𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟐

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Esa mañana se sentía completo, la sensación de tenerlo ahí junto de él era lo más gratificante que en mucho tiempo llegó a sentir, estaba loca y perdidamente enamorado de Dan. No podía creer que haya sido tan estúpido como para no darse cuenta antes, si tan solo hubiese experimentado esa emoción antes se habría dejado de tantas dudas para que así pudiera correr a sus brazos y perderse en su aroma, calidez y amor.

Él se movió un poco para que Dan estuviera más cómodo, estaba sobre su pecho durmiendo profundamente, su respiración era lenta y suave, está rosaba con su piel lo que ocasionaba un leve escalofrío, era impresionante todo lo que le hacía sentir.

-Buenos días- La voz amortiguada de Dan se escuchó tan dulce cómo nunca lo imaginó-

-Buenos días guapo- Respondió el rubio aún mirándolo, se inclinó hacía él y depositó un beso en la coronilla del contrario, luego dirijo su mano a su cabello y comenzó a darle pequeñas caricias.

-Si he sabido que así iba a recibir los buenos días alguna vez, lo hubiera hecho hace mucho- Sabía que se refería a estar con él y claramente lo entendía.

-De haber sabido hubiera abierto los ojos hace mucho tiempo, perdóname, nunca quise herirte, pero tenía miedo, de todo...- Dijo y suspiró con melancolía.

-Entiendo, pero eso ya no importa, me demostraste lo mucho que me quieres y eso le gana a cualquier cosa- Dijo y al fin lo miró y le regaló una sonrisa tranquilizante.

-Si yo fuera tú lo seguiría demostrando -Dijo él y tomo la cintura de Dan atrayéndolo y haciendo que quedara encima de él, comenzaron a besarse con pasión y amor-

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-¿Estás segura?- Preguntó Isabella mientras iban en el coche por la carretera.

-Totalmente, quiero llegar de sorpresa, de alguna manera tengo el presentimiento de que no me espera y ahí veré si su reacción es positiva o...- Hizo una pausa para dar la vuelta en una curva de la carretera, pues tenía que fijarse hacerlo con cuidado.

-Ver si está con alguien- Completó.

-Exactamente, si está con Emma no podrá negar absolutamente nada, es mejor- Dijo.

Un par de minutos más y estaban fuera de la casa de Tom.

-¿Quieres que vaya contigo?- Preguntó la castaña a su amiga.

-No, es mejor que vaya sola, si tardo o consideras pertinente puedes entrar- Dijo mientras buscaba la llave de la casa en la guantera. -A pesar de que me dijo que viniera quiero ver su reacción y yendo sola se mostrará sincero- Dijo.

-Bien, si necesitas algo me llamas- Dijo.

-Claro, gracias Isa- Dijo la rubia, abrazó rápidamente a su amiga y bajó del coche, regularmente ella tocaba la puerta pero esta vez algo le decía que no entrara de esa manera.

Tom le había dado una copia de la llave de su casa en cuanto tuvo oportunidad, le tenía mucha confianza además de que constantemente ella volvía de madrugada de trabajar y Tom regularmente estaba dormido y él le pedía que fuera a su casa para no tener que andar tanto tiempo sola por las calles, así él estaba más tranquilo y ella no podía negarse nunca.

-¿Tom?- Llamó con voz suave pero no hubo respuesta, se le hizo extraño pues a esa hora él casi siempre estaba de pie, eran las 10:00 AM, se fijo en su celular.

Quizá se estaba bañando o había salido, rogaba que no fuera lo último, pues tendría que volver otro día y con trabajos se había convencido de ir en ese instante dadas las circunstancias.

Sálvame || Feltcliffe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora