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Claramente con todos los pensamientos que llevaban girando en su cabeza desde la noche anterior, Lan Jingyi no pudo conciliar el sueño pensando en cuales serían las consecuencias de que su propio enamoramiento estuviera enamorado de otra persona y pese a darle miles de posibles respuestas, el joven siempre llegaba al mismo desenlace... Uno que claramente no le gustaba, pero tenia que asumir las consecuencias de tal vez no haberse confesado antes, tal vez la misma confesión era la que activo su propio Hanahaki o muy probablemente esta ya se venia cociendo hace mucho tiempo en su interior...

Si... Eso era lo mas probable.

Pero Jingyi nunca lo sabría, solo sabia que a partir de la noche anterior, probablemente le esperaba una muerte triste y solitaria, que por nada del mundo dejaría que sus padres, hermana o sus amigos supieran de esta porque conociéndolos, lo obligarían a confesar quien era la persona de quien estaba enamorado y por mas que casi todos ya lo suponían, de sus labios no dejaría salir nada.

No mientras estuviera respirando.

Lan Jingyi jamás había sido bueno con los horarios para dormir y despertar del Receso de las Nubes, muy probablemente gracias a que su papá Jiang Cheng lo dejaba dormir hasta tarde cuando iba de visita al Muelle de Loto, incluso llego a ver ese mismo comportamiento en su padre Lan Xichen cuando sus horarios coincidían. Jingyi de vez en cuando tenia envidia de su A-jie.

La luz natural del día aún no se hacia presente, significando que era mucho antes de las cinco de la mañana, por ende todos en el Receso de las Nubes todavía dormían. Jingyi se arreglo y salió de su habitación para dirigirse a la biblioteca.

Con el corazón en la boca empezó a buscar libros sobre medicina y otros que podrían ser de utilidad. Ya con una buena cantidad de estos en sus manos, Jingyi fue a sentarse al lugar en el que comúnmente era castigado con copiar las reglas del clan.

Los libros sobre medicina ciertamente tenia muy pocas cosas, que poco o nada lo ayudaban, así que el Lan empezó a buscar sobre mitos y enfermedades poco conocidas o historias de cultivadores errantes. En estos puntos agradecía vivir en Gusu ya que tenia acceso a una gran variedad de relatos y libros de toda clase.

"Pastillas, caramelos e incluso inciensos que ayudan a contrarrestar los primeros síntomas del Hanahaki, disminuyendo las toses"

En uno de los libros que Jingyi había encontrado, observo diversos dibujos... todas de diferentes pétalos, diferentes flores, muchas de ellas le eran desconocidas para el muchacho, sin embargo todas eran rodeadas de manchas negras que suponía se trataban de sangre. El cuerpo del chico se enfrió, para que después de una investigación un poco mas minuciosa concluyera que...

1. Las flores variaban con respecto a la persona enferma, unas tosían sus flores favoritas o las preferidas de sus enamoramientos (siendo estos los más comunes).

2. Los síntomas se podían ocultar hasta casi estar en la última fase de la enfermedad.

3. Mientras mas cerca estuvieras de tu enamoramiento, los síntomas disminuirían.

4. La única solución en donde no se involucraba una perdida era la aceptación de los sentimientos románticos por parte del enamoramiento hacia la persona enferma. No una fuerte amistad. No una hermandad.

5. El Hanahaki conlleva una muerte triste, lenta, dolorosa y solitaria.

Lan Jingyi suspiró pesadamente para después disponerse a guardar todos los libros y pergaminos que había tomado de los libreros, sin dejar huellas de su estadía ahí. Salió justo cuando los primeros discípulos se disponían a empezar su día.

HANAHAKI - Zhuiyi/ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora