Capítulo 3

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y los capítulos anticipados en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 3. Gravitar

No sólo le había agarrado de la mano para llevárselo al bosque y comérselo a besos como un pobre animalillo, sino que después, le dejó allí tirado. Se esfumó como un fantasma. Taehyung no volvió a verle en la fiesta. ¿En dónde se había metido? ¿Le había besado y luego se había espantado? Pensaba cantarle las cuarenta el lunes por la mañana.

En todo el fin de semana, Jimin mantuvo las sensaciones a flor de piel. El sabor a alcohol y refresco de fresa de la boca de Taehyung. La suavidad de sus dedos cuando le acariciaba en la fiesta. Cómo esos ojos azules le habían mirado a través de las llamas de la candela. Quería más. Pero también temía que permitirse sentir abriera nuevas heridas.

Sin embargo, sentía una especie de adrenalina por Taehyung. Todo era muy nuevo, jamás se había prendado tan rápidamente de un humano. Era ahora o nunca; podía tomar sus cosas y largarse de Shadowfell. El sábado por la mañana preparó su maleta, su sobrino Gregory le preguntó si se marchaba, y Jimin le dijo que así era. No pensaba regresar a Shadowfell, al menos, en sesenta años. Así, si Taehyung se iba a estudiar a Nueva York, y luego volvía y encontraba allí un trabajo, hacía su vida, tenía su familia, y esas cosas tontas que hacían los humanos, no tendría que volver a verle con vida.

Cuando recogió la ropa, metió su diario, un portátil, y luego rebuscó en su dormitorio una pequeña caja fuerte con forma de libro que guardaba en la estantería. De allí, sacó la alianza de su madre y se la guardó en un bolsillo. Así tendría algo a lo que agarrarse ese tiempo. Cerró la caja fuerte y al guardalo en un cajón, se encontró con unas piezas de bisutería llenas de polvo.

Una de las que sacó, le clavó una punzada en el frío corazón; un guardapelo muy viejo, con la plata renegrida y una piedra preciosa brillante y esmeralda en la cubierta. De un movimiento de dedos, abrió el medallón. Allí vio una cara: la misma de Taehyung. Perfectamente gravada sobre la plata, como una fotografía inmortal. Su delicado mentón, su alargada nariz y el lunar que había bajo esos enormes ojos rasgados. El cabello rizado caía con gracia tras sus orejas, y en su nuca. Ese no era Taehyung, pero tenía los mismos ojos azules que una vez adoró con toda su alma. Jimin cerró el guardapelo entre los dedos y lo apretó levemente. Ahora lo sabía. No podría alejarse de Shadowfell. Y mucho menos, de Taehyung Kim.

El lunes por la mañana, las clases del instituto regresaron con su estricta monotonía.

—Va, ¡venga! ¡Dímelo! ¡Cuéntame qué pasó cuando os fuisteis! —insistía Rayna.

—Me besó. Bueno, yo le besé a él. No recuerdo quién lo hizo primero.

—Y, ¿Cómo besa? ¿Te metió la lengua o solo eran piquitos?

Para Taehyung, los labios de Jimin eran el puto paraíso.

—No lo hace... nada mal —admitió.

—¿Pero te metió mano o no? —ahondó su amiga, con cara de pervertida.

Taehyung le dio un codazo para que se controlara. Lo cierto era que se habían besuqueado, pero él no recordaba mucho más. Tampoco veía a Jimin como un guarro, aunque sí que estaba molesto con él por cómo se había largado. En cuanto le vio en el vestíbulo, su estómago emitió un vuelco. Le dijo a Rayna que hablarían más tarde y salió disparado en su dirección para no perder la oportunidad. Esta vez, no iba a quedarse estático, ni callado. Cogía al toro por los cuernos, así este se rebelase contra él.

A Love You Will Die For [Vol. 1] ⋆ Kookv & VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora