6. SAȘE

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-¡Llegaron!

La voz de mamá me hizo saltar en mi lugar, con un Cam sonriente a mi lado. Sujetaba con fuerza la bandeja, en donde estaba la comida que preparó.

Papá venía detrás de ella, sin decir nada ante la actitud entusiasta de mamá. Sabía que al tener años de matrimonio, para él era fácil tener que soportar sus gritos. Yo como que aún no me acostumbraba del todo.

-Mamá, no es necesario gritar para que sepan que llegamos.

Pase quitándome el abrigo y observando que mamá no podía quitar sus ojos de Cam, quien sonreía abiertamente.

-Que jovencito tan guapo, Ava -me susurró-. ¿Dónde lo conociste?

-Cam vive en el piso frente al mío. Somos vecinos.

Papá le pidió la bandeja a Cam y se dirigió a la cocina. El rubio se giro y me miró con las mejillas coloradas, tal vez por la forma en que mi mamá lo estaba mirando fijamente.

-Es un placer conocerla, señora Smith -dijo él extendiendo su mano.

Mamá la tomó gustosa, -Que educación. El placer es mío, Cam.

-¿Qué falta por arreglar? -pregunté caminando a la mesa.

Puse los refrescos y vi que ya todo estaba puesto en su debido lugar. Plato principal, postres, entradas. Todo llenaba la mesa a pesar de que sólo éramos cuatro personas.

-Tu madre en serio se lució -dijo Cam mirando la mesa.

Ella escuchó el halago y sonrió guiando a Cam hasta su silla, la cual estaba junto a la mía.

Papá llegó con los cubiertos y un plato lleno de lo que Cam preparó, que era una especie de ensalada que se veía extremadamente deliciosa.

-Entonces, Cam, ¿qué te trajo a Rumania? -preguntó papá de repente.

Detuve mi tenedor a medio camino y abrí los ojos, viendo como mamá observaba a papá con vergüenza.

-¿Qué? Es solo curiosidad -murmuró picando su trozo de pollo.

Cam alzó su mano, restándole importancia a nuestras reacciones. Mastico con calma y sonrió en dirección a su plato.

-Tranquilidad. Paz.

Mamá enarco sus cejas, -¿Y dónde vivías no había calma?

-No, sólo caos, sufrimiento y agonía. Ah, y mucho calor -contestó Cam.

Trague saliva, queriendo que mis padres dejaran de preguntarle tantas cosas. Lo menos quería era que se dieran cuenta que él no era humano.

-Oh, vaya, eso suena a que vivías en un desierto.

-Phoenix, de hecho. Estudié ahí por un año. Luego, murió mi cuñada y tuvimos que mudarnos.

¿Había muerto alguien? ¿Cam tenía más parientes?

-¡Dios mío, que horrible! Es una pena que las personas mueran tan joven -chillo mamá con la mano en su pecho.

El rubio no dijo nada y quise meterme en la conversación, pero papá se sirvió más comida y prosiguió disfrutando todo.

-¿Te sientes bien? -pregunté a Cam cuando mis padres se fueron a la cocina.

Él giró su torso, aún sentado a la mesa, y me sonrió.

-Claro, estoy perfecto.

Su tono de voz era neutro, profundo y debía admitir que me hizo temblar un poco de miedo. Tenía los ojos oscuros, ni siquiera podía verle la parte blanca.

Astros (Celestial 2.5#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora