10 cap 1

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Alemania no tardó mucho tiempo en tenerme acorralado contra la pared, mis gemidos aumentaban con cada embestida que recibía de su parte, intentaba decirle que parara pero no podía hablar, no podía patearlo debido a la posición en la que estaba y mucho menos empujarlo, pues tenía sus manos sobre las mías sujetandolas con fuerza y delicadeza, aunque tal delicadeza no parecía hacer efecto en sus caderas que se movían rápidamente

"Después de esto ya no voy a poder sentarme otra vez"

Pensé mientras gemidos se apoderaban de mi boca entreabierta, de pronto se detuvo cosa que agradecí internamente pues ya me estaba doliendo, me tiré de espaldas a la cama y agradecí poder respirar tranquilamente, aunque toda tranquilidad se me fue cuando sentí su semen correr dentro de mi, de todos modos me sentí demasiado cansado y adolorido para decirle, él se recostó a mi lado, cansado y respirando agitadamente debido a lo que acabábamos de hacer, nos miramos el uno al otro mientras recuperabamos el aire, él se acercó un poco más a mi y me besó metiendo su lengua dentro de mi boca de vez en cuando, yo me alejé después de un rato y lo miré a los ojos, él me miró a mi

- lo... lo hiciste fabuloso - me dijo, por su voz noté que aún intentaba recuperar el aire perdido
- me duele - le dije sin mirarlo, él se quedó en silencio, luego me abrazó y me besó la frente
- tranquilo, ya pasará - me dijo acariciando suavemente mi pierna derecha, yo di un largo suspiro mientras pensaba en por que no me había negado a hacerlo, mientras pensaba escuché como respiraba distinto, levanté la cabeza y lo vi dormir, pasé mi mano por su pelo para quitarlo de su cara y verlo mejor, se veía demasiado guapo para ser cierto, después de un rato me di cuenta de que al fin me había metido con el alemán, desde que estaba en la escuela hasta que terminé la universidad tenía ganas de acostarme con él algún día, su figura atlética, su potente mirada, su brillante pelo, su sonrisa y su actitud conmigo fueron las cosas que más me atrayeron de él. Después de un rato la calor que tenía se fue, abracé a Ale y susurré

- me sigue doliendo pero lo hiciste demasiado bien

*Algunos días después*

*narra Alemania*

Noté que Chile se veía algo extraño después de algunos días, un momento decía que tenía mucha hambre y luego vomitaba todo, se pasó toda la semana en la cama decaído por tanto vomitar,yo insistí en que se quedara, pues sería muy incómodo viajar así por tantas horas, pero él igual de terco que siempre se fue de todos modos, probablemente ya llegó a su capital y sigue igual de mal.

*narra Chile*

En todo el viaje los mareos y ganas de vomitar no me dejaron en paz, la azafata notó mi malestar y se acercaba de vez en cuando a ofrecerme algo, no entendía por qué me sentía tan mal desde hace días, quizás me había resfriado mientras estaba en Berlín.
Tal como lo sospechaba, me había resfriado mientras estaba allá. Apenas llegué a casa México notó enseguida que estaba decaído

- ¿que te pasa enano? - me preguntó visiblemente preocupado
- nada nada, solo un pequeño resfrío no es para tanto - le dije apoyando mi cabeza en su hombro
- ¿como que no es para tanto? Mírate como vienes, apenas si te puedes mantener en pie... sabes lo peligroso que es que te de un resfriado enano - me dijo mientras me llevaba a mi cama, Gerland nos seguía con su mirada llena de curiosidad
- no te preocupes tanto por mi - le dije algo molesto
- bueno entonces ya no me preocupo más de ti - me dijo de la misma manera que yo, pensé que me soltaría y me dejaría en medio de el camino a mi cama pero en vez de eso, me llevó a la cama y me arropó, se sentó en una silla que estaba cerca de allí, Gerland se subió como pudo a la cama y me abrazó fuertemente

- te extrañé mucho papi! - me dijo, yo sonreí y lo rodee con mi brazo, pero México lo alejó de mi
- oye que te... - le dije siendo interrumpido por él
- mi niño, papi está algo enfermo y si te quedas junto a él te puedes contagiar, vete a jugar adentro - le dijo, Gerland asintió y tras mirarme movió la mano en señal de despedida y se fue, Mexi se acercó otra vez y me tapó hasta el cuello para luego tomarme la temperatura la cual estaba muy alta

- voy a la cocina y vuelvo - me dijo, cuando salió yo comencé a mirar la habitación, toda mi habitación olía a México y eso que solo había pasado una semana, inhalé el aroma que envolvía las sábanas y luego cerré los ojos pero sin quedarme dormido. Al abrir los ojos nuevamente, México me tomaba la temperatura otra vez, luego puso un paño húmedo sobre mi frente y me miró por un rato

- ¿como te sientes? - me preguntó
- no muy bien - le dije, me dolía un poco hablar debido a la tos que había tenido recientemente
- solo descansa mi enano - me dijo mirándome con infinita ternura, como quien mira a su pareja - te hice algo de sopa, ya sabes, te puede ayudar aunque sea un poco - acercó un plato a él y tal como si yo fuera un niño, me comenzó a dar la comida
- está muy buena - le dije haciendo un esfuerzo por mantenerme sentado
- ¿recuerdas cuando eramos más pequeños? ¿Lo recuerdas Reino de Chile? Yo también te cuide así muchas veces, te pones muy débil siempre que te enfermas, casi pareces un bebé... yo también solía darte de comer cuando estabas muy débil - me dijo, todo lo que dijo fue muy lindo pero yo instintivamente me enojé un poco tras sus palabras
- si me vuelves a llamar Reino de Chile yo voy a comenzar a llamarte Nueva España, se que lo odias - le dije volviendo a recostarme al ver que la sopa se había terminado
- si tu me lo dices podría acostumbrarme al nombre ese - me dijo riendo
- mientes - le dije
- bueno si, claro que miento - me dijo para luego levantarse e ir a la cocina a dejar el plato sucio.

¿Por qué uno si puedo tener dos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora