Desorden

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Ese día Katsuki lo había empezado no con el pie izquierdo ni con el derecho, sino con ambos pies bien plantados pero en las nubes, después de haber tenido ese sueño todo le parecía más claro, su alegría que tan extraña le parecía a todos tenía un motivo en concreto, una persona en concreto.

Como de costumbre se acomodó la corbata y se miró al espejo, él no lo notó pero cualquiera que lo hubiese visto diría que su rostro irradiaba felicidad, hasta que un par de pensamientos invadieron su cabeza y los recuerdos de su época de estudiante.

"¿Entonces soy...?"

Esa pregunta no dejó descansar a su mente ni un instante, Kirishima quien estaba acostumbrado a ver a Katsuki últimamente tan pensativo se reservó a preguntar lo que ocurría, aunque no era difícil suponer con quien se relacionaba el estado de su compañero.

El rugido de la motocicleta, ya tan familiar en el sitio, se hizo escuchar a la distancia y en milésimas de segundo la recepcionista sacó su estuchera para retocarse el maquillaje. Cuando Izuku llegó, saludó a todos en la recepción ya era más que conocido por ahí, aunque Deku se limitaba a simplemente ser cordial pues había notado la amabilidad de las personas por indagar más en el motivo de su presencia. Toda clase de rumores habían surgido, como el de que la empresa había comenzado a involucrarse en cosas turbias con pandillas.

-Hola querida Seiren.- Saludó sonriente Izuku sin detener su caminar hacia su destino.

-Ho-hola Deku.- Respondió con un suspiro viendo a Izuku irse.

-¿En serio, aún no te das cuenta niña?.- Preguntó el guardia.

-Usted que sabe.

Continuó su camino hasta la oficina de Katsuki, pero antes de llamar a la puerta cierta voz fastidiosa lo interrumpió.

-¿Qué encargo traes hoy, vago?.

Izuku dirigió su mirada al pesado programador, sonrió con sus dientes pero no con su mirada.

"Que aterrador" pensó el ingeniero.

-Ya que lo mencionas, traje algo para ti.- Decía Deku con obvio sarcasmo.

El peliverde comenzó a actuar como si buscara algo en los bolsillos de su chaqueta, "Oh lo encontré" dijo con falsa satisfacción, sacó su mano lentamente de su chaqueta hasta mostrar el dedo del medio. Antes de que el programador pudiera reaccionar la puerta de la oficina de Bakugo se abrió.

-Oh Izuku, no sabía que vendrías.- Dijo Katsuki con grata sorpresa.

El cenizo tragó saliva, miró esos ojos verdes que le hacían perder el sentido del tiempo-espacio, volvió a sentir ese impulso de acercarse y borrar cualquier límite entre los dos. Ya no había mas confusión en su interior, todo era totalmente nítido para su corazón, quería tocarlo, quería besarlo. Sin pensar dos veces, alzó su mano y la puso en la mejilla del pecoso.

-¿Kats?.- Le llamó Deku entre avergonzado e incrédulo.

Volvió en sí mismo y rápidamente, deslizo su mano hacia arriba para descubrirle la frente.

-Veo que ha estado cicatrizando bien.- Dijo carraspeando un poco.

Deku chasqueó la lengua y quitó la mano del mayor de forma indiferente para ocultar su emoción.

-Claro, ya hace semanas de eso... ¿Estás muy ocupado ahora?.

-No realmente, iba por un té.- Izuku sacó su lengua perforada en seña de asco ante esa respuesta. Bakugo solo pudo inhalar y exhalar profundo.

-No falta mucho para que salgas... ¿Y si te escapas?.- Sugirió Deku en un susurro.

Y bueno ahí estaba, sujeto de la espalda del peliverde. Siempre su sentido de la responsabilidad decía un rotundo no a las propuestas de Izuku pero su cuerpo parecía actuar por sí solo. Cuando menos lo pensaba ya estaba haciendo todo lo que Deku quisiese o necesitara, no sabía distinguir si era porque adoraba su compañía o si adoraba complacer al niño, probablemente eran ambas.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2023 ⏰

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