Hana - flor
Hakimasu - Vomitar
Jingyi y Sizhui son amigos de toda la vida, así que con esto de partida el menor decide confesarse... ¿Jingyi recibirá una respuesta positiva o empezara a toser pétalos de flores?... Sin embargo el problema podría ser...
Lan Jingyi entró a su habitación designada en el Muelle de Loto, en el pabellón familiar de la rama principal de los Jiang. Su padre ni hermana estaban a la vista debido a lo temprano del día, todos se despertarían a las ocho de la mañana. Jingyi tenia tiempo para recuperarse antes de ver a su papá y presentar sus saludos.
No pasó ni cerca de un incienso cuando un toque en la puerta se escuchó, creyendo que se trataba del sirviente con el agua que había pedido fue a abrir la puerta y se dio con la sorpresa de que no se trataba de ningún sirviente.
Jiang Xiang estaba de pie en el pasillo.
Su jiejie lo había visto. Jingyi sabe que esta perdido mientras se topa de lleno con la mirada acusadora de la mujer, unos cuantos años mayor que el, que lo esta casi perforando. Jingyi cree que ella podría incluso hacerle confesar cosas que jamás en su vida cometió si con eso consigue que ella disminuya el nivel de molestia, decepción y desconfianza que muestra su mirada.
Jingyi abre la boca para inútilmente negar lo que vio, pero como si el universo estuviera en su contra, más sangre sale de sus labios conjunto con aun mas pétalos de clavel, rasgando su garganta. Jingyi cae de rodillas y se toca desesperadamente el pecho, como si con esa simple acción el dolor desapareciera.
Jingyi empieza a hiperventilar y levanta la vista para ver a su hermana en estado de shock, aún parada en el mismo lugar. El Lan cree que es un fin lamentable para su inútil existencia, el pensaba morir en soledad, solo en su habitación, solo con esas cuatro paredes de testigo, el pelicorto no quería que nadie lo viera desfalleciendo, por ello se fue alejando y de alguna manera evitando las últimas cartas de Jin Ling y Ouyang Zizhen, los estaba preparando para cuando ya no lo tuvieran cerca, eso es lo menos que podría hacer por ellos, sin embargo no contaba que su hermana mayor tocaría su puerta, pero claro debió suponerlo al ir al Muelle de Loto en primer lugar. La voz de su jiejiie se oyó distorsionada mientras el de vestiduras blancas perdía la razón en medio de un charco de sangre y pétalos.
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La próxima vez que abrió sus ojos, Jingyi se encontró en su habitación de Yunmeg Jiang y rememora cuando en su desesperación por escapar de la vista de su mejor amigo y primo llegó hasta la morada de su papá y su jiejie. El dolor de su garganta y pecho aun se sienten así que mata la posibilidad de que este muerto. Hace unos días había perdido levemente el olfato pero puede sentir como un olor a incienso de lotos inunda su nariz. Siempre le gusto ese olor que tanto le recuerda a su papá. Lo hace sentir seguro y aun en su adormecimiento piensa que seria bueno morir oliendo a eso.
En cámara lenta el Lan da una rápida revisión de su habitación, el lugar se encuentra tal y como lo recuerda ya que fue algún tiempo desde que entró a esa habitación puesto que normalmente cuando iba de visita a Yunmeg Jiang se entretenía con los discípulos de su padre y recorría los mercados en compañía de estos. Jingyi puede ver como en el librero que esta casi al costado de su catre, se encuentra muchos de los libros que Zizhen le envió, el pelicorto se pregunta cuanto tiempo estuvo inconsciente, para que incluso sus libros favoritos estuvieran acompañándolo en su muerte. El Lan sonríe porque su hermana lo conoce tan bien, tanto que duele.
Son solo unos minutos después en los que siente que la puerta se abre, Jingyi gira la cabeza y observa a su hermana entrar con una expresión perdida en el rostro. Ella no se da cuenta que el menor se encuentra despierto hasta que llega a pasos lentos a la cama y lo toma de la mano, el pelicorto se da cuenta que la mujer esta temblando levemente.
- ¿Por que no lo dijiste antes? - pregunta con lágrimas en los ojos. Lan Jingyi jamás pensó ver a su jiejie así. Ella se ve tan débil y una parte dentro suyo se siente culpable por dañar a la persona mas fuerte que conoce después de sus propios padres...
"Padres"
- ¿Se lo dijiste a padre y papá? - cuestiona evadiendo la pregunta de su hermana. Lan Jingyi no quiere ni imaginar cuando sus padres se enteren de que su único hijo tiene una enfermedad incurable y que lo mas probable es que solo le quedan un par de días si es que tiene suerte.
- Ellos no lo saben... No pude decirles. Papá salió a visitar a la tía Yanli a LanLing ayer y todavía no regresa y padre... - dice entre susurros la mujer - ¿Quién... es...
- Sizhui - dice Jingyi interpretando la pregunta de su hermana, el pelinegro cierra sus ojos - Hace unas semanas - continúa hablando y termina por contar todo a su hermana, desde su fallida confesión hasta los múltiples intentos de cuando ayudo a juntar a su primo con el amor de su vida. Jingyi quiere llorar pero no puede hacerlo porque no quiere que su garganta le vuelva a doler cuando empiece a hipar, en cambio solo sus lágrimas corren por sus mejillas de manera silenciosa.
Su hermana aparta su mano del agarre que tenia con la débil mano de su hermano y cierra los puños fuertemente, quiere correr a estamparle un puñete en la cara del mejor amigo de su hermanito.
- Él también tenia el hanahaki - dice entre sollozos - él también se estaba muriendo - termina de hablar, fallando en su determinación de no empezar a llorar. Su hermana abre los ojos en asombro, el menor nota como sus hombros se tensan.
- Yo... no se que hacer - dice su hermana después de secarse las lágrimas, ella quiere ser fuerte para el consentido de su familia - creo que debemos decírselo a papá y padre - dice con un ligero temblor en la voz. El Lan nota que ella esta dudando - pero será lo que tu quieras.
- No quiero - susurra el menor - no quiero preocuparlos...
- E... el doctor dijo que existe una operación - Jingyi ya lo sabia, pero con la posibilidad de olvidar del como amar o la perdida de sus sentimientos lo había echo dudar, pero ahora viendo a su hermana tan preocupada por él, quería intentarlo.
Lan Jingyi asintió con la cabeza mientras las lágrimas corrían silenciosamente por sus mejillas.
