A un minuto de ti.

Capricho

Había salido de su casa más temprano de lo que acostumbraba, se estacionó frente a su facultad, se quitó el casco y sacudió su cabeza para acomodar su cabellera bicolor. Caminó por la acera con las manos en los bolsillos, pensando en lo mucho que necesitaba un cepillo, pues seguramente su cabello había quedado desastroso por el casco.

Llegó al campus de enfrente, el instituto de ingeniería y tecnología, fue directo al edificio donde impartían la carrera de matemáticas. Guiándose por las indicaciones que le había dado el peliverde el día anterior, dió con el salón en el que se daría su primera clase.

Se paró en la entrada, no había nadie. Era de esperarse, había llegado con demasiado tiempo de sobra. Decidió aguardar afuera a que alguien llegara. Sé sentó en el suelo con la espalda recargada en la pared, fue hasta entonces que se dio cuenta de que no traía su mochila pero le restó importancia.

Sacó su teléfono del bolsillo y le envió un mensaje de texto a su hermano mayor.

Vendrás a cenar?

Le preguntó, hacía tiempo que no comían juntos. Cerró los ojos y meditó los comportamientos extraños que había estado teniendo Touya los últimos días.

Tenía visitas frecuentes de personas que no conocía en el taller, su ropa olía más a tabaco de lo usual y parecía estar ansioso por algo.

Sí, dile a mamá que iré.

Le respondió, Shoto se removió un poco en el suelo, estaba ansioso por presentársela.

—¿Hola, eres nuevo?.— Le llamó una voz dulce.

Alzó la vista y vio a una chica de cabello color castaña.

—¿Estudias aquí?.— Preguntó Todoroki ignorándola.

—Sí yo...

—¿Podrías mostrarle esto a tus profesores? Midoriya se ausentará un par de días.— Le extendió un papel que traía en su bolsillo izquierdo.

—¡Es un justificante! ¿Midoriya esta bien?

—Algo así... — Dijo poniéndose de pie.

—¡Dile a Midoriya que no se preocupe!— Exclamó con entusiasmo. —¡Que se mejore!

—Gracias, nos vemos.

—Dile que no dude en llamarme si necesita algo y si quiere que...

—Gracias.— Interrumpió descortés.

Shoto comenzó a caminar de vuelta por donde había venido.

"Parecía muy entusiasmada con ayudar a Deku" pensó.

Sabía que Midoriya era popular con las chicas, aún así nunca supo de alguna novia o algo por el estilo. Se preguntaba por qué, quizá estaba esperando a la chica ideal o una cosa así.

Él particularmente, no creía en eso de las personas destinadas o el amor a primera vista. Para el, amar a alguien era algo que tu decidías. Tu elegías a la persona y nacía de tu propia convicción el entregarte a ella.

El día que conoció a su novia fue el más frustrante de su vida.

Comenzaba un nuevo semestre en la universidad, por lo que tomaba clases nuevas con personas conocidas y otras que no, y entre esas ahí estaba ella, parecía entusiasmada y muy dispuesta a participar, pero más que nada a hacerle competencia.