Capítulo 06.

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— Dios mío, no tienes idea de lo mucho que te extrañé — Dijo la pelinegra despegándose de Madelaine, y llevando sus manos hacia su rostro — ¿Cómo es qué siempre consigues tener los rostros más bellos?

Madelaine estaba extrañada por esa mujer. Ni siquiera la conocía, pero ella parecía que la conocía de toda la vida por la confianza que desbordaba. Apartó sus manos de su rostro.

No toleraba que la gente le tocara el rostro.

Mucho menos alguien que apenas iba conociendo.

— No te conozco.

Le sorprendió lo brusco que había sonado su respuesta, y la chica lo resintió.

— Oh, lo siento... Es que... — Aquella respuesta la había desconcertado bastante — Es que me dejé llevar por la euforia — Se disculpó avergonzada, y un tanto triste por la reacción de Madelaine.

Ella estaba tan segura de que ella la recordaba.

De que su mejor amiga la recordaría.

Madelaine asintió sin mirarla, y un silencio incómodo las abrazó.

— Supongo que crees que soy Athenea, y yo soy parte de esta cosa de... — La palabra le picaba la punta de la lengua.

— Infinitos.

— Sí, eso. Pero como le dije al mentado Treadway, yo no soy la persona que buscaban.

La chica le hizo gracia en como se había referido a Heinrich. "El mentado Treadway". Si tan solo supiera... Bueno, mejor dicho, si tan solo recordará...

— ¿No eres la persona que buscábamos? — Su mirada castaña brillaba con diversión.

— No... — Vio como la chica la estudiaba con detenimiento, y hasta ahora la bata de hospital comenzó a molestarle. La joven castaña vestía un elegante vestido negro corto,  tacones altos, y todo le lucía de maravilla. Mientras que ella solo tenía puesta esa bata fea, y esas horribles pantuflas abiertas — Sé que no es lo que esperaban, y que todo esto sea una pérdida de tiempo para ustedes, pero... Yo no soy la chica que buscan, se que comparto muchas similitudes con ella, y sus gustos, y hasta el desorden que deja... — Señaló los empaques vacíos de barritas dietéticas que había sobre el escritorio, que espantosamente eran sus favoritos — Pero yo no soy ella, no puedo serlo, así como le dije a...

— "Al mentado Treadway" — Hizo énfasis en adjetivo, y Madelaine asintió. — Tienes razón, creo que esto fue un error.

Su respuesta la tomó desprevenida.

— ¿Qué?

La castaña se encogió de hombros, y cruzó sus brazos vigilándola de lejos. — Que tienes razón, creo que cometimos un terrible error. No eres la chica que estábamos buscando, no eres Athenea Cristel.

Madelaine quiso decir algo, pero ella misma se calló. Eso era lo que quería escuchar después de todo ¿No? Tal vez su sueño ya estaba a punto de terminar, y ese era el desenlace de su historia. Aunque Madelaine no quisiera aceptarlo, le gustó sentirse importante... No, valiosa... tan siquiera por un momento.

Tan siquiera en un sueño.

Nunca la habían hecho sentir de esa forma.

Se tragó sus propias palabras, y asintió rascándose su cabello — Sí.

— Estábamos tan seguros de que eras tú... — Madelaine hizo una mueca, y chocó sus nudillos entre ellos mientras asentía enmudecida — Tenías tanto potencial para ser ella — Caminaba a su alrededor, y el sonido de sus tacones hacía eco en la oficina — ... Heinrich estaba tan seguro de que eras ella.

𝗕𝗘𝗟𝗜𝗘𝗩𝗘𝗥𝗦 ❪𝘏𝘦𝘪𝘯𝘳𝘪𝘤𝘩 𝘛𝘳𝘦𝘢𝘥𝘸𝘢𝘺❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora