Daddy's Pet |SUGA;Min.YG| BTS⚠EN HIATUS

¦Daddy's Pet¦10

No habían pasado ni 20 minutos desde que llegue al departamento a dejarme caer sobre el sofá no solo por el cansancio, las dudas y el frio tan terrible qué sentía, no dejaba de pensar que había hecho mal, que quizás había dejado ir la oportunidad perfecta para salir de todo esto y aun con ese pequeño arrepentimiento creía aun que fue lo mejor. La puerta me llamo Tres veces seguidas golpeada con una fuerza inquietante como cada viernes.

Tome mi bolso para ver cuanto dinero tenia para pagar a los cobradores, pero me tope con el sobre del dinero que el señor Min me devolvió y eso era suficiente por esta semana, estaba cansada eso si. Me puse de pie y finalmente abrí la puerta cuidando mi distancia.

—Naeun, buenas noches— Jamás he sabido como es que se llamaba pero tenia rastas no muy largas, acostumbraba usar lentes oscuros aun siendo de noche y ni hablar de sus aretes en el rostro, soltó el humo de su cigarro en mi cara y estiró la mano como de costumbre —Espero no hayas olvidado que es viernes

Suspire —¿Como podría?— le deje el sobre en la mano dispuesta a cerrar la puerta, no tenia muchos ánimos pero su mano lo impidió —Es todo lo que tengo por hoy

Asintio —Fui a buscarte al club y como no estabas creí que habías huido

—Pues ya ves que no— dije que estaba cansada pero verlo siempre me sacaba de quicio porque quería, no, necesitaba culpar a alguien por la adicción de Haru y el era el más cercano por eso no me resistí —Haru esta en prisión así que difícilmente podrá pagarte

Se burlo —¿Alguna vez me pago? Si parece que la deuda es tuya

—Te doy dinero todo el tiempo pero parece que la deuda nunca termina— alegue irritada cercana a perder los estribos —¿Estoy tirando mi dinero?

—Con ese bonito vestido parece que me estas invitando a cobrarme de otra forma

Y pagar con mi cuerpo sería hasta más fácil pero podía ver en su cara lo insignificante qué era yo para el, solo me usaría y no cambiaría nada, la deuda seguiría intacta por eso prefería mantener un poco de orgullo animandome a cerrar la puerta nuevamente dando por terminada la conversación, no tenia ganas de lidiar con el ahora pero al insistir el nuevamente lo impidió.

—Estoy cansada, vete por favor

—Por favor Naeun, una puta nunca se cansa— Se burlo

—Digamos que no estoy en horario laboral

Empujó la puerta con ferocidad haciéndome retroceder, el era alto y fornido como una maldita bestia, lo había visto en carreras de motos junto a su grupo, claro que jamás me ha caído bien y menos teniendo en cuenta que fue el quien orilló a Haru a consumir drogas endulzado su oído diciéndole lo que quería oír, lo odio pero hacerle frente me era imposible. Retrocedi pasmada ideando la forma de salir corriendo, si gritaba a los vecinos más bien les daría gusto si en más de una ocasión me han querido correr de aquí.

Avanzó firme jalando mi brazo con fuerza haciéndonos trastabillar para caer en el sofá, me sujetaba tan fuerte qué sabia que dejaría marca.

—¡Vete a la mierda!— le grite forcejeando para intentar apartarlo de mi en cuanto sentí sus manos rasposas acariciar mis piernas. El pánico me lleno todo el pecho qué no supe ni que decir —¡Esto lo sabra el señor M!

Se jacto de mi —¿El que diablos tiene que ver?— mordió mi cuello tan fuerte que note que su principal intención era dejarme marcada —Callate ya si esto te gusta

Entre el forcejeo había conseguido soltar mi derecha y no lo dude, tome su cabeza empujando uno de sus ojos con mi pulgar, quería dejar tuerto al maldito pero su fuerza era por mucho más que la mía, pego un grito rasposo cuando a la vez golpeó mi rostro a puño cerrado.

—¡Soy su novia!— grite presa del miedo, el dolor y la impotencia —El señor M y yo estamos saliendo

Dejo de tocarme tan rápido qué sentí un suave alivio pero no se aparto, lleve mis manos ahora libres a mi pómulo qué dolía como el demonio. Se que jamás saldríamos y que su oferta era todo menos una propuesta de noviazgo pero en una situación asi el era mi única salvación.

Supe que solo con decir su nombre bastaba, ese idiota me miro casi burlon pero me negué a bajar la guardia así que continúe —Acabo de tener una cita con el, este vestido me lo compro el ¿Como crees que reacciones si le digo lo que paso?

—Puta de mierda

Arrastró las palabras con asco limitandose a abrochar de vuelta su cinturón para después quitarse de encima, molesto tomo el sobre con el dinero y salió echo un manojo de rabia del departamento porque su acto de cobardía no pudo llevarse a cabo y quizás no le di tanta pelea como me habría gustado pero al menos deje mal su ojo y eso es mejor que nada.

(...)

Culpa. Siento mucha culpa.

Hacia media semana que no iba a ver a Haru y que la incertidumbre me carcomia poco a poco conociendo como estaba la situación con el ahí dentro, por eso había decidido despertar temprano para ducharme e ir a verlo esperando tener buena racha. Lo que le hice fue injusto no dejaba de pensarlo.

Mire la enorme la enorme puerta cerrada y solo un par de guardias ahí mismo, apenas repararon en mi pide ver la mueca burla de uno de ellos y sin qué me permitiera decir una sola palabra me informo.

—Tu hermano no esta aqui

—¿Como qué no esta?— deje mis manos sobre mis caderas esperando verme grande —¿Fue al cine? ¿De compras? ¿Donde esta?

—Fue trasladado al hospital de emercia, lo encontraron desangrado en su celda

La rabia me lleno el pecho tan pronto note la burla en sus ojos —¿Y ustedes para que están? ¿Quien fue? ¿Que hospital? ¡No hables a medias maldito puerco!

No supe controlar mis palabras, mucho menos el dolor en mi pecho qué crecía con solo la idea de que era mi culpa, si no hubiera dejado de venir el quizás estaría un poco mejor ¿Por que todo me salía mal? ¿Era un karma o algo parecido?

Resoplo —No puedo decirte en que hospital esta por ahora— sonrió hipócrita —Vete a casa

No tengo una casa, no tengo nada.

Es mi culpa, es mi culpa, es mi culpa ¡no debí irme! Debí adivinar qué las cosas no serian tan simples como solo darme la vuelta y fingirme una mujer común, no lo era y mi espalda cargaba montañas de problemas.

Problemas qué sé solucionarian con solo un problema más, ilógico pero cierto.

Fue la angustia y la desesperación las qué me hicieron tomar el autobús rumbo a la mansión del señor Min arrepentida y con la cola entre las piernas como si fuera un perro asustado buscando dueño.

Si, me volví literalmente su perro...fiel,obediente, amoroso y dependiente, solo esperando ordenes para hacerlo feliz cada que el quisiera.