amigos qué parecían francamente encantados de poder conocer a su versión mayor, y no solo quedarse con el pequeño Tiny.
Hua Cheng era algo serio, pero era demasiado amable y amoroso como para creer que da miedo.

Wei Ying había logrado enamorar a la mayoría de personas que lo conocían. Los amigos de sus almas gemelas parecían tan felices de tenerlo a él en la vida de ellos dos.

—¿Tienes planeado algo hoy?—la voz de Jiang Cheng lo saco de sus pensamientos.

Parpadeo un par de veces antes de reírse por lo bajo ante la cara de desagrado y enojo de su hermano del corazón.

—Sí, luego del almuerzo soy libre—reviso la hora en su celular—planeaba ir a comprar...

Detuvo su charla cuando los ruidos de gritos y personas emocionadas se escucho en el comedor. Internamente estaba rogando para que no fueran sus almas gemelas, pero sabia que no podía seguir huyendo de esto.
Estaba dando excusas para que nadie más que sus hermanos pudieran saber sobre su relación, claramente de su lado. Porque los amigos de Xie Lian y Hua Cheng lo consideraban el arma perfecta como tributo hacia ambos hombres cuando se enojan.

Alma gemela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora