#10 - Lo que buscas está en ti

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No busques en otros lo que sólo tú puedes darte.

Las personas con baja autoestima son las primeras en esperar que los demás les estén dando aprobación por lo que hacen. Luchan por conseguir elogios, felicitaciones, gratitud y compañía, aunque nadie va a poder compensarles su falta de amor propio.

¿Por qué esta forma de proceder? Pienso que es algo residual de una infancia mal superada, donde tú agradabas a tus padres y ellos te mimaban o los disgustabas y ellos te castigaban. Pero la verdad es que esa fase muy pronto se queda atrás y a la larga te vuelves responsable de ti, y ya nadie va a estar ahí elogiándote, felicitándote, castigándote o lo que sea. Gestionarlo pasa a ser un asunto personal y no vas a estar bien de autoestima mientras esperes que otros cumplan ese papel. De hecho, se puede decir que, a grandes rasgos, a nadie le importa lo que hagamos de nuestra vida. La gente está muy ocupada con sus propias cosas y pasamos a ser un poco "invisibles" para el resto.

Aún si consiguieras a alguien que te elogie y te anime desde que te levantas hasta que te acuestas, no cambiaría en tu vida. Es mentira que sean necesarios los halagos y que nos den ánimos. El que quiere hacer las cosas las hace, y el que no, no.

Y si tu intención es gustarle a la mayoría, eso también es imposible. Los políticos ganan las elecciones con un 30% de los votos, ¡es decir que el 70% no los eligió! Los vendedores, para hacer una venta, pasan por muchas personas que les dicen que no y de las ventas hechas algunas resultan anuladas. Es casi una ley natural que le vamos a gustar a un número limitado de seres humanos. La gente famosa que destacamos como sex symbols y figuras atractivas más atractivas del planeta también son rechazados y reciben críticas.

¿Sabes cómo funcionan las grandes compañías? Ellas investigan qué le gusta al mayor número de personas y lanzan un producto genérico. Ese producto tienen que publicitarlo por todas partes y se gastan una fortuna en esto. De no hacerlo, su modelo de negocio fracasa porque necesitan dosis constantes de marketing para que los clientes crean que su producto es la mejor opción. Las pequeñas empresas no pueden competir en esta estrategia porque carecen de dinero para financiar esa presencia en los medios y poder avasallar la cabeza de las personas (acoso publicitario que, quiero insistir, es importante para que funcione el modelo de negocio para productos genéricos y masivos). Así que, al no poder enfrentarse con los grandes, los pequeños inventaron su propia estrategia. ¿Sabes cuál es? Encontrar lo que diferencia a ciertas personas y darles algo especial para ellas. Porque, aunque quizás no sean miles de millones de clientes, si podemos crear productos que les encanten a cien mil, es seguro que vamos a tener buenos ingresos y, en este terreno, una multinacional que fabrica productos genéricos no puede competir, ya que sería una tarea descomunal producir exactamente lo que le gusta a cada tipo de persona. Además, la empresa pequeña se ahorra el enorme costo publicitario que pagan las grandes compañías, así que la ganancia por producto es mayor.

Si bien hay estándares y normas, son artificiales y por eso hay tanta gente buscando algo "más de su gusto". Comprendo el efecto que tiene sobre nosotros la cultura de lo masivo, donde las personas de La India se visten de forma parecida a los latinoamericanos y las divisiones nacionales se desvanecen cada vez más. Pero resulta que todo eso no puede competir con algo especializado, enfocado a nivel personal. Y nadie puede personalizar tanto como uno mismo. Digo, tú eres la persona que más puede complacerse, que más conoces tus virtudes y debilidades, que mejor sabe lo que quiere y así sucesivamente. No puedes esperar, desde la lógica, que otros reemplacen tu criterio y por eso debes confiar en él.

Por si preguntas: "¿qué pasa si me equivoco?", los demás también se equivocan, incluyendo a los profesionales de un área. ¿Cuántas veces Ronaldo o Messi habrán fallado un penal? Pero nosotros nos quedamos con lo que hicieron bien. ¿Por qué no aplicar el mismo criterio a tu vida? Quizás crees que fallar es de torpe cuando ser hábil no significa que no cometas nunca un fallo. Ahí los tienes a Messi y a Ronaldo para comprobarlo.

Mira, está claro que no necesitas que otros te estén aprobando tu vida. Lo que te hace falta es aprobarla tú. Y si no la aprobaste, seguramente sea por alguno de los motivos que fui nombrando a lo largo del libro. Es muy importante que te des cuenta que la opinión ajena no hace la diferencia. Ya que los demás no te dan un trofeo si no te lo ganas, no te pagan un sueldo si no trabajas y que no decides a quien vas a gustarle, entonces la verdad que toda tu seguridad viene de adentro tuyo y, más allá de algunas cosas obvias que podemos hacer para ser agradables (ser buena gente, bañarse, vestirse bien, ser educados y tener un poco de simpatía), se escapa de nuestro control si los demás nos eligen o no, si les gustamos o no, aunque no es grave porque siempre a algunos le gustaras.

Las personas que no entienden esto, se apegan exageradamente a otros, porque están tratando de reconstruir un vínculo materno con otra persona (donde la otra persona haría el papel de madre). Si bien es cierto que algunos amigos son como hermanos, es una relación donde ambos son responsables de su vida y no dependen del otro. La dependencia genera conflictos en una amistad, ya sea porque te ofendes con facilidad o porque esperas que la otra persona haga cosas que no va a hacer.

Podrías usar de referencia a gente que conozcas. Fijate qué hacen en la situación que te cuesta y así tendrás un ejemplo de lo que podrías hacer.

Cómo tener autoestima y amor propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora