te presento al amor de mi vida.

Cp16: Tiene Que Ser Difícil?

P. O. V GATO

No podía quejarme, aquel barco navegaba rápido, aunque no sabíamos donde estábamos, pues hibamos en el compartimiento de maletas y objetos.

Digamos que fue el lugar más digno que pudimos encontrar.

-Auch! - dulcinea decía cuando una maleta le cayó a en cabeza.

Pues El barco se movía de un lado a otro y las cosas hiban a parar sobre nosotros.

-me siento como un animal, llendo en esta parte del barco - dije molesto, volteando a mirarlas.

-ups, lo siento, ¿querías irte nadando? O esto? - Kitty decía igual de molesta,pues ella fue la que nos logro colar.

Bufé..

-prefiero esto - susurre - almenos pronto todo esto acabará. - mire hacia otro lado.

-agh, podré volver a mi vida normal - dulcinea suspiro con cierta esperanza.

Kitty río.

-al cuento de hadas querrás decir - dijo la gata negra entre risitas.

Dulcinea la mira enojada.

-enserió tienes un sentido de humor pésimo - dijo dulcinea rodando los ojos.

Negué con la cabeza.

-pueden dejar de... Ammm ¿caerse mal? - pregunte ya estresado.

Deseaba Que al menos intentarán caerse bien.

-no, no, no - negó Kitty - mi trabajo es estar aquí con ustedes obligadamente a buscar unos malditos diamantes, no caerle bien a la blanquita- dijo Kitty molesta.

-mi nombre es dulcinea - aclaro la gata blanca.

-¿que clase de nombre es ese? Parece de una doña de esas a las que le robo los pasteles de las ventanas - Kitty dijo.

-jaja lo dice quien se llama “Kitty"- dijo dulcinea riendo falsamente

-¡es un mejor nombre! - se defendió Kitty.

-¡es un terrible nombre!- contradijo dulcinea.

-¡AAGH! ¡YA BASTA CHICAS! - grite tapándome los oídos.

-¡ella empezó! - ambas se señalaron

-me vale quien allá empezado - una maleta me cayo en la cabeza. - Auch! - me queje.

-uhhhh- dijo Kitty revisando las maletas y sacando cosas de estas.

-deja de revisar las cosas Kitty, luego escucharán el alboroto y vendrán a revisar - regañe.

-ñe- no le importo.

-¿después que? Saltaras al agua? - dulcinea pregunto.

-no y tu menos, mojarias tu vestido de princesa - dijo Kitty levantándose y dando saltitos de doncella.

No pude evitar reír.

-¿de que te ríes gato?! - dulcinea me pregunto molesta.

-de nada - guarde silencio.

-lalalalalala- Kitty seguía saltando fingiendo llevar una cesta.

-JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJAJA - estalle en risa.

Dulcinea me fulminaba con la mirada.

-eres patético - acuso sentándose.

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Admitir que salir del barco fue lo más difícil, habían muchas personas saliendo y buscando sus maletas y pertenecías las cuales estaban revueltas gracias a Kitty.

-¡mi equipaje esta echo un asco! Aagh pésimo servicio - decía una mujer molesta que salía del barco.

Kitty río levemente desde donde nos encontrábamos.

-lo sientoooo pero tu anillo es muy lindo - dijo mostrando un anillo notablemente valioso.

-Kitty! - regañe.

-ay! No seas amargado - rodo los ojos.

Dulcinea carraspeo falsamente.

-¿ahora que? - pregunto.

-debemos encontrar ese lugar, pero... Ya esta anocheciendo - dije mirando el cielo que se tornaba gris.

-creo que lloverá - Kitty dijo.

-deberíamos buscar un lugar donde pasar la noche - conté mirándolas.

-sip- afirmó Kitty.

-¿viejos tiempos? - alegre.

Yo la miraba alegre y ella solo levanto una ceja.

-jódete - la gata negra dijo caminando lejos de nosotros.

Dulcinea me miró indiferente.

-¿y se supone que ella me tiene que caer bien? - rodo los ojos y también se alejo de mi.

-¡oigan esperenme!- grite corriendo tras ella..

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-¿no sabes hacer una fogata?

-espera un poco Kitty.

-ummmm ay frío gato ¡Apúrate!

-¡las ramas están húmedas!

-¿¡porque demonios buscaste unas ramas húmedas?!

-a ver... A ver.. Será porque.. ¡aquí todo esta humedo Kitty!

-¡agh! Yo lo haré!

Peleaba con Kitty por querer encender una fogata, pues el frío estaba peor que nunca, se te coloba hasta los huesos de lo fuerte que estaba.

Además llovía, así que las cosas eran peores.

-a-ay f-frio - dulcinea decía abrazándose a si misma.

-¡g-gato no puede encender una pinche fogata! - se quejaba Kitty.

-¡te digo que ya casi! - dije frotando las ramas, pero una se rompió - genial- me queje.

Nada seria fácil desde ahora.