Sentía como si flotara, dentro de una enorme nube de humo negro. Me envolvía por completo, pasaba entre mis dedos y brazos, causandome frío. No tenía idea de que podía ser, solo que el ambiente de sufrimiento se pegaba como si fuera un imán.
Es tan fuerte.
Las ojeras de mi cara eran la clara prueba de que pasaría Navidad con temor y sin dormir. Los ruidos en mi piso no paraban, tampoco las sombras, ni mucho menos como me quitaban las sabanas de un tirón o jalaban mi cabello en el proceso.
Necesitaba hacer algo, solucionar lo que sea que estuviese ocurriendo.
Mientras preparaba mi desayuno, para comenzar a hacer mis tareas, bostece con cansancio y miré con sueño la sala. Puse los huevos en un plato y tomé asiento, recostando mi espalda en el cómodo sofá y comiendo todo de un solo viaje.
Lave los platos y me arregle para buscar mis libros. Hice mi tarea en paz, por primera vez en semanas, y al terminar coloque una película en la televisión. Aprete con fuerza el control remoto, escuchando varios ruidos venir desde el techo. Quise creer que eran mis vecino de arriba, en el piso siete, pero sabía que ese no era el caso.
Sentí un sensación extraña detrás de mí y cuando estuve a punto de girarme, unos nudillos tocaron la puerta. La sensación desapareció y también el miedo, cuando vi a Cam sonreírme desde el pasillo.
Habíamos estado algo distantes estas semanas, más yo porque estaba ocupada por la universidad. Solía verlo en el pasillo, dándole agua a su planta, en la lavandería y en el supermercado, pero solo nos decíamos un hola y ya.
-Hola, Ava.
-Hola, Cam.
Seguía poniéndome nerviosa estar cerca de él. Mis piernas temblaron y tuve que agarrar con fuerza el marco de la puerta para no estrellarme en el suelo. Él no pareció notarlo, o tal vez si lo hizo y no quiso decir nada. Señaló mi atuendo.
-Parece que no tienes pensado salir. ¿Ya cenaste?
Observé el reloj, viendo que ya casi eran las seis y el sol se estaba ocultando. Sorprendida me volteé al rubio, que me miraba con cierta diversión en sus ojos.
-No, no tenía idea de que ya era tan tarde.
Él se encogió de hombros, -Yo estaba pensando en salir, con Azafeth. Y quería saber si te gustaría venir con nosotros.
No dije nada, primero porque responder de una vez me haría sonar un poco desesperada. Segundo, Azafeth me daba bastante miedo. Solía mirarme, bufar cada cinco minutos y querer arrancarle la cabeza a quien se le cruzará en el camino. Aun así, Cam me había asegurado que no era tan amargado como parecía.
Ahí de pie, con él frente a mí, pude ver que el cosquilleo no se iba. Quería salir, y si era con él mejor. Era la ocasión perfecta para ver si de verdad podía acercarme y conocerlo más.
-Claro, me encantaría. Déjame cambiarme y salgo.
Su sonrisa se ensancho, claramente feliz ante mi respuesta, y alzó ambos pulgares.
-Vale, le diré a Azafeth que si irás con nosotros.
Se giró, para entrar a su piso, y yo me encamine a mi habitación. Ahí, un poco más eufórica, corrí para buscar lo que me pondría. Me caí unas seis veces, intentando encontrar algo bonito. Y para cuando acabé de vestirme, mi habitación estaba patas arriba. Maquille mi rostro, viendo los cambios, y salí tomando el bolso junto a la puerta.
Salí, tocando la puerta F6 y viendo como Azafeth era el que me recibía.
-Hola, Azafeth... -susurre un poco temerosa.
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Astros (Celestial 2.5#) ✔
Short Story֍ Spin-off 2.5 de Saga Celestial ֍ "Ava es torpe, poco habladora, una chica joven universitaria quien apenas comenzaba a aprender lo que era ser independiente. Cam, un chico del cuál no sabía mucho; vivía cruzando su puerta, escuchaba todo lo que o...