#4 - Tu infancia no define tu vida

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En los viejos tiempos, estuvo muy de moda echarle la culpa a los padres por los problemas que tienen los hijos. Según esta visión, la salud mental de las personas sería algo tan delicado que cualquier error en la infancia puede causar una catástrofe en su futuro.

Sin embargo, cuando se analizan muchos casos, resulta que la gente no reacciona igual a sus experiencias. El hijo de un golpeador puede volverse un golpeador, un hombre débil o un tipo sano. Por supuesto, ojalá se pudiera evitar que haya niños que pasen por estas cosas aunque, incluso teniendo estas experiencias, no es cierto que la víctima se vea obligada a repetir la conducta del padre o a ser una víctima de por vida. Siempre tenemos la posibilidad de elegir lo que hacemos y lo que somos. Y esto debería darte mucha esperanza de que, hayas pasado por lo que hayas pasado, esas experiencias no tienen el poder definirte. Son cosas malas que te pasaron y ya.

Si te pasó algo horrible en tu infancia, quiero que te des cuenta de que eso ya no está. Cualquier problema con una situación del Pasado es porque estás reaccionando a ella cuando hoy tu realidad es otra. No se puede resolver el Pasado porque ya pasó. Es como si estuviera escrito en tinta indeleble. Ya no se puede cambiar nada en él. Lo que podemos hacer está todo relacionado con nuestra vida actual, en este momento. Ése es tu poder: hacer lo que puedas hacer ahora. Darle vuelta a las cosas malas que pasaron en tu infancia sólo te va a hacer sentir mal.

Tus padres pudieron hacerte daño pero no es tanto porque te hayan causado un trauma, más bien es por una educación equivocada. Es decir, te acostumbraste a cosas que no son sanas. Una costumbre es una acción o reacción que es parte de nuestra vida diaria. Algunas veces, de tanto hacerlas y por traerlas desde la infancia, la reacción es automática y por eso pareciera que no las elegimos. Éstas toman la forma de actitudes emocionales infantiles, como rabietas, reclamos caprichosos y victimismo. Harías bien en quitarte de encima cualquiera de estas costumbres que tengas en cuanto la reconozcas.

Todavía hoy existe gente que, para explicar su mala conducta, habla de cosas que pasaron hace diez o veinte años y que no tienen ninguna relación con lo que están haciendo. Esto a la mayoría de las personas no las va a engañar pero, si alguno traga el anzuelo, nada más está siendo manipulado para que tolere lo que no debería porque alguien no tiene la valentía de cambiar lo que sabe que está mal. La única manera de estar mejor empieza por hacerse cargo de que uno es dueño de sus acciones y reacciones.

Si tus padres te enseñaron las cosas mal o si te presionaban para que hagas cosas que no te gustaban, hoy ya no existe esa situación y tienes la posibilidad de decidir. Lo que hayas hecho antes no tiene nada que ver con lo que elijas hacer ahora. Se puede seguir como siempre, por supuesto, pero no es forzoso hacerlo. Y es por eso que tu Pasado no te justifica por lo que hagas hoy, porque bien podrías hacer otra cosa.

Cada uno decide lo que hace y la reacción que tiene. Los malos hábitos pueden cambiarse por otros mejores, pero el asunto es entender que es normal que te sientas incómodo al tratar de hacerlo. Esa incomodidad se va a ir cuando te acostumbres a tu nueva manera de comportarte.

Cómo tener autoestima y amor propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora