P. O. V DULCINEA
Habían gatos encapuchados y armados frente a nosotros.
Pero eso no fue lo que me sorprendió, lo que me sorprendió es fue que Kitty estuviera a un lado ellos.
-estas detenido gato con botas, Eres acusado de asesinatos y robos - uno los gatos lo señaló con su arma.
Gato entre cerró los ojos y miró levemente a la gata negra - dime que es una broma Kitty - susurro.
Kitty solo volteo la mirada hacia otro lado, evitando la de gato.
-no- murmuró gato negando con la cabeza.
-esposenlo- declaró el gato, creo que era el líder.
Kitty coloco una mano en el pecho del gato - Roger.. ¿Podemos hablar de esto? - susurro.
El gato la miró y río - hazte a un lado Kitty -dijo empujándola.
Mire con desagrado a la gata negra, no podía creer como era que le había dicho a gato que luchara por ella.
-¡rapido! Esposenlo! Y detengan a la otra gata - grito el gato llamado Roger.
Unos de ellos se comenzaron a acercar a mi.
Mientras otros se lanzaron a gato.
-¡dulcinea el diamante ¡ponlo en el ollo! - grito gato tratando de liberarse de los gatos
-¡pero no funciona! - grite retrocediendo.
-¡HAZ LO QUE TE DIGO! - grito gato cuando lograron inmovilizarlo.
No lo pensé más y corrí con todas mis fuerzas hacia el lugar donde debía colocar el diamante.
Unos trataron de atraparme pero logré seguir corriendo.
ME faltaba un escalón para llegar, pero alguno de ellos me halo, haciendo que tropezara y cayera.
Dejando caer también, los dos trozos del diamante.
-oh no - susurre.
Pero entonces, vi como una pata blanca tomó los trozos.
Levante la cabeza y mire a Kitty.
-suéltalos- declare furiosa.
Ella sonrió, no logre descifrar su sonrisa pero si su voz burlona - calma niña, estoy de tu lado - hablo.
Todo fue tan rápido.
Kitty coloco los trozos en perfecto orden y justo cundo creí que nada sucedería una luz salió de ellos.
Haciendo que todos nos taparamos los ojos.
-¡ahora! - gato aprovecho la distracción y mando una patada liberándose de los gatos.
ME levante del suelo y llegué junto a Kitty.
Quien sacaba el diamante.
Oh por dios, estaba completo.
-damelo- exigí.
Ella negó - no puedes tomarlo.. Mucho poder en manos equivocadas es peligroso - aclaro.
-¡estas diciendo que mis manos son equívocadas! - grite.
Kitty suspiro - ¿¡puedes dejar de pelear?! - grito.
Bufé - ¡es mi collar! ¡Mío! - grite otra vez.
Gato llego corriendo a donde estábamos, tomó aire y empezó a gritar.
-logré acabar con varios pero aún así esta el líder y otros dos de sus compañeros - contó y luego miro el diamante - oh.. Es genial, déjame verlo - pidió.
Kitty negó - ¡que no! ¡No pueden andar tomandolo así como así! - grito.
-¡pues es mi! ¿Como la ves? - trate de quitárselo.
-¡espera lo vas a dañar! - grito Kitty.
-¡basta! ¡Chicas! - gato se metió a la pelea también jalando el diamante.
-eres una sucia gata! ¡NO se como confiamos en ti! - grite.
Kitty gruñó - tengo explicaciones! - grito.
-¡espero que sean buenas!
-¡cállate y suelta el diamante dulcinea!
-¡no lo are!
-¡suéltalooo!
-noooo
-maldita gata loca!
-tu madre!
Gato tiraba del diamante, pero se harto de tanta peleas entre ambas, supongo.
- ¡YA DEJEN DE PELEAR POR DIOS! ¿¡ACASO NO VEN QUE... - soltamos el diamante ante el grito así que gato fue el que quedó sosteniendolo.
Sus ojos se tornaron rojos.
-¿gato? - murmure.
Retrocedí asustada.
Kitty actuó con rapidez y le quito el diamante de las manos
Sus ojos volvieron al color verde de siempre, pero este cayo al piso inscociente.
-¡gato! - grite arrodillandome frente a él.
-tenemos un problema más grande - Kitty dijo señalando frente a ella.
Tres gatos venían caminando hacia nosotras.
El líder y dos ayudantes, creo.
-y gato que? - pregunté.
-no podemos hacer nada, hay que deshacernos de estos primero - contó.
No confíaba mucho en Kitty.. Pero no había de otra.
Asenti
Kitty se destino a pelear con los otros , yo ayude un poco.. Creo que las enseñanzas de gato, habían servido de algo.
Poco después logramos dejarlos adoloridos en el suelo.
Dedique una mira a Kitty.
Y ella comenzó a caminar hacia gato.
Oh dios.
Espero que esto termine bien.
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te presento al amor de mi vida.
Fanfictiontan mal, jodidamente mal, siempre supe que ese gato me traería mala suerte. ¿debi haberme enredado con el? ¡no! es tan fácil desviarse del camino. y tan difícil volver a el, ¡pero que dijo?! siempre lo quise, yo sola decidí meterme en ese hoyo, pero...