Epiphany

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Mi madre me despertó para que pudiese ir a mi audición de baile, aunque no estaba de acuerdo. Mis dos hermanos mayores habían entrado a la universidad, y todos esperaban a que yo lo hiciera también, pero yo amaba y amo bailar, es parte de mí, no podría hacer otra cosa si no es eso, sin embargo, dos intentos fallidos de entrar a la más prestigiosa academia de danza contemporánea de mi país, me han hecho cuestionarme de mi talento.

Revisé mi celular y abrí el chat de mi novio esperando un largo mensaje lleno de buenos deseos y ánimos para mi audición, pero no hubo nada de eso, solo mi último mensaje de buenas noches que le mandé. Tal vez aún no se había despertado, o salió apurado a la universidad, porque él ya estaba estudiando derecho para ser abogado como su padre. De todos modos, escribí un "buenos días" acompañado de una carita con un beso.

Mis hermanos también están en la universidad, pero yo no soy inteligente ni talentosa como ellos; si bien no he reprobado ningún curso, tampoco he obtenido sobresalientes. Solo hay un pequeño diploma de aquella vez que gané un concurso de baile, ocupando un pequeño rincón de la pared, el resto está lleno de sus diplomas, siempre han sido los mejores de su clase.

Tampoco soy la más bonita, soy ordinaria. Entre mis amigas siempre paso desapercibida. Es un milagro que haya conseguido la atención de mi novio, aunque, a decir verdad, no he conseguido su atención por completo, él aún tiene sentimientos por su ex novia, lo sé por la forma en cómo reacciona cuando se encuentran, y puedo notar que ella tampoco le es indiferente.

Conozco a Yakov prácticamente desde siempre, y prácticamente desde siempre me ha gustado. Es un chico sumamente inteligente y hábil, no hay nada que no pueda hacer, por eso es que me gusta tanto. Estuvimos en la misma escuela desde pequeños, su familia y mi familia se llevan bien, y apoyan nuestra relación. Cuando estuvimos en secundaria, me armé de valor para confesar mis sentimientos, a pesar que él solo me veía como una amiga, sin embargo, cuando estuve cerca de hacerlo, ingresó a nuestra escuela una chica tan brillante como él: Romina, la chica que más detesto en este mundo. Desde que la conocí me sentí intimidada y cohibida con ella; su manera tan fresca de ser, su seguridad y confianza, hicieron que me sienta negativa. Y aunque mis amigas dicen que soy mucho más bonita que ella, yo no lo siento así, de otro modo, Yakov no se habría fijado en ella. Desde que se conocieron, se atrajeron mutuamente; ella tenía esa habilidad para cambiar la seriedad y frialdad de él, en un chico tierno y protector. No pasó mucho tiempo para que hagan pareja. Yo siempre miré de lejos, envidiándola cada momento, y peor aun cuando descubrí que le gusta la danza como a mí. Parece una hoja flotando en el viento cuando baila, y para colmo, ella logró ingresar a la academia de danza a la primera.

No sé qué ocurrió exactamente, pero se separaron, tal vez la familia de él influyó en esa decisión, porque el estatus de Romina no es como el nuestro. Fue entonces cuando aproveché en acercarme y apoyarlo en todo momento, siempre estuve para él; no importaba la hora, si él me necesitaba, yo corría para estar junto a él.

Me armé de valor y le confesé mis sentimientos. Al comienzo no estaba seguro, pero aceptó salir conmigo. Yo era la chica más feliz del mundo, sabía que no me quería lo suficiente, que no me miraba como la miraba a ella, que no me cuidaba como la cuidaba a ella, pero que pronto lo lograría.

Fue de verdad difícil, a veces de casualidad lo encontraba viendo alguna que otra foto de Romina, revisando sus redes sociales, o escribiéndole cartas que jamás entregaría. Yo nunca le reclamé ni le dije nada, sabía que tenía que ser paciente, solo sonreía y trataba de animarlo, y darle todo mi amor.

Pero ese día, me sentí tan insegura, que los nervios me aflojaron el cuerpo y me hicieron tambalear, una vez más; fallé en mi audición. Un hombre del jurado dijo que mi baile era bueno, pero que me faltaba seguridad. Seguridad... ¿Me faltaba seguridad? ¿Y cómo podía conseguirla? ¿Yo era una persona insegura?

Con estos pensamientos salí de la instalación, con las lágrimas cayendo un tras una por mis mejillas. No servía para nada, mis padres no se sentían orgullosos de mí, no tenía el amor de mi novio, ni mi sueño, no tenía nada, no servía para nada.

No sirvo para nada. Soy tan poca cosa... susurré una y otra vez en un mar de lágrimas. Me senté en una banquilla y lloré sin importar que alguien me viera, sin dejar de repetir esas palabras entre sollozos. Cuando de repente, alguien se sentó a mi lado captando mi atención, se trataba de un joven con rasgos asiáticos, alto y delgado. Me miró con ternura y esbozó una sonrisa cálida. Su rostro era tan angelical, que inmediatamente me hipnotizó, e hico que mi llanto cesara. Tomó delicadamente mi mano y extendió un pedazo de papel con letras escritas en él.

"I'm the one I should love in this world".

Soy yo a quien debería amar, en este mundo...

Aquellas palabras se clavaron tan fuerte en mí, que me hizo hacer una retrospección en mi vida. Cuando quise buscar una explicación en él, ya se había ido. Me puse de pie mirando a todos lados, pero el chico ya no estaba...

De regreso a casa no dejé de leer un solo momento aquella frase, entonces la busqué en internet, hasta encontrar de dónde venía; era parte de una canción llamada Epiphany; cuando la busqué, me salieron muchas opciones, así que busqué una con subtítulos. Podía entender las partes en inglés, pero el otro idioma era completamente nuevo para mí. Aunque, la maravillosa y dulce voz del cantante, me hicieron conectar con la letra, y embargar mis sentimientos; era como si la canción fuese hecha para mí, y me hizo darme cuenta que yo no me amaba en lo absoluto, no me daba el valor que me merecía. Lloré demasiado, pero a la misma vez, aquella canción me devolvió a la vida. Me hizo darme cuenta que yo no podía amar a otros mientras no aprendiera amarme a mí misma. Y pude llegar a la conclusión de que había fallado en mis anteriores audiciones debido a mi falta de seguridad que lamentablemente se transmitía en mi baile. Entonces decidí cambiar, quise amarme completamente por primera vez. Lo primero que hice, fue terminar con mi novio, a comprender que yo no era menos que nadie, a no sentirme menos que mis hermanos, enfrenté a cualquiera que intentara bajarme la autoestima, platiqué con mis padres, y pude llegar a entender, que se sentían tan orgullosos de mí, como yo me lo siento ahora; me aferré a mi sueño y practiqué muy duro para alcanzarlo. Me sentía llena, me sentía yo... Y cuando llegó la fecha de la próxima audición, sabía que lo lograría, mi confianza se demostró junto a mi talento, y en medio de aplausos fui aceptada. Yo, Estela, soy como el significado de mi nombre: una estrella, y nada ni nadie me detendrá, porque yo me amo y sé cuánto valgo.

Cuando salí de las instalaciones, sentí muchas ganas de escuchar la canción que me cambió la vida; desde que la descargué, se convirtió en mi himno. La busqué en YouTube y me apareció muchos videos de la misma, quise conocer al cantante, y abrí el video original, pero cuando lo hice, me quedé anonadada, fría... El chico que conocí aquella vez, y me dejó la nota en mi mano, era el cantante de la canción, un rostro como el suyo no podía ser olvidado fácilmente y, en definitiva, se trataba de él...

Relato inspirado en la canción "Epiphany" del cantante surcoreano Jin, de la banda BTS.

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