Capitulo 8.

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Buenas, bueno me inspire y de un capítulo salieron dos así que aquí los dejo y el siguiente capitulo lo subo en unos minutos. 

Mini maratón 1/2 

Capitulo 8.

Fastidio.

Amelia Miller.

—¡Amelia! ¡Vamos a llegar tarde!

—¡Ya estoy, solo me pongo zapatos y listo! — le respondí

Que alguien me recuerde, ¿desde cuándo mama y la mama de los mellizos son amigas?

Desde que son vecinas.

Mama quedo de ir a almorzar a la casa Em, que por cierto debe estar con un dolor de cabeza terrible. Anoche despues de... mmm... lo sucedió con cierta persona, nos quedamos hablando por un tiempo la verdad no sé cuánto, hasta que apareció Emma pidiendo que volvamos a casa, a Ethan y a mí no nos quedó otra que irnos. Ella vomito camino a casa y Ethan no paraba de reírse de su pobre hermana todo el trayecto.

En fin... ¿en que estábamos? A si en que ahora mama es la super amiga de la mama de los mellizos y no es que tenga nada en contra de ella, pero son las jodidas doce de la mañana y es un sábado, se supone que hoy se aprovecha para dormir todo lo que no se puede durante la dura semana de clases. Y ese era mi plan de hoy, quedarme aquí en mi lugar seguro leyendo o pintando.

Pero no ese plan quedo en el olvido en el momento en el que mama entro a mi cuarto para decirme que tenía quince minutos para estar lista e ir a almorzar a casa de los vecinos. Obviamente no me podía negar porque las consecuencias eran algo que no quería probar.

Ni que fuera tan malo, hay muchas posibilidades de que lo veas.

A si eso también.

Termino de arreglarme y me dirijo al espejo de cuerpo de completo para asegurarme que todo esté bien, termino y bajo encontrándome con una mama sacando su famoso pai de mora de la nevera, Mateo dándole su ración de comida a cereales y papa como de costumbre últimamente en su celular con una sonrisa.

—¿Vamos? — pregunto entrando a la cocina

Cinco minutos más tarde estamos frente la puerta de los vecinos, no voy a negar que estoy un poco nerviosa. No es como si anoche no hubiera besado a ese chico de acento raro que es jodidamente misterioso. Mateo toca la puerta la cual es abierta unos segundos más tarde por una señora de la edad de mama, un poco más alta que mama, pelo castaño oscuro, y tiene los ojos de Ethan, por lo que supongo que es su mama.

—Hola, Bienvenidos pasen — la señora se hace a un lado para que podamos pasar

Despues de que todos nos presentamos Elizabeth —mama de los mellizos — nos hace pasar a la sala donde esta Ethan terminando de acomodar la mesa. Y en ese momento mis nervios incrementan, es raro porque yo no suelo ponerme tan fácilmente nerviosa, pero al parecer todo eso cambio cuando estoy cerca de él.

—Hola — levanta la mirada, hace un breve escaneo a mi familia y se detiene en mí. 

Trago saliva, recordando los besos de anoche, la forma en que bailamos, el cantando con su banda, las sonrisas que me dedico despues del beso, el sonido de su risa.

Por dios no puede ser.

¿Que? ¿Ya te disté cuenta?

No me puede gustar tan rápido.

Si que puede.

Mis pensamientos se esfuman cuando papa se da cuenta que ambos nos quedamos mirando por no sé cuánto tiempo, traga saliva mirando a ethan como si tuviera un tercer ojo. Mama y Elizabeth comparten una mirada cómplice y Mateo parece estar buscando a alguien.

Caducamos En MarzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora