cuatro

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— ¡no vuelvan a hacer eso, ustedes dos! — adentrándose al cine ahora iban kyoko, miyamura y kyouka, estos dos últimos siendo arrastrados por una muy molesta y algo alterada castaña. ya que, casi llegando al centro comercial, yuki se había dado cuenta que ellos no estaban caminando a sus espaldas, por lo que tuvieron que devolverse un par de calles a buscarlos.

— ya te dijimos que fue sin querer...deja de ser tan melodramática. — el menor rodó los ojos y farfulló, recibiendo un golpe en la cabeza por parte de su hermana. — ¡oye!

— como castigo, no tendrán derecho a opinar sobre qué película vamos a ver. — espetó y ninguno tuvo el valor para contradecirla, era mejor que no dijeran nada después del susto que le habían hecho pasar a kyoko.

— genial...seguro elegirán una de terror. — mientras veía como los tres amigos hablaban entre ellos mirando los posters de las películas que estaban en cartelera, el castaño farfulló entre dientes y sintiéndose también muy enojado.

— casi todas son de terror. — habló casi tan bajo como el menor también observando los grandes posters a lo lejos, situados uno junto al otro. kyouka pudo escuchar como el pelinegro se quejaba en voz baja a su lado. — qué mal día para haber venido.

— tienes razón...tenemos muy mala suerte. — suspiró al ver que la castaña les hacía un ademán con la mano para que se adentraran a la sala donde verían la película. inconscientemente tomó a miyamura de uno de sus brazos, jalándolo suavemente a sus espaldas. — parece que ya escogieron, vamos.

efectivamente, el comienzo de la película lo decía todo. "la monja" pudieron leer en la gran pantalla luego de los comerciales, ambos sintiendo una corriente que les recorría la espina dorsal y les hacía temblar.

— no se preocupen. esta ni siquiera da miedo. — aunque sabían que a ella no le afectaba, de todas formas se sintieron más tranquilos al oír a la castaña afirmar aquello antes que la película comenzara y al notar a ambos chicos su lado tensos de pies a cabeza.

— ¿tú le crees? — escuchó que miyamura le preguntaba en un susurro, inclinándose levemente hacia su asiento y él negó con la cabeza antes de hablar.

— ni un poquito. — el contrario no pudo evitar sentirse peor al escuchar su respuesta, pensaba que porque era su hermano decía eso, pero no podía esperar una película que "no diera miedo" de parte de hori.

como él había planeado hacer desde que su hermana le contó sobre lo de la salida al cine, kyouka depositó su mirada en sus zapatos, apenas pudiendo observarlos debido a la oscuridad que lo rodeaba, siendo sólo atemorizado ligeramente por los sonidos provenientes de la película frente a sí.

y, claro está que se habría quedado así durante la hora que aún les quedaba, salvo que un bastante inquieto y tembloroso miyamura a su lado consiguió atraer toda su atención. observó de reojo como él intentaba desesperadamente despegar su mirada de la pantalla sin tener mucho éxito, movía los pies de aquí para allá y se removía constantemente sobre su asiento como si tuviese bichos molestándole bajo este. hasta algún punto, el castaño simplemente intentó ignorarlo y mantenerse en su burbuja, pero era imposible para él hacerlo; además que lo tenía casi literalmente encima, no podía sentirse peor por su situación. miyamura estaba que sufría un infarto y apenas habrían pasado unos cinco o diez minutos desde el comienzo de la función.

— miyamura...— él pareció no escucharlo en absoluto ya que mantuvo sus ojos fijos sobre el asiento que tenía adelante, por lo que se acercó otro poco hacia él y subió casi nada su tono de voz. — psst... ¡miyamura!

— ¿huh? — la mirada curiosa, casi aterrada realmente, que le dio le pareció sumamente tierna. vaya, ese chico en serio estaba muy asustado.

— ¿usted...uhm...se encuentra bien? — «por supuesto que está bien, kyouka. ¿no lo ves? el chico está que se orina encima pero tú tienes que preguntarle si está bien...idiota.». en realidad se sintió un poco tonto después de haberle preguntado eso, pero no había vuelta atrás.

difícilmente lo vio negar con la cabeza.

» ¿está...muy asustado? ¿por la película? — el pelinegro, al oír esas últimas preguntas de su parte agradeció porque la sala fuera lo suficientemente oscura como para ocultar su rostro sonrosado.

— un poco sí... ¿se me nota mucho? — bromeó haciendo reír al más pequeño y soltando él también una suave risa nerviosa.

— algo...— se quedó otro momento en silencio antes de proseguir, luego de cuestionarse si aquello que estaba a punto de preguntarle estaría bien. — ¿querría...uhm...tomar mi mano, quizás?

su repentino silencio sólo hizo que se sintiera mucho más como un idiota. y una vez más tragó en seco alejando sus ojos de los del mayor, comenzando a sentir como un nerviosismo creciente se apoderaba de sus sentidos.

» me refiero a que...— aclaró disimuladamente su garganta intentando con esto sentirse más calmado y continuó. —...la última vez...lo hizo y yo creí que...

— ¿no te molestaría, kyouka? ¿en serio puedo tomar tu mano? — «él me dijo...kyouka. me llamó por mi nombre». el castaño, como muchas otras personas mínimamente cercanas a miyamura, sabía que él no acostumbraba a llamar por su nombre a todo el mundo, ni siquiera a algunas de sus amistades más cercanas. es por eso que el simple hecho de que haya dicho su nombre una sola vez lo movió tanto.

asintió un poco temeroso y luego agregó, pensando que, quizás y debido a la oscuridad, no lo había visto del todo.

— sí...sí, no me molesta. no se preocupe. — sentir como el contrario se acercaba ligeramente a él y tímidamente entrelazaba sus dedos provocó que una extraña corriente le recorriera el cuerpo de pies a cabeza e hiciera que su corazón comenzara a latir con fuerza dentro de su pecho, haciéndole la tarea de llevar aire apropiadamente a sus pulmones una tarea sumamente complicada. por ello, buscando una forma para aminorar sus nervios, comenzó a hablar de nuevo sumamente bajito. — la verdad...yo más que nadie sé lo molesto que puede ser tener tanto miedo, no se preocupe por eso.

una sonrisa de su parte fue suficiente para que sus nervios volvieran a aflorar.

— uhm...hori... ¿yo puedo...puedo pedirte un favor? — como había hecho muchas veces una vez entró a la sala de cine, tragó en seco sintiendo como los dedos del ojiazul se apretaban ligeramente entre los suyos.

— claro...si puedo cumplirlo...— escuchó como suspiraba suavemente y simplemente esperó a que continuara hablando.

— es que...yo... ¿podrías...no contarle a nadie sobre esto? — frunció el ceño, desconcertado. «¿él está hablando sobre...?» — sobre... que soy tan asustadizo con este tipo de películas.

inconscientemente un suspiro lleno de alivio abandonó sus labios.

— claro...no se preocupe, miyamura-kun. mantendré su secreto a salvo así como usted tendrá el mío. — no estaba muy seguro pero creía estar viendo una dulce sonrisa de su parte que se le contagió sin problema.

— gracias...— fue lo último que escuchó de su parte aun sintiendo su toque entre sus dedos. durante toda la película evitaba fijarse en miyamura, pero se le hacía sumamente difícil cuando ambos se asustaban y apretaban la mano del otro recordándoles el agarre que tenían entre ellos.

quizás, después de todo, venir no había sido tan malo después de todo.

hori ☆ miyamuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora