dos

941 148 16
                                    

Desde que SungHoon era pequeño, siempre le inculcaron el orden de obedecer. Cualquier mandato o dictamen que alguien mayor a él le impusiera, debía ser cumplido de manera exacta y sin ninguna queja proveniente de aquellos labios rosados. Su madre siempre había estado atenta a ese tipo de detalles, y esta vez, en el campo de concentración, nada era diferente.

A la mañana, SungHoon se quedó junto a Sunoo en la habitación. Ninguno de los dos podía salir a tomar el desayuno, en su lugar, se quedaron a descansar un poco más en lo que empezaba la hora de jornada.

Sunoo era un joven atractivo. Tenía buenos dotes para la ingeniería y matemática. Le aseguró a Park que podía hablar más de un idioma, y que de vez en cuando solía maldecir a los sangrientos alfa a escondida. También era un tanto divertido, le contaba a SungHoon como se burlaba de los militares cuando le daban la espalda sin importar que segundos más tarde su piel sufriera las consecuencias.

Park sólo escuchaba cada una de sus anécdotas, cada detalle bien relatado de cómo se las había ingeniado para sobrevivir o el cómo tristemente veía a sus viejos compañeros ser reemplazados por otros más.

ㅡNosotros los omega debemos ser sumisos, ㅡdice al poner sus ojos en blanco. ㅡdebes saber que nadie acá ha sido del todo obediente. Se niegan a ser parte de los experimentos, es una total vergüenza.

ㅡ¿Todos los hombres capturados son llevados a los laboratorios? ㅡSunoo niega velozmente. ㅡ¿Tienen mejores o peores trabajos?

ㅡNingún trabajo aquí es mejor que otro. ㅡaclara de inmediato ㅡQuienes pertenecen a la sección A, trabajan en la cosecha bajo los fuertes rayos del sol, sin disponibilidad a hidratarse. La sección B sirven como esclavos; llevan de un lado a otro grandes pedazos de concreto para la construcción de futuras habitaciones. La Sección C, nosotros, servimos para la experimentación en la modificación de genes.

ㅡ¿Han logrado algo hasta ahora? ㅡPark cuestiona dudoso, Sunoo vuelve a negar.

ㅡEl doctor JungHwan es algo persistente, cree firmemente que puede cambiar "el error de la naturaleza", he escuchado que pronto planean cazar mujeres alfa. ㅡexplicó con una mueca ㅡMe parece algo horrible.

ㅡEstarán acabando con la mitad de la población mundial.

Kim estuvo de acuerdo con el castaño quien afirmaba tener la razón. La existencia de hombres omega tanto de mujeres alfa era tan común que creía que la idea del clan Lee era totalmente una idiotez.

ㅡNo les importa, ellos quieren un mundo perfecto, no una sociedad antinatural. Así se manchen sus manos de millones de hombres y mujeres, ellos lograrán su cometido.

Ante esto, un silenció no incómodo albergó la pequeña habitación compartida. Ambos miraban por la ventana como hombres corrían como método de entrenamiento, algunos cuidaban las habitaciones vecinas mientras que otros tantos se encargaban de golpear a los omega que no era obedientes.

Park y Shim entraron minutos más tarde, llevándose del cuello a Park quien no se molestó en cuestionar nada. Sólo jadeaba en silencio al sentir la presión en su piel. Intentó mirar hacia donde lo llevaban, su visión era limitada. Los zapatos que se le habían dado eran de talla grande, debía hacer trabajo para no terminar descalzo mientras lo obligaban a caminar con apuro.

El militar más bajo abrió la puerta, tirando al suelo a Park quien cayó de rodillas.

ㅡBuen trabajo, ahora lárguense de mi oficina. ㅡSungHoon escucha y no tarda en reconocer la voz.

Aquellos obedecieron. Dejándolos solos, sin importarles el porqué el general les había dado la orden de ir por aquél sucio omega. Su función ahí sólo era servir, debían llevar a sus hogares la mayor cantidad de dinero posible. Eso implicaba realizar cualquier pedido que saliera de aquel temible alfa.

ʿʿ ámame, después mátame ʾʾ  heehoon︕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora