Daddy's Pet |SUGA;Min.YG| BTS⚠EN HIATUS

¦Daddy's Pet¦15

Claramente era terrible llegar a casa con las manos vacías porque cabía la posibilidad de que el señor Min apareciera en cualquier momento, el solo llegaba, iba, venía sin considerar lo que estuviera a su al rededor, no tenia que ajustarse al tiempo, el tiempo debía ajustarse a el y por eso me exasperaba en ocasiones porque no tenia preparada esa actitud qué había preparado para el, no había ensayado mis palabras o mis gestos porque cuando se es una mujer como yo tienes que embonar perfecto con los gustos de cualquier hombre, ser encantadora y la mujer perfecta porque de lo contrario no ganas dinero y terminas en un rincón.

Estaba decaída, lo recuerdo. Arrastraba mis pies llena de aburrimiento y ganas de arroharlo todo a la basura y de paso a mi, es insoportable tener ratos como estos en los que me siento una buena para nada. Gire la perilla de puerta con la llave para entrar y llorar hasta quedarme dormida pero para mi sorpresa la puerta ya estaba abierta, arrugue el entrecejo y me adentre sigilosa, olía a cigarrillo y café, yo no fumo y tampoco bebo café habitualmente.

—Buenas noches señorita Naeun— lo escuche saludarme desde la oscuridad de la sala sentado con las piernas cruzadas y el humo del cigarro qué sostenía entre sus dedos —La estaba esperando

Suspire discreta porque mis planes de abrumar me hoy se habían visto interrumpidos —Señor M— le correspondi el saludo desde el marco de la puerta, era increíble como había ido apasiguando ese miedo al verlo

—Por favor Naeun, somos amigos, llámame Yoongi— alegó con un tono divertido sin perder la galanura, le dio una calada a su cigarrillo —Señor Yoongi

Sonreí a duras penas, era un hombre engreído pero no precisamente irritante, deje las llaves en la mesa pero sentí una hoja de papel, la luz tenue de la luna qué entraba entre las cortinas me había dejado ver una hoja y sobre esta un sobre, iba a preguntarle cuando el me lo aclaro sin remilgos.

—Me encontré a la delegada del edificio cuando tocaba la puerta, dice que le debes mese acumulados de renta

—Si... Iba a pagarle

—Me dio la cuenta, desafortunadamente es una mujer que no me agrada por lo que no fui yo mismo a dejar el dinero— Se puso de pie —Pero en el sobre esta el dinero que debes, dáselo tu— suspiro —Si la escucho hablar otra vez, no me hago responsable

No había modo de que fuera verdad, tome el sobre y sin pudor revise el interior, dinero, eso había y claro que no dude pero aun así era mucho.

—Lo siento, no puedo

—Esta bien, puedo decirle a alguien de mis empleados qué sé lo de

—No, no— le tendí el sobre —No puedo aceptar el dinero, yo solo le pedí que me ayudara con mi hermano

Tomo el sobre y lo dejo sobre la mesa, no podía ver muy bien su rostro pero podía sentir el brillo en sus ojos aun confundidos, tomo mis manos y con una voz increíblemente suave me aproximó a el.

—Sigues sin intender nuestro trato NaEun— ronroneo cercano a mi oído —Yo te doy todo lo que quieras aun si no existe lo conseguiré para ti y tu solo debes quedarte

—No... No es un trato muy justo para usted

—Ese es el problema, crees que eres poca cosa pero vales más que lo que puedo darte

Mi piel se había erizado porque me sentí única, me sentí perfecta, me sentí apreciada, cada que recuerdo sus palabras siento como si mi pecho se comprimiera, como si el habla se me fuera, siento que vuelo. En ese momento yo no dude de sus palabras, de sus halagos ni de sus intenciones porque estaba agradecida de haber conocido a alguien que no me viera solamente como un pedazo de carne con senos y trasero, me sentí tan protegida qué no quería que soltara mis manos.

—Gracias— le Murmure porque era incapaz de decir algo más porque si hablaba seguramente acabaría llorando

Soltó mi diestra para levantar mi menton y sin permiso alguno acariciar sus labios con los míos, las piernas me temblaron porque jamas un hombre me había tocado tan suavemente, tan delicadamente casi con miedo de quebrarme. Pronto atrapó mi labio inferior entre los suyos con un cuidado inigualable y era tan magnético qué ni siquiera lo dude, le correspondi pero con miedo porque en mi cabeza un estaba el recuerdo de quien era el realmente, quizás un hombre educado y galan pero si algo he aprendido en esta vida es que aveces el diablo se disfraza de caballero.

Me beso tan fuertemente y tan delicadamente qué la vergüenza se me había ido, me aferre a su corbata en cuanto el soltó mi izquierda para aferrarse a mi cintura y apegarme aun más a el como si realmente no quisiera que me fuera. Entre tropezones fuimos dando pasos torpes hasta mi habitación casi chocando con todo pero no podía alejarme de sus labios, sentía una necesidad jamás sentida.

En mi trabajo siento asco, náuseas, ganas de salir corriendo pero esto se sentía más que distinto, era envolvente.

Sentí mi cuerpo caer sobre la suavidad de mi cama y el peso del señor Min sobre mi, su mano en mi cintura me apretujaba tan deseosamente qué es solo eso lo que necesitaba, su manos qué antes estaba en mi mejilla paso a mantenerla firme sobre la cama, su rodilla rozaba en mi entrada como pidiendo invitación, abrace sus hombros para a pegarlo más y no podía parar de besarlo, galante mordió mi inferior para luego acariciar sutil son su lengua, sin darme cuenta había suspirando entre sus labios, el aire se me iba.

Pero entonces se detuvo con suavidad y en medida, sus ojos felinos sin agresividad como habitualmente son me miraban a detalle el rostro, los labios, mis ojos, me inspeccionaba con una expresión qué hasta día de hoy no sabría definir qué quería decirme.

—¿Hay problema si duermo hoy aqui?— Murmuro sutil, negué —Siento que no podré dormir si me voy

—No tengo ningún problema

Porque la verdad yo tampoco podré dormir si se va. Mi cabeza pensara en el toda la noche y mi pecho seguiría comprimiendose por no saber que acababa de pasar.

Fue desde esa noche qué las cosas entre los dos habían comenzado a cambiar para bien, el eliminaba mis ganas de llorar, el sentimiento de culpa, el asco por mi misma, cuando estaba con el no me sentía miserable, pero la verdad no se que es lo que yo hacia por el. Me encantaría poder despertarlo y preguntarle