#9 - Poner límites y decir que no

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Si a menudo terminas haciendo cosas que no quieres, es porque te falta aprender a poner límites y decir que no.

Las personas de este tipo creen que una buena relación implica aceptar todo lo que la otra parte les pida. Hay un cierto temor a que la amistad se acabe o se dañe si se empiezan a negar a cumplir con estas peticiones.

En primer lugar, cuando ayudas a alguien, tu ayuda siempre es voluntaria. Esto quiere decir que estás en todo tu derecho a no prestar la colaboración que te piden. Por más que de verdad necesiten que los ayudes, eres completamente libre de no hacerlo sin tener que explicar nada. Recuerda esto muy bien.

Si te preguntas por qué uno puede elegir no cooperar con sus seres queridos, es porque tu única responsabilidad es contigo. Sé que seguramente va a haber personas que van a querer encajarte "responsabilidades morales" de distinto tipo y hacia todo el mundo, pero nadie puede vivir bien sino aprende a hacerse responsable de sí mismo y a priorizarse. A veces, te van a acusar de ser egoísta. Sin embargo, las cosas tienen un orden y primero está uno; eso no significa que no pienses en los demás. Te hago notar que aquí estamos hablando del destino de tus recursos, sea tu tiempo, tu esfuerzo o tu dinero. Quien quiera hacerse con tus recursos por encima de tus necesidades, esa persona es la egoísta. Serías egoísta si quisieses arrebatarle a otros sus recursos sin dar nada a cambio, lo cual no es el caso si hablamos de negarte a ayudar, ya que no puedes quitarle a alguien lo que es tuyo.

En segundo lugar, ¿qué es lo que piensas que es una amistad o un amor? ¿De verdad tienes un concepto tan triste que justifica vivir ayudando a otra persona, como si la relación no fuese más que para estar dando regalos o favores? Me gustaría que revises esto y te replantees lo que estás haciendo. ¿No será que estás sobornando a alguien para que se quede a tu lado? Cuando los favores y regalos están en el medio, es difícil saber si realmente aprecian tu compañía o te acompañan por interés. Una buena forma de averiguarlo es dejando de dar esa ayuda; si la persona estaba por el beneficio, se irá.

En tercer lugar, de todo corazón, ¿crees que eres tan imprescindible para esta persona que no puede vivir sin que estés ahí, resolviéndole sus problemas? Déjame decirte algo: hay un punto más allá del cual no se puede ayudar a una persona, por más que quieras. O sea, tu amigo, familiar o pareja debe hacerse cargo de sus asuntos porque son suyos y eso corresponde. No distinguir que sus cosas no son tu responsabilidad es la raíz de tus males. Darse cuenta de que no podemos resolver los problemas ajenos es sano y tratar de hacerlo es autodestructivo. La mayoría de las veces lo que pasa es que la otra persona sí que puede arreglárselas pero, ya que consiguió que lo hagas tú, aprovecha para librarse de su propia responsabilidad. No significa que sea mala gente; puede ser nada más una simple astucia. Como mínimo, es una relación dependiente y enfermiza, aunque puede tratarse de algo peor.

Si esta persona se va de tu vida cuando dejas de darle todo lo que quiere, entonces la relación no era nada; simplemente buscaba beneficiarse y no es que te valorara por lo que eres. Te advierto que no te enojes si resulta ser así, porque para que eso ocurra tiene que haber dos partes. Al estar fallando ambas, no hay nada que reclamar. Éste es el principio de que nadie se abusa de ti sin tu permiso (por supuesto, mientras el conflicto no escale a algo más serio con amenazas y violencia física, por ejemplo).

A este tipo de casos se les llama "chantaje emocional", es decir, hay gente que simula relaciones para chantajear con irse o que la situación se ponga tensa entre ambos si no le dan lo que pide. Por tener el tema aristas muy complicadas (quizás sea grave), no puede tratarse a la ligera y prefiero derivarte al mejor material que conozco sobre el asunto. Te quitará las dudas y espero que al final estés más capacitado o capacitada para tomar una decisión al respecto. Es un libro que se llama Chantaje emocional y fue escrito por Susan Forward. La autora es psicoterapeuta.

Como idea principal, quiero que entiendas que marcar límites hace que las relaciones sean mejores, no las daña. Y si daña alguna, es porque la otra persona buscaba algo que nada tenía que ver un vínculo sano y positivo. Decir que no cuando no quieres es tu herramienta para marcar esos límites. Si aceptas todo, ninguna relación va a darte lo que quieres porque los demás no son adivinos para saber lo que te disgusta y porque la gente va hasta adonde la dejan ir y no lo ve como un abuso si no te negaste en ningún momento. La mayoría acepta tus límites y, siempre que te mantengas firme, no vas a tener problemas.

Una cosa es ayudar cuando de verdad hace falta y otra es vivir para la ayuda. Además, también es diferente ser solidario cuando se puede que sacrificarse, es decir, poner en primer lugar la ayuda, por encima del propio bienestar. Que quede claro que obrar así no es amor propio ni autoestima. Para amar a otros, antes hay que amarse a uno mismo. Si no te amas, ¿cómo quieres amar a los demás? Voy a intentar hacerlo entender con ejemplos.

Si una persona se traiciona a sí misma para causar una mejor impresión, ¿cómo va a defender a sus seres queridos cuando, para hacerlo, deba ir contra esa opinión ajena a la que teme defraudar? Más bien, buscará que sus seres queridos se adapten. Si alguien renunció a sus sueños, no le va a parecer tan mal que un amigo haga lo mismo, puesto que él encontró razones válidas para hacerlo, según su visión. Si una persona no sabe defenderse, también le va a costar defender a otros. Si determinados padres no saben tener relaciones sanas, no pueden inculcarle a sus hijos los principios correctos, ya que quizás creen que está bien vivir sacrificándose y eso le enseñan a sus hijos. Por lo tanto, sólo se puede dar lo que uno tiene y, quien no es bueno amándose a sí mismo, tampoco es bueno amando a los demás. Esto no quita la intención noble que pueda tener, aunque a veces se causa daño queriendo hacer un bien.

Cómo tener autoestima y amor propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora