6 cap. 1

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Me quedé sentado a un lado de el niño mientras lo veía dormir tranquilamente, pronto escuché los pasos de México, él se acercaba a mi habitación

- ¿ya te sientes mejor? - le pregunté tratando de no reír
- todavía estoy algo nervioso, no te rías pendejo! - me dijo algo enojado
- cállate weon, lo vas a despertar - le dije mirándolo mientras él se ordenaba su cabello con su mano izquierda
- perdón - me respondió para luego sentarse en la cama mientras veía al niño dormir
- tenemos que hacer algo con él - dije de pronto mientras miraba el suelo
- ¿por que lo dices? - me preguntó México, él estaba recostado a los pies de mi cama mientras dirigía su mirada hacia mí
- los niños no aparecen en las casas por que sí México y ONU lo sabe ¿de verdad lo olvidaste? - le pregunté mirándolo, él solo me lanzó una mirada de confusión y luego se sentó en la cama
- ¿olvidar que? - preguntó
- él creerá que secuestramos al niño y será nuestro fin en el mapa - le dije dramáticamente a lo cual él sonrió
- solo nos quitara al niño y nos meterán a la cárcel
- ¿por qué lo dices tan tranquilo?! Si me voy a la cárcel Bolivia no dudará en recuperar su territorio y ni hablar de Perú, se hace el amigable pero apenas me de la vuelta me acuchillará por la espalda weon - le dije, él solo se puso a reír tras lo que dije
- eres demasiado dramático Chilito, mejor cálmate - me dijo a lo cual yo asentí y me levanté de la cama
- mejor seguimos hablando adentro, podemos despertarlo - le dije, él asintió y me siguió hasta la sala, nuestra conversación se volvió cada vez más entrecortada, por cada minuto que pasaba el sueño me ganaba cada vez más, pronto sentí los brazos de Mexi rodearme, él puso delicadamente mi cabeza sobre su pecho mientras acariciaba mi brazo y parte de mi espalda lentamente

- duerme tranquilo mi enano,yo te cuido esta noche - fue lo último que recuerdo haber oído antes de caer dormido.

La mañana siguiente

Al día siguiente al despertar, aún estaba sobre el sofá, tenía mi cabeza apoyada en el pecho de México que seguía dormido, como lo conocía seguramente despertaría en 3 horas más, pero apenas me moví un poco él despertó

- ¿Chile?... perdón, pensé que me había quedado en mi casa - me dijo mientras se frotaba el ojo izquierdo y con la otra mano se ordenaba su cabello
- no te preocupes sabes que siempre que estés aquí puedes quedarte...weon te juro que pensé que me había ido a dormir a mi cama - le dije sentándome en la orilla de el sofá para levantarme e ir al baño
- voy a ver al niño - me dijo mientras yo caminaba al baño
- está bien - le respondí cerrando la puerta tras pasar.
Más tarde estábamos desayunando los tres, el niño estaba muy feliz de poder estar junto a México

- ¿podrias cuidarlo mientras salgo? - le pregunté a México, él me miró enseguida 
- ¿a donde vas? - me preguntó
- no sé
- ¿a que hora llegas?
- no estoy seguro
- ¿a donde vas?
- ya me preguntaste
- ¿vas a traerme algo? - me dijo, a lo cual yo solo suspiré y le di un beso en la mejilla a ambos
- no me esperes - le dije y salí de casa.

No estuve caminando mucho cuando me encontré con Alemania, la mirada de pena de el niño se me vino enseguida a la mente y trotando alcancé a Ale para hablar con él

- Ale! Espera! - le dije, él volteó, apenas al verme sonrió y se acercó a mí
- cuanto tiempo Chile - me dijo a lo cual yo asentí
- ¿y como estai po? - le pregunté, él me miró algo confundido - te pregunté que como estás
- no te entendía, estoy bien ¿y tu? - me preguntó
- todo bien por ahora - le dije mientras caminábamos lentamente entre unos árboles
- que bueno ¿quieres comer algo?
- no gracias, ya desayuné - le dije, él asintió y siguió caminando a mi lado, yo vi uno de sus cabellos en su abrigo y disimuladamente lo saqué
- te quería preguntar algo Alemania - le dije después de guardar con cuidado el cabello
- pregúntame lo que quieras - me respondió
- ¿tu tienes hijos? - le pregunté, él dejó de caminar por lo cual yo dejé de caminar también
- yo... no! - dijo, lo noté algo incómodo pero cuando intenté acercarme él se dio media vuelta y se fue de allí, noté su comportamiento demasiado extraño pero al menos ya tenía lo que necesitaba para saber la verdad, solo uno de sus cabellos me sería suficiente.
Al volver a casa, México tenía al niño sentado en sus piernas mientras veían televisión, yo enseguida pasé a la cocina y busqué alguna bolsita para guardar el cabello de Alemania. Cuando lo tuve cerrado herméticamente me puse a buscar las cosas que había traído para México y el niño, cuando las encontré se las dí y me senté junto a ellos.
Más tarde México nos dijo que tenía que irse, así que nos despedimos de él

- papá quiero ir contigo! - le dijo el niño a Mexi mientras intentaba escapar de mis brazos
- ay chamaco no puedes ir conmigo, Chile te va a cuidar bien - le dijo México acariciando su cara
- papi sueltame!! - me gritó el niño mientras lloraba
- si no te calmas te voy a dar una buena razón para llorar pendejo - le dijo México levantando su mano a lo cual el niño solo tapó su cara con sus pequeñas manos
- México! - le dije alejando al niño de él, Mexi me miró apenas le hablé
- solo era para que se calmara, no le voy a pegar de verdad - me dijo, yo lo juzge un momento con la mirada a lo cual él sin decir nada se mostró arrepentido, el niño había dejado de llorar pero no miraba a México y solo se aferraba a mí mientras ocultaba su cara contra mi pecho. Después de un rato México ya se había ido, yo había hecho dormir al niño y con lo cansado que me sentía también me dormí enseguida.

¿Por qué uno si puedo tener dos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora